Toujuro despertó en lo que a simple vista en lo que parecía ser una pradera, podía sentir como el sol le quemaba la piel y el sonido de un oleaje a la lejanía. La mujer frente a él se veía diferente, exactamente con la vestimenta de la pintura que vio en el museo. Estaría soñando con esa imagen? Porque lo hacía en ese momento, si ya había visto el cuadro cuando aún era muy joven?
La mujer caminaba frente a él sin mirar atrás con el sombrero ocultando su rostro. Aún sin poder reconocerla, podía escuchar su suave voz acariciándole el rostro cada vez que le llamaba. «Kyojuro... Kyojuro» quería decirle que ese no era su nombre, pero su voz no salía de su garganta. Apretó su mano que estaban entrelazadas con la suya, para hacer que se detuviera. En ese momento una ráfaga de viento soplo y el sombrero de la mujer fue arrancado de su cabeza para salir volando por el cielo. Cuando se volvió a él, reconoció a la mujer del museo.
Ella le miraba de una manera diferente. Una manera dulce, tal vez enamorada, como si él fuera la persona más importante para ella. Eso hizo que su pecho se sintiera cálido, querido, muy diferente a lo que podía sentir con el cariño de sus padres. Ella se acercó a él acariciando su brazo hasta fundirse en un abrazo. Entonces noto que era más alto y más fornido, no se sentía como su cuerpo, como si no fuera él. Volvió a escuchar su voz «Kyojuro...»
Antes de que ella se acercara hasta él para besarle fue separada bruscamente de sus brazos. De una manera sorpresiva, el cielo se tiñó de oscuridad y el prado se convirtió en las mismas vías de tren desoladas de sus pesadillas. El hombre de los tatuajes volvía a aparecer, esta vez impidiendo que la peliazul se acercara a él. El hombre le sonrio enseñando sus afiliados dientes, por primera vez, pudo leer el kanji de sus pupilas «Superior 3». Aquello tenían algún significado? No lo sabía, lo único que le preocupaba era el bienestar de la mujer que mantenía cautiva.
—Este es el resultado de tu decisión... Estás muriendo y no podrás volver a verla—
Quiso gritarle que no era cierto, pero su voz no salía, como si su garganta se hubiera desgarrado. Cuando tosió, la sangre salió de su boca, uno de sus ojos perdía repentinamente la visión. La hendidura en su estómago se volvió vacía. Y cuando el amanecer volvía a levantarse volvía a morir en sus sueños.
Residencia Rengoku
Al día siguienteEl despertador sonó estrepitosamente indicándole que se le hacía tarde para su entrenamiento. Con el objeto en funcionamiento sonando de manera infinita, su padre casi tiro la puerta al suelo, no le gustaba que sus hijos perdieran un minuto de su arduo plan de entrenamiento.
—Toujuro! Estás amonestado, 3 veces... Repetirás toda la jornada de hoy tres veces seguidas— como el chico aún seguía en su cama cuando entro, la vena de su frente se tenso. Aquel muchacho era el más flojo de sus hijos. Tanto le costaba levantarse a entrenar antes de ir al instituto? Dos, tres horas más temprano, no había diferencia mientras pudiera ejercitar su mente y su resistencia. Bajo la katana de entrenamiento dispuesto a darle una lección, se detuvo en seco al reconocer que su hijo estaba llorando. Eso lo desubicó momentáneamente— Que... Que sucede? Estás lastimado?—
Su madre, que se encontraba en el pasillo, empujó a su padre lejos para poder entrar estrepitosamente cuando escucho a su esposo mencionar una injuria. Toujuro limpió sus lágrimas, tranquilizando a sus padres con algunas excusas. Sus hermanos siempre se habían sentido celosos de él por las atenciones de su madre. Dándose cuenta que, ella había comenzado a comportarse demasiado protectora desde su perdida en el museo, cuando la mujer de cabello azulado le había rescatado.
Se detuvo con su mano reposada en su mejilla, se dió cuenta de que no había preguntado por su nombre. Chasqueo la lengua, había pensado en buscarla nuevamente en el museo, ya que Yoshiteru había mencionado otras rondas de subastas. Se disculpo con sus padres y se dirigió a su baño, ignorando las constantes quejas de su madre y cambiándose para ir a su entrenamiento.
