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Los ojos de Minho se abrieron de par en par al escuchar un extraño ruido en la cocina. Corroboró la hora en su celular, pensó que era tarde, pero no, tan solo eran las nueve de la mañana, de un domingo. Se dio la vuelta sobre el colchón, tratando de abrazar a Jisung, pero este no estaba allí y vagamente pudo conectar en que era él quien había ocasionado ese ruido, capaz en un débil intento de preparar el desayuno.

Tenia ganas de dormir hasta tarde, considerando el día, afuera estaba lloviendo como si el mismísimo mundo se acabaría en el día de mañana, el mismo en el que tenia una visita a la oficina de Soyeon. Sin embargo, debía de adelantar un poco de trabajo, ya que se había atrasado.

El mismo tiempo que transcurrió desde que se llevaron a Jeno, y no sabia que más dolía: si el hecho de que se levantaba a las tres de la mañana para ver una cuna vacía, ya que lo hacía para ver si el niño dormía bien, o si estaba incómodo, o necesitaba algo. El hecho de que Jisung aún seguía viendo las caricaturas que solía ver junto a Jeno, o que Lisa le preguntaba todos los días si había alguna novedad del caso, a lo que él respondía siempre con lo mismo.

Nada.

Absolutamente nada.

Y no iba a dejar que eso continuara así.

La primera hora del día lunes, iría con Soyeon a buscar alguna que otra respuesta a sus infinitas preguntas, pero que todas tenían un punto de encuentro, ¿por qué diablos sus padres biológicos hacían esto?

Estaba seguro que pronto tendría la respuesta.

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Sentía como si el aire se le acabara, como todo su cuerpo se adormecía ante lo que estaba viendo por la pantalla de aquella computadora. No estaba respondiendo ante los llamados de Soyeon y lo peor era, que quería salir de su estado de shock.

¿Cómo era posible que personas así sean padres?

El video era de una cámara de vigilancia, este provenia de una investigación previa a la recuperación del fragmento, pero eso no era lo importante, sino lo que aquellas imágenes mostraban: la realidad de las cosas, de las que el juez no quiso ver.

—¿Lo que estamos viendo...? —ni siquiera quiso terminar su pregunta, era inútil porque ya sabia la respuesta.

—Es verdad... todo lo que hay aquí es verdad, Minho. Tengo otros fragmentos, pero creo que no es necesario que los veas, al menos no por hoy —afirmó la abogada. Tragó saliva luego de pausar el video y notar lo nervioso que su amigo se había puesto—. Oye, lo tenemos resuelto. Son pruebas irrefutables, que sustentan nuestro caso. Esta resuelto, si la juez no va a nuestro favor, apelaremos contra todo.

—Lo sé... lo haremos, pero lo único en que puedo pensar ahora es en... ¿como le diré a Hannie? Él se destruiría si ve estos videos... ¿tienes una respuesta a esto?

Soyeon dejó caer sus manos arriba de las de Minho, señal de apoyo, y en que todo estaría bien.

—Solo sé que en las parejas debe haber comunicación, y entiendo que te preocupes por los sentimientos de tu esposo, pero es mejor que se entere por ti, a que se entere en el juzgado. Te pasaré el video por mensaje... pudimos conseguir más, pero estamos en la búsqueda de otras pruebas también. Solo mantén tu cabeza enfocada en servicios infantiles, no cometan ninguna estupidez.

—Está bien —dijo, pensando en como diablos haría para decirle a Jisung de todo esto.

Del terror que su niño soportó, o de los monstruos que resultaron ser esas dos personas.

Las palabras seguían sin poder salir de su boca, por eso, agradecía internamente que la reunión con Soyeon estaba por acabar, sabiendo que no quedaba nada por mencionar, sino por hacer.

Trató de sonreírle, al menos para agradecerle todo lo que estaba haciendo para que salga más que bien y con éxito, sin embargo, el video seguía rondando por su cabeza y la pregunta que se instaló al recordar en que debía decirle a Jisung sobre esto.

Tomó el vaso descartable de café, no se dio cuenta cuando lo bebió todo, porque, según él, la bebida estaba demasiado caliente, por eso la dejó enfriar. También agarró su bolso, donde millones de papeles por revisar y firmar estaban allí, pero suponía que no era el día al igual que ayer, o tal vez la semana para hacer estas clases de cosas, a pesar de que fuese la profesión que eligió. 

Sus pasos eran cada vez mas lentos, sentía una presión en el pecho, como si su corazón estuviese a punto de estallar por la tristeza que estaba sintiendo. Un escalofrío se alojó en todo su cuerpo, calando por su piel hasta llegarle a su sangre y congelarla por completo... ¿como podía hacer tanto frio?

Pero en cuanto abrió la puerta, su boca se secó por completo y su corazón que parecía haberse detenido, comenzó a palpitar con locura. ¿Cómo...?

—Así que... ¿tienes algo para decirme? —preguntó Jisung, esperando una respuesta que lo convenza.

Los ojos de Minho se entristecieron y se fundieron con la expresión que su rostro adoptó, como una de confusión.

—¿Qué haces aquí?

—¿Lo olvidaste? —pero para su sorpresa, Jisung estaba demasiado calmado, algo que fue tranquilizándolo poco a poco—. En la mañana me dijiste que pase por ti en la oficina de Soyeon, y viendo que estoy involucrado... al menos igual que tú en este caso, bajé del auto para preguntar un par de cosas. Pero esas preguntas se esfumaron cuando escuché que había videos, muchos, de hecho, ¿me ibas a decir, no?

—Si... yo... estaba pensando en como y cuando... pero veo que ya no me tengo que hacer... problema —susurró, agachando la cabeza y sintiendo como sus mejillas se incendiaban en un color carmesí.

Jisung largó un suspiro y colocó ambas manos en el rostro ajeno, acercándose un poco más a su esposo.

—Tranquilo, ¿si? Iremos a casa y nos relajaremos. Todo estará bien.

Deslizó una de sus manos lentamente para enlazarla con la de Minho, notando a kilómetros sus semblantes; primero estaba asustado, después calmado y ahora, mientras iban caminando por el pasillo del edificio, estaba totalmente nervioso.

Solo esperaba que cualquier cosa que fuese a decir, fuese algo para terminar con la tortura.

━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora