Capítulo 2:

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Mi padre se quedó sin palabras por un momento. Creo que ví algo de angustia en sus ojos, tal vez era miedo de quedarse solo o de perderme.

-Sabía que llegaría este momento, suponía que no ibas a estar siempre conmigo y que lo superarías antes que yo...

-Papá, no lo he superado y por eso mismo quiero irme de aquí, para cambiar de aires. Siempre estaré contigo, te llamaré y vendré a verte.

-Está bien. Yo he pensado en volver al trabajo y así tendré algo con lo que distraerme.

-Me parece genial. Gracias, papá.

-Gracias a ti por estar conmigo. Todo esto me recuerda mucho a ella, yo me planteé hace unos días cambiarme de casa.

-No te precipites demasiado, piénsalo detenidamente. Me daría pena porque aquí hemos vivido muchas cosas, pero sí, creo que te ayudará.

Me fui de allí y me sentía mejor al saber que mi padre estaba de acuerdo y que él también haría algunos cambios, de alguna manera me sentía orgullosa de él.

****

Ya estaban todas las maletas preparadas y todo listo para salir de aquí. Mi padre me acompañó hacia el aeropuerto y cuando llamaron para mi vuelo nos despedimos.

-Te echaré mucho de menos papá. Puedes estar en mi casa mientras encuentras una nueva. Cualquier cosa me llamas y ten cuidado.

-Ten cuidado tu también hija, llámame en cuanto llegues y ve informándome de todo.

-Si papá, te quiero.

Nos abrazamos y entré al avión. Necesitaba descansar un poco, asique dormí lo que pude. Se hizo corto el viaje ya que no era muy largo el trayecto y cuando me dí cuenta ya había llegado a mi nuevo destino.

Cogí las maletas y cuando salí de allí cogí un taxi ya que el apartamente que había alquilado estaba bastante lejos del aeropuerto. Era mediodía asique decidí dejar las maletas por medio e ir a algún bar cercano para salir del paso hasta que comprara algo de comida esta tarde. Recordé que tenía que llamar a Alice.

-¡Anna!

-¡Alice! Por fin hablo contigo.

-¿Qué tal todo?

-Pues...se me olvidó decirtelo pero...

-¿Pero qué?

-¡Estoy en Londres!

-¿Qué? ¿En serio? ¿Dónde estás? 

-Tranquila, vamos por partes.

Le dije la calle y después de pasarme un buen rato hablando con ella, me dijo por donde tenía que ir y que iba a comer conmigo porque vivía cerca de mi apartamento.

-¡AHHHHH!¡Estás aquí!

Y salió corriendo a abrazarme como si fuera su ídolo o algo por el estilo, claro que yo hice lo mismo y me enganché a ella como pude. 

-¡Dios mio Anna estás guapísima!

Esta chica no podía mentir mejor. Tenía aspecto de depresiva, unas ojeras que me llegaban hasta el suelo y estaba pálida, porque como ya sabemos todos, no llevaba unos días especialmente buenos.

-¡No digas tonterías chica, que pareces una de esas de Hollywood!

-La verdad es que estoy en proceso de ser como una de esas como dices tú.

-¿Cómo?

Sí, la verdad lo había entendido perfectamente, pero es que aún no me lo creía. Sabía que Alice quería ser actriz o modelo, pero no sabía que iba a seguir con esa idea, que callado se lo tenía.

-Lo que oyes,hice algunos castings para alguna serie y estoy esperando alguna respuesta, pero tambíen hice alguno como modelo y me llamaron y bueno ahí estoy intentándolo.

-¡No sabes cuanto me alegro! Si que te va bien madre mía.

-No me puedo quejar la verdad. Y sobre ti...¿qué tal llevas todo el tema...ese?

-Por eso no te preocupes ahora, ya hablaremos de eso. Ahora vamos a concentrarnos en ti porque tienes muchas cosas que contarme por lo que veo, y luego me ayudarás a buscar trabajo¿a que si?

-Eso está hecho.

Estuvimos comiendo y ella me contó sus experiencias sobre su trabajo y también me contó en que sitios le gustaría hacer más castings. Ahora que estoy aquí le ayudaría a lo que fuera.

****

Quedamos en que nos veríamos más tarde porque yo tenía que quitar algunas cosas de en medio y ella tenía que hacer algunas cosas. Iría a comprar algo por un supermercado que ví viniendo para el apartamento y luego quedaría con Alice. Recordé que tenía que llamar a mi padre asique de camino al super lo llamé. Terminé de hablar con mi padre y empezó a llamarme Alice.

-¿Qué pasa? ¿Ya me echas de menos?

-Eso no lo dudes. Pero a parte de eso, como sé que llevas unos días así que no estás muy bien de ánimos he pensado que esta noche toca irnos de fiesta y como no acepto un no por respuesta en vez de quedar ahora quedamos esta noche donde te he recogido esta tarde. ¡Ponte guapa, te quiero!

Y antes de que pudiera contestarle me colgó. Aunque no me apetecía mucho pensé que era una buena idea para distraerme y pasarlo bien. Me di cuenta de que no tenía nada de arreglar, asique decidí buscar algún centro comercial o algo por allí cerca para salir del paso, y así hacia tiempo.

Tenía el presentimiento de que iba a ser una buena noche. No sé, por primera vez en semanas estaba contenta y tenía algo por lo que sonreir, aunque con esta chica era imposible no sonreir, le debía la vida después de todo.

Quedé con ella en el sitio acordado y fuimos a donde ella tenía previsto, aunque más bien me guió porque si me dejara allí sola no sabría volver. Entramos a una discoteca bastante grande y nos sentamos en unos sillones que habían al fondo. No dudé que ese establecimiento en menos de una hora estaría lleno y así fue. Alice me estiró del brazo para que fueramos a bailar, y debido a que iba feliz por algunas copas de más salí a bailar, me daba un poco de verguenza después de tanto sin ir a una discoteca, que yo recordara la última vez que había ido a una discoteca fue con Alice y eso fue cuando ella aún no había venido a Londres, con lo cual iban a hacer dos años ya. 

Estuvimos un rato allí y me fijé en un chico que había por allí, también hacía meses que no me fijaba en un chico. Antes yo siempre me fijaba en todos los chicos que pasaban por mi lado y salía de fiesta, si no eran todos los fines de semana, casi todos. Bueno pues me fijé en ese chico, pero ví algo raro en él, no sé si algo de tristeza o que era, pero estaba solo, con la mirada perdida y tenía toda la pinta de ir bebido de más. 

Debido a mi valentía, por haber bebido, me acerqué a aquel chico que me llamó la atención por su estado, pero cuando intenté llegar donde estaba él, con algunas dificultades porque aquello estaba lleno, había desaparecido. Ahora que había conseguido llegar se va, y encima tengo que buscar a Alice otra vez que a saber donde estaba ahora.

Decidí ir al baño y en el pasillo que conducía hasta ellos me encontré a alguien sentado en el suelo.

-¿Te pasa algo? ¿Estás solo?

-Sí, estoy muy solo.

Tenía la voz ronca y no podía articular bien las palabras por todo lo que había bebido. Levantó la cara para mirarme, como pudo, y me di cuenta de que era el chico que había visto solo hacia unos minutos, asique decidí sentarme a su lado y saber el por qué se encontraba tan solo en ese lugar tan lleno.

Invincible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora