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Soyeon largó un suspiro, frustrada ante la decisión de la juez. Si bien no habían perdido, en sus planes no estaban que servicios infantiles se quedara con el niño hasta que termine el juicio. Se sentia terriblemente mal, mas por Minho y Han.

Trataba de estar concentrada en las palabras que la señora decía tras la pequeña reunión con los abogados, pero la tristeza le ganó y a su vez, millones de dudas se instalaron en su cabeza.

—Es lo que mejor que puedo hacer para neutralizar la situación en la que estamos. Cuando tenga una decisión, el niño en cuestión irá inmediatamente a casa —el ruido del martillo sonó, aturdiéndole.

Tragó saliva, pensando en si tenía las respuestas necesarias para las preguntas que la familia Han-Lee haría, y en cuánto los vió, con la mirada perdida, pero sosteniéndose de las manos, sabía que no tenia nada más que palabras de aliento.

—¿Entonces... nos quitaran a Jeno así como así? —susurro Jisung, al borde de las lágrimas.

—Solo pasará un par de noches en un orfanato —la abogada trató de apaciguar la situación, aún sabiendo que eso no pasaría—. Solo diré que la evidencia presentada, más la que falta presentar, los testigos... todo eso, será suficiente para mandarlos a la cárcel.

Han no creyó aquello, pero no dijo nada, se levantó y se fue de la sala. Ignoró a todos lo que lo llamaban para dirigirse a su auto, debía esperar a Minho, sin embargo, arrancó rápidamente. Los semáforos duraban treinta segundos, pero para él era una eternidad, más si tenía los segundos contados y un par de personas desconocidas le iban a quitar su hijo, para mandarlo a un lugar totalmente diferente... no se iba a oponer, por que si hay algo que aprendió con todo su pasado es a tener esperanza, aunque sea mínima. Quería llegar lo antes posible para preparar su bolso, con cosas e indicaciones que ellos solos sabían.

Le importó poco como estacionó, ni la señora gritándole por ello. Buscó su celular y marcó el número de Jeongin, indicándole que vaya rápidamente al departamento. Al llegar allí, el menor ya estaba con Jeno entre brazos, quien literalmente estaba hablando en un idioma que nadie conocía, mientras chupaba sus manitos, y en cuánto vió a Jisung a su frente, se movió exaltado, a la vez que abría su boca en clara señal de felicidad.

No sabía lo que le esperaba.

—¿Hay malas noticias? —preguntó en un susurro.

El temor de meter la pata a tan solo dos segundos de encontrarse, era realmente aterrorizador. Quería saber qué pasó en el juicio, pero a la vez, sabía que Jisung era la persona menos indicada para ello, quizás solo se quería relajar y dejar de hablar de la situación en la que estaba, pero para su sorpresa, la voz del mayor se escuchó cuando ambos estaban dentro del departamento.

—No sabría como decirte, Innie... Solo que los servicios infantiles se llevarán a Jeno.

—¿Qué? ¿Por qué?

— Para joderme la existencia —susurró frustrado—. No lo sé, todos dicen que tenemos todo para ganar, que podremos adoptar a Jeno... pero lo pienso más y más y la mínima esperanza que creí tener, se está desvaneciendo a pasos rápidos.

Jeongin no supo qué decir, solo se quedó observando como Jisung metía todo lo necesario en el bolso para el niño. Los paquetes de pañales, ropa y hasta sus juguetes favoritos. Buscó un papel y en él escribió las indicaciones para darle el biberón y lo que le gustaba que le hagan para dormir. Aclaró las horas de su siesta y que posiblemente podria quedarse dormido en cualquier lugar o momento, asi que no era muy importante que a los horarios lo sigan al pie de la letra. También colocó que le gusta que le hagan masajitos en los pies y caricias en su cabeza.

Terminó de escribir lo que era necesario con el enojo entrando a su cuerpo y dejó el papel pegado en su biberón. Dejó el bolso en el sofá de la sala y tomó al niño que estaba con sus ojos bien abiertos, pero en cuanto tocó el pecho de Jisung, Jeno pudo descansar su cabecita en el ancho hombro, sintiendo como el cansancio por haber jugado durante dos horas, caía como una lluvia intensa.

—Todo estará bien —susurró para el niño, pero en el fondo sabía que era más para sí mismo—. ¿Te estás durmiendo ahora mismo? —sonrió con poca gana al sentir como su cuerpito subia y bajaba lentamente, tenía una respiración calmada.

No prestó atención, pero sabía que Minho ya había llegado. La repentina presencia de él a su lado, logró sacarlo de sus pensamientos: estaba idealizando muchas situaciones en las que podría estar Jeno cuando llegase al orfanato.

Y eso lo asustaba.

Hyunjin se quedó apoyado en el marco de la puerta, viendo como Jeongin se regresaba con la mirada gacha. Y no fue que preguntó muy bajito hasta estar en frente.

—¿Todo está mal, verdad? —sus ojitos denotaban tristeza.

—Sí... Todo se fue al carajo —confesó, apartándose para dejar que el menor pasara y así, dejar a la pareja solos.

Minho largó un suspiro, guardando aquella imagen de Jeno dormido en el pecho de Jisung, en lo más profundo de su corazón.

Quería hablar con él, preguntarle porqué se fue, pero las palabras se atascaban en su garganta, siendo imposible que salgan a la luz. Odiaba aquella sensación, la de tener un nudo de angustia entre sus cuerdas vocales que, cada vez que se agrandaba, dolía más y no la podia hacer desaparecer.

Odiaba ser tan débil.

Al igual que Jeno, Minho apoyo su cabeza en el hombro de Jisung, teniendo la misma respuesta por parte de su esposo, al dejar caer lentamente su cabeza sobre la suya. Le hacía creer que todo estaba bien, que todo estaría bien.

A pesar de que no era así, le gustaba saber que su lugar seguro seguía intacto.

—¿Por qué te fuiste así? —largó en un susurro, fue lo único que le permitió expresar aquella pelota de angustia insertada en su garganta.

—Sentía que me ahogaba. Pude sacarte a rastras de ahí, pero no sería bueno. Lamento no haberte esperado, lo único en que pensaba era estar con Jeno.

—Se-Servicios infantiles vienen en camino. Hay poco tiempo para preparar sus cosas y...

—Ya lo hice y le di indicaciones... Solo disfrutemos del tiempo que nos queda.

Y sin poder retenerlo, Minho fue el primero en soltar sus lagrimas, siendo abrazado enseguida por el mayor. Lo estrecho contra su pecho, sintiendo la delicada y tranquila respiracion de Jeno, lo que provoco un vuelco que dejo su corazon en mil pedazos. Ya se habia acostumbrado a dormir con el bebe en el medio, ¿como lo haria ahora? Ya no habria llantos o preocupaciones en el medio de la noche. ¿Estaba siendo algo paranoico? Quizas si, pero no podia evitar sentir todo lo que estaba sintiendo cuando por fin estaban comenzando a ser una familia.

Estaba seguro que una nueva pesadilla se habia instalado en su hogar.

━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora