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—Amoooor ~ —canturreó Jisung corriendo desde la habitación hasta la mini oficina de Minho.

Lee levantó enseguida su vista, esperando a que la puerta sea abierta. Al ver a un Jisung sonriente y elevando sus cejas, el menor habló antes que él.

—Sí, Hannie, ya sé que me veo sexy con anteojos —Jisung rodó los ojos y se apoyó sobre el umbral, poniendo sus manos dentro de los bolsillos del short de playa.

—Qué ego, Lee Minho —y el nombrado rió—. ¿Terminaste de trabajar?

—Algo así... me falta un archivo más, ¿por qué? ¿Y Jeno? —frunció su ceño al percibir que no estaba con él.

—Le dí el biberon y se durmió —sonrió orgulloso de él mismo, haciendo reír también a su esposo—. Solo quería saber cuanto te faltaba y sí era mucho te preparaba un café o algo para comer, ¿o todavía tengo prohibida la cocina?

—Mientras prestes atención a lo que haces, tienes todo el derecho de prepararte lo que quieras —Jisung sonrió ladino, acercándose a paso sigiloso y sin romper el contacto visual. Minho sintió su corazón latir en demasía, aún no comprendía que, luego de muchos años, Jisung siga provocando eso en él.

—¿Puedo prepararte? —Minho supo en que dirección iba aquella pregunta por lo que sus mejillas se colorearon de un fuerte rojo y atinó a esconderse detrás del último archivo que le quedaba por revisar. Jisung esbozó una sonrisa de oreja a oreja, amando la escena delante de sus ojos—. Te espero en la cama, no tardes porque necesito mimos.

Dicho aquello, Jisung se retiró con una sonrisa de felicidad. Amaba a Minho y a sus sonrojos.

Luego de una sesión de mimos y besos que duró prácticamente una hora, cayeron rendidos en el sueño, abrazados mutuamente

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Luego de una sesión de mimos y besos que duró prácticamente una hora, cayeron rendidos en el sueño, abrazados mutuamente.

Y para Jisung esa noche le resultó tan corta que quería seguir durmiendo junto a su esposo, sin importarle que ambos debían ir a trabajar.

Como Jeongin estaba de vacaciones, Minho pudo respirar tranquilamente cuando aceptó cuidar de Jeno, ya que no le gustaba dejar a su hijo en manos de unos de unos desconocidos.

Su hijo...

Minho ya se acostumbró a llamarlo así, sabiendo perfectamente que quizá, todo de un giro inesperado y todas esas cositas que compró con demasiada alegría para el bebé, se tenga que ir por la misma puerta en la que entró.

No le gustaba pensar así, pero era una parte de la realidad que tenía que hablar con Jisung, por más que este no quiera.

Jisung evadía como podía ese tema, y ambos estaban al tanto que eso no estaba bien. Jisung quería engañarse de que tendrían al bebé, porque diablos, ¡ellos también tienen derechos de ser padres! y eso nadie, ni siquiera un juez se lo podría quitar. Eso entristecía a Han y Minho lo notaba enseguida.

━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora