Corazones en Llamas

10

Kimetsu Gakuen
Hora 23:47:20

El viento frío de la noche arrancó varios escalofríos a la joven estudiante, los preparativos estaban casi listos y la hora está apunto de llegar a su punto. «Lady Ella» solo aparecía si se hacían los retos al pie de la letra. Subir y bajar escalones, romper vitrinas en el aula de ciencia, ahogar un animal... los retos dependian de lo que pidiera el fantasma y solo terminaban cuando ella así lo avisará. Comunicarse con el fantasma era mucho más fácil de lo que había pensado, solo tenía que dejarle un mensaje en el locker abandonado nro 43. El mensaje desaparecía después de abrirlo y cerrarlo dos veces; y solo reaparecía uno nuevo cuando se abría por quinta vez. Según los rumores que circulaban por la escuela, en cuanto la mujer de larga melena oscura apareciera de la nada, ella tendría que pedir un deseo.

La joven de cabellos castaños claros juntó sus manos en una plegaria, deseaba poder ganar aquel concurso de modismo. Era parte del grupo de favoritas, pero entre las diez candidatas su belleza estaba por debajo de todas. La chica abrió la última nota, leyendo su contenido por enésima vez.
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Bravo! Bravisimo—☆ !! Haz completado los retos al pie de la letra. Debo felicitarte, pocos han llegado a dónde estás... Cómo última petición y para hacer realidad aquello que más deseas, necesito una última cosa~~

Ven a la azotea de tu escuela con un acompañante, alguien a quien serías capaz de darle toda tu confianza. Cuando el TicTac marque las 22:11:00, deberás asesinarlo con la navaja que te dejare en el lugar indicado.

Esperaré por tí, a las 00:00:00. Buena suerte (｡•̀ᴗ-)✧

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Arrugó el mensaje con sus manos temblorosas, el charco de sangre a su lado no paraba de hacerse más grande y su mejor amiga, la única a la que había mencionado los retos de «Lady Ella» se encontraba ahora al borde de la muerte. Había vomitado tres veces y sentía que una cuarta estaba por venir. La última parte de todo aquel ritual era quemar la nota en la azotea cuando el reloj diera la medianoche, de esa manera llamaría al espectro y este cobraría los retos que había hecho a cambio de su deseo.

Al llegar las 23:58 acercó el papel a la única vela que iluminaba el espacio, la luz de la luna hacía el resto. En cuanto el papel comenzó a chistar, una ráfaga de viento le apagó. Anodadada la adolescente volvió a acercar el papel al fuego, pero la llama se había consumido.

—Pensar que, hacer todo este desastre por un maldito deseo— la muchacha alzo la vista asombrada cuando una mujer apareció al borde del techo encima de la vela que ella intentaba prender nuevamente, con un uniforme oscuro de una sola pieza y una katana colgando al lado de sus caderas. Retrocedió al notar que los ojos de la mujer brillaban como zafiros en la penumbra y que sus pupilas eran tan afiladas como las de un gato. La mujer frente a ella colocó su peso a un lado— Y bien? Cuál es tu deseo?—

La muchacha se tenso, mirando a su compañera que yacía muerta a su lado.

—Eres... Eres Lady Ella?— la peliazul no le respondió, bajando del pequeño montículo que la separaba del vacío. No se parecía en nada a las descripciones dadas por las otras estudiantes, cabello azul recogido en con un prendedor de gerberas, una katana con una guarda de fuego. No se veía como un fantasma, pero si como alguien a quien debería guardar distancia. Retrocedió unos pasos más— Si eres ella, deseo... Deseo ganar el certamen. Quiero convertirme en modelo, alguien que esté en todas las revistas—