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Han peinó su cabello, largando un suspiro frustrado, totalmente cansado de leer y leer papeles que ya no le encontraba sentido.

Su asistente habia mandado una pila de contratos para firmar: despidos, renuncias y puestos nuevos que tenían mucha demanda por personas recién salidas de la universidad. Si bien, él era fiel a su pensamiento a que las empresas que piden experiencia en el ámbito requerido, eran una basura. ¿Pero elegir una empresa de alto nivel a la vuelta de haber salido de la universidad? No sabía si eso era bueno o malo, o estaba siendo totalmente ignorante con las personas que necesitan un trabajo.

Sin embargo, le gustaba dar oportunidades. No iba a decir que se basaba en las personas que tienen perfectas notas, pero sí, si se basa en las personas que tiene perfectas notas. Aún así, no las aceptaba tan rápido. Era preferible citar a la persona para hacer una entrevista larga, algo asi como un juego mental: si respondía todas bien, tenía su trabajo.

Dejó el papel a un costado, ya leído y firmado. Sus ojos ya pesaban y ardían, a pesar de que solo eran las seis de la tarde y las risas de Jeongin y Minho se escucharan en todo el apartamento.

—Dejemos de hacer esto —largó otro suspiro y se recostó en la silla, mirando como Hyunjin seguía escribiendo.

—Gracias, estaba esperando a que lo digas, ¿cómo puedes soportar tanto? Yo no llevo ni una hora.

—Te acostumbras —dijo casi en un susurro, muriendo por un poco de café—. Aún así es jodido, y más cuando tengo ganas de estar con mi familia —largó otro suspiro, estirando sus piernas.

Hyunjin rió.

—¿Qué diría el Han del pasado? Carajo, has cambiado.

—Me han cambiado —corrigió, cerrando sus ojos a punto de caer dormido—. Y tú sigues siendo el mismo idiota.

—Ni que me lo digas. Al menos Innie me perdonó, así que no me importa, mientras sea su idiota y no me mande cagadas, obviamente.

—Idiota y cursi, no entiendo como te soporta.

—Tú no te quedas atrás, no seas imbécil.

Han no respondió, solo alzo sus cejas y sonrió, mientras sus ojos se cerraban. Hyunjin desató su media cola de caballo y la volvió a armar, dejando unos mechones sueltos como siempre. Pensó que Jisung se había dormido, por lo tanto no dijo nada y siguió firmando algunos papeles, entendía totalmente su cansancio. Sin embargo, dos risas resonaron bastante fuerte en el lugar y eso que provenia de la cocina.

—¿De qué se estarán riendo? —el pelinegro se sorprendió por la pregunta, ya que creyó que se habia sumido en un profundo sueño, pero no resulto ser así.

—No lo sé... o sí, Jeongin ha estado viendo un programa en donde personas desconocidas tienen que vivir en una casa, para conocerse, y si se enamoran... pues, se enamoran. Me dijo que era por la trama, había personas realmente graciosas allí. Cosa que busqué en internet y la trama resultó ser un chico estadounidense con padres coreanos. 

Ambos se miraron y rieron. Pero los dos se callaron al mismo tiempo y se levantaron de sus asientos para salir de la oficina y adentrarse en la sala. Los juguetes de Jeno también se escuchaban, este yacía acostado en el suelo, sobre una manta con colores, obviamente tenía almohadones a su alrededor para que no se cayera. Y entre sus manos, tenia el único juguete que provocaba el dolor de cabeza en Jisung, pero le importaba, lo estaba entreteniendo demasiado. Hyunjin fue directo a Jeongin, quien se encontraba en el sofá, jugando a un juego que había instalado hace unos minutos.

Jisung, al no ver a Minho frunció su ceño. No estaba en la sala como lo esperaba, pero lo encontró en la cocina, de espaldas, llenando una taza de café, ya que el olor inundaba sus fosas nasales, además de un exquisito olor a tarta de chocolate. No esperó mucho tiempo para acercarse más y abrazar su cintura, logrando que el menor se asustara un poco.

━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora