18. Lo que se hace, se paga

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Después de recibir un sermón de casi media hora por parte de la chica que logró convertir el montón de paja que era mi cabello en algo completamente decente y lindo; sobre cómo no debo usar productos de los cuales no tengo ni mínima idea de cómo se emplean y si es así como debo preguntarle a un profesional; y después de salir de la peluquería, convencí a mamá de llevarme a casa de Clara.

Necesito hablar con ella ya que como Lian decidió atacar, es mi turno de responder; y a pesar de que ya sé que es lo que le voy a hacer, requiero de su ayuda para efectuarlo y para que mi plan no se arruine. Aunque en realidad esto se arruino en el momento que dije todo y deje que Lian también participará, convirtiéndolo en algo de los dos. Se suponía que estás bromas eran una especie de castigo para que Lian entendiera que no podía dañarlo todo y salir ileso de eso. Pero resultó que la primera en recibir el castigo fui yo.

También en el momento que dejamos que el actuará primero en vez de hacerlo yo, porque bueno se suponía que yo lo propuse. Fuimos muy tontas al creer que el idiota mayor no haría nada. El tiene una habilidad para restarle importancia y mostrarse indiferente ante los problemas y actuar luego como si nada hubiera pasado. Pero en el único momento que necesito que olvide todo, hace exactamente lo contrario. Que conveniente.

Sin embargo yo tampoco me había ilusionado mucho en eso de que él lo dejaría pasar, es decir, en el interior sabía que él no desaprovecharía una oportunidad para molestarme. Y bueno, aquí estoy ¿No?

Al llegar a casa de mi amiga me despido de mi mamá y le digo que yo le avisaré cuando hayamos terminado para que me pase buscando. Al tocar la puerta esta es abierta por el mismo ser que lo hizo la primera vez que vine aquí.

—Hola, mini psicópata —lo saludo con el apodo que he decidido ponerle.

—Hola, Abigail —él se hace a un lado para que pueda pasar— ¿Te he dicho lo mucho que me gusta ese nombre con el que me llamas?

—No es algo bueno ¿Lo sabes, cierto?

—Pues a mí me gusta —se encoge de hombros.

—Como sea —me dirijo a las escaleras— ¿Tu hermana está arriba?

El asiente y una sonrisa retorcida se forma en sus labios— ¿Sabes algo? —pregunta y continua sin dejarme contestar—: puede que esta vez no corras la misma suerte de todos estos días y hoy mi hermana no esté de buenas —Yo no digo nada y el solo niega y expande su sonrisa con su diversión— solo te lo recuerdo, Abigail, pero no me prestes mucha atención, puede que me equivoque... Como también puede que no. Que tengas linda tarde.

Y como si nada me deja allí parada, toda confundida.

No entiendo porque él es así si toda su familia es tan normal y agradable. Y luego está esa costumbre de llamarme por mi nombre completo, como si eso le diera más misterio a sus palabras; aunque con ese tono siniestro que tiene no importa cómo me llame ya lo logra.

Llegó al cuarto de Clara y tocó la puerta, un pase ahogado se escucha desde el interior y entro.

—Hola, linda ¿Como estas? —pregunta ella desde su cama donde estaba viendo algo en su laptop. Al ver mi expresión una risa de burla se escapa de sus labios— veo que Tommy te abrió la puerta.

—No entiendo porque él siempre es el que me abre.

—Ni yo, supongo que es porque siempre está cerca o que se yo.

—Para la próxima nos reunimos en mi casa. —propongo.

—Estoy totalmente de acuerdo —me acerco a ella para darle un abrazo— ¿Que te hiciste en el cabello? Está muy lindo—toma un mechón de mi cabello para admirar lo que me hice.

más que enemigos [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora