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Jisung largó un bostezo, a penas podía abrir los ojos por la luz que entraba desde la ventana. Estiró su brazo, aún boca abajo, tanteando con su mano el lado de Minho para sentirlo vacío. Giró su cuerpo un poco asustado, pero en cuanto sintió el olor a café, sonrió adormilado.

Salió de la cama, hecho un desastre y se dirigió a la cocina. Apenas podia abrir sus ojos, estos ardían, pero era suficiente para notar como Minho vertia café en una de las tazas y al lado algunas tostadas con mermelada.

El deja vu de todos los dias desde que lo conoció. Jamás se cansaría de esa imágen.

Llegó a él y deslizó sus brazos alrededor de su cintura, apoyando su mentón en el hombro contrario.

—Buenos días —su voz sonó demasiado dulce.

—Buenos días —y la suya más ronca de lo normal—. ¿No que habíamos hecho un trato? Si te levantas, me levantas y hacemos el desayuno, o al revés. Haces todo solo, no me gusta.

—Hannie, tenías un ojo medio abierto, respirabas por la boca y un hilo de saliva se escurría por tu mejilla. Pensé que estabas durmiendo de maravilla, por eso no te desperté.

—Primero, yo no duermo así. Mis ojos se cierran perfectamente, y mi boca se mantiene cerrada. Es decir, duermo como un ángel. Como la Bella Durmiente maquillada antes del beso o Blancanieves antes del... ¿por qué las dos se despiertan con el mismo metodo? —preguntó algo confundido.

—No lo sé... —Minho tomó una tostada y se giró entre los brazos, haciendo que Jisung se enderezara—. Come.

Acto seguido, introdujo el pan en su boca, terminando así con el abrazo, ya que Jisung atrapó la comida antes de que cayera al suelo y cuando quiso atrapar a Minho de nuevo, este se fue entre risas hacia la habitación de Lisa para poder despertarla.

Han terminó de acomodar todo en la isla: colocó las dos tazas de café, las tostadas y alguna que otra galletitas con chips de chocolates. El yogurt con cereales para la muchacha y dejó a la vista el biberón para cuando despertara Jeno.

Minho volvía con una sonrisa pero abrió en grande sus ojos cuando notó lo tranquilo que estaba Jisung, sentado y comiendo, con su pelo aún alborotado y su rostro dormido, pero sobre todo, no se había dado cuenta que no traía camiseta.

Se acercó a él y dejó un pequeño beso en su hombro, llamándole la atención.

—Me gusta verte sin camiseta, pero es la hora del desayuno, Hannie.

—Entiendo. Family friendly, si, si.

Se levantó del taburete y mientras escuchaba la risa de Minho, se dirigió de nuevo hacia la habitación. Se colocó la primer camiseta que encontró... o al menos luego de haber desparramado toda su ropa dentro del armario.

Escuchó un estornudo que lo hizo saltar del susto. Llevó su mano hacia su pecho, tratando de calmar así su corazón que palpitaba con fuerza. Volteó su rostro hacia la dirección de donde provenía el estornudo y se acordó que tenia a un bebé de cinco meses viviendo con él.

O sea, un hijo, literalmente caído del cielo.

Lo tomó entre brazos y le dejó un besito en su cabeza, para dejar que la repose en su hombro, mientras que él dramatizaba.

—Te he olvidado... oh que mal padre soy... ¿me perdonas? Yo se que si, luego te lo compenso con un helado, aunque viéndote, ni siquiera puedes comer papilla... te lo compenso con nuevos juguetes de esos que hacen ruidos, sé que te gusta jugar con ellos en especial cuando estoy mirando la telenovela, ¿no es así, pequeña pulguita? Pero que quede claro que le voy a quitar lo de adentro ni bien te duermas. Lo lamento, mi casa, mis reglas.

━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora