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El camino fue en silencio. Sus voces no estaban dispuestas a salir a la luz, sobre todo la de Minho, quien trataba de ocultar sus ganas de llorar, las cuales eran sumamente difíciles.

Quería girarse y ver a su Hannie, pero eso sería el punto culminante para su llanto. Claro que sabía que llorar estaba bien, pero no ahora, no cuando ambos debían ser fuertes. Sin embargo, no sabía cuánto tiempo pasaría hasta que su corazón rompa y consigo su llanto.

Hace mucho no se sentía así, y recordaba perfectamente lo desastroso que fue la primera vez.

La primera vez que rompieron su corazón.

Pero estaba lejos de comparar esas ocasiones. 

Solo quedaba luchar. Ambos tendrían que tomarse de las manos y luchar con todas sus fuerzas, para tener esa familia que tanto anhelaban, o la idea de formar una tan pronto como vió aquél bebé en los brazos de Han. Ambos lo harían, y en eso estaban más que de acuerdo.

Y no estaban solos: aunque sea un poco pequeña aún, y que la pereja quiera ocultar sus problemas para que ella esté bien, Lisa siempre los apoyaría. Changbin y Félix, Chan y Seungmin, Hyunjin y Jeongin... no está demás decir que ellos estarían presentes hasta en el juicio.

Porque todos sabían lo que era mejor para aquél niño, quién aprendió sonreir con felicidad y amor, y no a llorar con oscuridad y violencia.

Ambos ya habían bajado del vehículo del mayor. Minho seguía a su esposo a unos tres pasos detrás, aún en silencio y con sus ojos pegados al suelo. Ahora no se atrevía a mirarlo y no sabía el por qué.

Derrumbarse delante de la persona que lo rompió por primera vez y quién lo arregló infinidades de veces, quizá le daba un poco de miedo ser el débil.

Eso no estaba mal, pero le daba más miedo que jamás lo vió llorar.No ahora, no desde aquellos días en donde no sentía más que sus ojos arder y un vacío enorme.

Había llorado tantas veces, había tenido los brazos de su Hannie alrededor de él mientras su llanto se hacía presente. Aquellos recuerdos se disipaban cada vez que se acercaba a su hogar, como si nunca hubiesen sucedido, y su cuerpo tembló al darse cuenta de ello. La puerta del departamento fue abierta, y el mayor dejó que Minho entre primero. Jisung se deshizo del saco, el cual comenzaba a hartarle. Se quitó la corbata y se desprendió la camisa, importándole muy poco lo desarreglado que estaba y fue derecho a la cocina y sacó una botella de agua de la heladera para bebérsela, leyendo a la vez una nota en la que se leía claramente que Félix fue al parque con los niños.

Sintió la presencia de Minho en el marco de la puerta, por lo que sus ojos se encontraron, pero el mayor se volteó para dejar la botella vacía en el lavabo.

—Hannie...

Su voz se oía distante, quebrada, completamente triste. Sino lo conociera diría que está nervioso, pero lo conoce como la palma de su mano y eso, no era simplemnte tristeza.

Compartían el sentimiento: ambos estaban rotos.

—¿Qué pasa, amor? —preguntó también en un susurro, mientras se acercaba.

Pero el menor se balanceó sobre él y rodeó con sus cortos brazos el cuello del más alto. Sintió como las manos contrarias se colaban dentro de su camisa, acariciando su piel con poco sudor. Lee alzó un poco su cabeza hasta colocar su nariz en la curvatura del cuello e inhaló profundamente. Con necesidad, como si hubiesen pasado años desde que no lo hizo.

—Dí algo... por favor... no lo sé, enójate, tira las cosas de la rabia o llora, pero necesito saber que es lo que pasa por tu cabeza.

—Minho, si tiro las cosas de la rabia, alguien puede lastimarse y no quiero eso.

—¿Y por qué no lloras?

—¿Quieres verme llorar? Dime que vamos a la playa a follar y lloraré de la felicidad —Minho sacó su cabeza y encontró los ojos cafés de Jisung, además de una linda sonrisa que adornaba su rostro—. Minho, si quieres llorar hazlo. Tus ojos están...

—Lo sé. Pero me preocupo por ti, estas reprimiendo tus sentimientos y eso no me gusta.

—¿Quieres saber mis sentimientos ahora? —el castaño asintió con una dudosa expresión—. Siento que mi amor por ti crece cada vez más. Que no sé como expresar cuánto te amo porque no puedo... porque no se puede. No sé como hacerlo y eso me frustra, sí. Pero también estoy amando con todo mí corazón lo capaces que somos de luchar por algo que queremos, a pesar de que puede salir mal —Jisung llevó sus manos hasta las mejillas de Minho, quien bajó sus manos del cuello contrario y tomo un poco de distancia para poder ver mejor su rostro—. Corremos riesgo de demanda, y aún así no nos rendiremos. Los dos sabemos lo que queremos y eso no me pone triste. Quizá la rabia sí se convierta en lágrimas, pero jamás estaré triste, porque hicimos lo que pudimos, sin importar el resultado.

—Te amo, te amo, te amo —confesó algo ya sabido por parte de Han, mientras se aferraba a su cuerpo—. Te amo tanto, pero también lamento ser tan débil.

—No eres débil, pequeño, eres humano. Todos tenemos distintas emociones, sentimientos, reacciones y pensamientos. Todo es totalmente diferentes —acarició su cabello, dándose cuenta de que tenía sus ojos cerrados mientras sentía nuevamente la respiración de Minho en su cuello—. Tú eres más fuerte de lo que parece. Déjame decir algo cursi que hace mucho no digo estas cosas... —el menor rió—. No sé como haces, o cómo hacen, porque sino fuera también por Lisa, yo ya me hubiera dado por vencido. Descubrí que ustedes son los pilares de mi vida, aquél día en que fuimos al parque de diversiones por primera vez. Me di cuenta que los amaba con mi alma.

—B-Basta... por-por favor... me estás haciendo llorar Hannie.

—Lo siento —sonrió y dejó un casto beso en su cabeza.

—¿Cómo puedo responder a eso? Me has dejado sin palabras...

—Bueno...

—Nada de sexo en la playa —interrumpió.

—¡Minho! —bufó, sosteniéndolo entre sus brazos.

Se quedaron allí, abrazados en el medio de la cocina. Sintiendo sus corazones latir como locos, y para ellos estaba bien.

Quedarse envueltos el uno al otro, para luego dedicarle toda la atención a su pequeña familia, estaba más que bien.

Quedarse envueltos el uno al otro, para luego dedicarle toda la atención a su pequeña familia, estaba más que bien

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━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora