El viento chocaba contra el cuerpo sudado de Jisung y eso le asqueaba. Lo único que quería era entrar lo antes posible al apartamento y darse una ducha. Hace tiempo no iba al gimnasio, estiró bien sus músculos cuando acabó, pero sabía que el día de mañana todo su cuerpo iba doler, solo esperaba que no tanto ya que debía cuidar de Jeno, porque Minho estaría ocupado con algunas cosas.
Cosas que se moría por saber, más que nada porque presentía que todo se trataba del juicio. Odiaba cuando Minho se sentaba en su escritorio y hablaba y hablaba por horas, hasta a veces se tenía que ir, él comprendía que era por trabajo, sin embargo, creía que le ocultaba información. Es decir, que Minho sabía mucho más cosas del juicio que él mismo y le enojaba el hecho que no podiera ni formular una palabra acerca de ello porque quería evadir la realidad.
Tan solo un día más.
Salió del ascensor, ya con el mal humor entrando en su cuerpo, al menos estaba seguro que cuando viera a cualquier persona a la que consideraba importante, todo estrés o lo que fuera, se iría completamente. Pero para que eso pase, primero debía tomar un baño. Era desesperante sentir como la transpiración se le secaba en el cuerpo y quedaba pegajoso, ahora entendió porqué Minho nunca quiso follar con él después del entrenamiento.
Abrió la puerta y el olor a café inundó sus fosas nasales, llamando de esta manera al hambre. Vió como Minho estaba sentado en el sofá con unos papales encima y en como Jeno miraba por la ventana entusiasmado, mientras azotaba sus juguetes en su sillita y escuchaba canciones infantiles. Ahora, cada vez que salía, siempre tarareaba inconscientemnte alguna canción.
—Iré a ducharme —anunció, sin siquiera saludarlo.
Minho levantó la cabeza confundido. Frunció su ceño en cuanto lo vió desparecer por el pasillo, conociéndolo pensó que diría algo relacionado a follar, o al menos alguna cara de perversión, pero nada. Volvió a sus papeles, pensando en que solo era el cansancio por volver a una rutina bastante fuerte, sin embargo, no escuchó alguna insinuación o invitación para ducharse juntos, por ende, el pelinegro se alertó. Dejó el café en la mesita ratona y los papeles sobre el sofá, le echó un vistazo a Jeno, corroborando que todo esté bien para introducirse en la habitación. Escuchó como el agua corría, pero adentro estaba en un completo silencio y Jisung siempre cantaba, al menos tarareaba alguna canción infantil.
No le quiso dar tantas vueltas al asunto, así que trató de convencerse de que solo era el cansancio. Volvió a la sala y se fijó en la hora. Asintió, pensando en prepararle la mamadera, ya que era hora de comer, hasta le sorprendía cuánto tiempo había aguantado con un buen humor.
Entró en la cocina y tomó el biberón, hechando tres cucharadas de leche de fórmula, para luego vertir agua caliente y agua fría, para que este tibia. Dejó salir un poco del líquido sobre su mano, para comprobar que esta estuviera bien. Su cabeza estaba gacha, sin saber la razón, y fue por ello que chocó contra un pecho fornido. Aquella escena lo hizo sonreir y levantar la mirada, pero sus mejillas se colorearon al ver que Jisung tenía una sonrisa burlesca.
—Me recuerda a viejos tiempos —dijo, acariciando su mejilla.
Se acercó para besar sus labios, pero sus manos buscaban otra cosa. Éstas impactaron contra el trasero ajeno, logrando que la boca de Minho soltara un pequeño grito cuando Jisung lo obligó a retroceder, de esta manera chocando contra la mesa, en donde fue depositado con rapidez.
—Hannie... para —musitó entre risas, ya que el tacto de los labios sobre la piel de su cuello le causaba cosquillas—. Jeno está ahí.
—Pero si todavía no entiende lo que es no agarrar mi cabello, menos va a entender lo que estamos haciendo. Además, mira hacía la ventana —dijo en broma, volviendo a besar sus labios.
Sabía que Jisung era un hormonal y que no sabía como controlar aquello, pero no podía dejar que eso pase enfrente del niño, ¿qué pasaría si alguien se enterase de esto y lo cuenta? ¿Acaso Jisung está consciente del riesgo que corren?
—No —lo alejó con brusquedad, sin medir la fuerza que estaba ejerciendo, logrando que trastabillara con sus pies y que cayera al suelo—. Mierda.
Jisung largó un quejido de dolor cuando su espalda se estampó contra la pared. Su mano también se golpeó contra una de las sillas que casualmente estaba por allí. Escuchó la maldición de su esposo y lo vió bajar de la mesa, pero en cuanto el menor supo reaccionar, Jisung ya estaba de pie, con su semblante totalmente serio. Estaba molesto.
—No era necesario empujarme, sabes que no haría algo así delante de alguien, por más pequeño que sea. Quería besarte y ya.
—Lo siento... es que... es que a veces dices cosas con total seriedad que no sé si es sarcasmo o verdad. Te golpeaste fuerte la espalda, déjame ver.
Minho trató de acercase y alcanzar el torso desnudo de Jisung, pero este solo tomó sus manos con delicadeza y lo miró fijamente.
—Por favor...
—Estoy bien. No volveré a hacer eso. Perdóname si te incomodé.
Sus palabras cortaban más que un cuchillo y lo peor era que no sabía que le estaba pasando para que sea tan cortante. Si le molestó el hecho de haberlo empujado, cuando nunca sucedió algo así antes, o si hay otra cosa por detrás.
—Ve aterminar tu trabajo, estaré con Jeno.
Su voz se notaba lejana, como si no tuviera la suficiente fuerza. Odiaba cuando esto pasaba, era una señal para que Minho sepa que Jisung no estaba bien, que sucedía algo, y le aterraba preguntar, porque sabía que no tenía respuestas para sus preguntas.
Y le aterraba saber que lo que le estuviera pasando, no fuese asunto del juicio.
Notó como los ojos rojos de Jisung no lo miraban, lo ignoraban a la hora de pasar por su lado y tomar el biberón. Fueron tan solo cinco segundos en donde su corazón se detuvo, se sintió rechazado, porque, conociéndolo, en ese acto de pasar tan cerca de Minho, le hubiese dejado millones de besos y un posible chupón.
En cambio, sintió como su corazón se volvía añicos.
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Actualizo con la vergüenza a mil, ni yo sé porqué me tardé tanto en actualizar. Perdoneeeen😭