🔥
Al fin frente al museo, tragó saliva. Esa era la tercera vez de esa semana que se encontraba en aquel lugar. No había encontrado a la mujer en todo ese tiempo, pero no iba a darse por vencido con facilidad.
Al entrar a la única sala donde se exhibían las pinturas de las «Tamayo» fue directamente al exhibidor de la mujer en el campo. Era igual a la de su sueño y la mujer detrás de ese sombrero era la misma que le había rescatado cuando era un niño. No era un dato confirmado, pero gracias a su sueño no le cabían dudas de que esa era la realidad.
Estúpidamente había preguntado el precio de la pintura, al ser una exhibición tan vieja tenía un precio lineal de compra por lo que no se necesitaba pujar por ella, el valor había decaído con los años pero seguía siendo exorbitante para su joven billetera. Pensó en pedir la obra de regalo a sus padres, pero el miedo porque descubrieran su origen y le prohibieran verla otra vez le carcomía la conciencia, no quería dejar de verla. Alargo su mano hasta acariciar el marco de la pintura, la aparto rápidamente al recibir el regaño de un desconocido. Cuando se volvió a verlo, frunció el ceño.
Ryūjin se le acerco desde el fondo de la sala, como si hubiera estado en aquel rincón observándolo durante largo rato. Ninguno de los dos había dejado de mirarse con gesto ceñudo. Sencillamente no podían llevarse bien, Toujuro estaba casi seguro de eso.
—Que se supone que haces aquí, niño?— volvía a referirse a él de manera despectiva, pero esta vez no dejaría que sus sentimientos tomarán el control. Su padre le había enseñado a ser paciente, esperando que su contrincante diera un paso en falso para tomar la ventaja. Su objetivo en ese momento era buscar información sobre la mujer de cabellos azulados y aquel universitario era una fuente segura— Y bien? La estás buscando, aún cuando te dije que no serás los suficiente para ella?—
Toujuro apretó la mandíbula, intentando que su voz sonará lo más cordial posible.
—Solo tenía curiosidad, mi amigo Yoshiteru es fan del pintor de las Tamayo. Solo quería saber más sobre él— mintió obviando claramente que el universitario sabía el verdadero motivo de su visita. Fuji le sonrió, no le había creído la excusa, así que decidió compartir un ultimátum a ver si ese Rengoku dejaba a Marion en paz.
—El pintor es anónimo por varias razones. Pero no creo que puedas conseguir nada de Kujo-san... Después de todo, no creo que quiera revelar algún dato de su esposo—
Observo como el cuerpo del bicolor se tensaba ante la mención de un hombre. Hombre que seguramente ya se había tomado libertades con la mujer. Su calma se quebró.
—Pero dijiste que eras su novio!— se callo abruptamente, apretando los labios. Había sido una clara provocación para comprobar que tan interesado estaba en la peliazul. Toujuro lo confirmo cuando Ryūjin se hecho a reír. Con el rostro completamente ruborizado consiguió articular— Haz mentido?—
Aquel universitario le sacaba de sus casillas, sus bromas y puyas le eran insufribles. No sabía cuándo estaba diciendo la verdad y cuando le estaba tomando el pelo. Ese tipo de personas le daban desconfianza, ya que no era transparentes en sus objetivos. El futuro líder de los Fuji dejo de reírse después de unos minutos, después de limpiarse una lágrima perdida cambio completamente su expresión.
—No responderé eso. Pero voy a advertirte algo— se acercó lentamente hasta él. En la posición en la que ambos se encontraban, parecían estar discutiendo por la posesión de la pintura exhibida, y la mujer del cuadro parecía poco interesada en el asunto con aquel bello rostro oculto y lleno de indiferencia— Tu familia ya le ha causado suficiente dolor. Como su protector, no permitiré que la infantil curiosidad de un Rengoku le haga más daño. Espero que lo entiendas, por las buenas—
.
.
🌿Nota: como lo más probable es que mañana este súper ocupada en el trabajo y llegué muerta de cansancio a mi casa, dejo publicado el episodio un día antes ✌️💕

ESTÁS LEYENDO
Corazones en Llamas
FanfictionDespués de la derrota de Muzan los tiempos de paz vuelven a Japón, el mundo comienza a olvidar a los demonios y la noche volvió poco a poco a ser segura para los aldeanos. En el Japón moderno, Rengoku Toujuro es un chico muy activo al que le encanta...