¡Esto era mejor que un cumpleaños! La fiesta debería ser para Alice y no para nosotros. A ella llevábamos sin verla meses y a nosotros apenas 1 semana.
- ¿Quién ha hecho este pastel tan rico? -dije comiendo del pastel de chocolate que había en la nevera.
- ¡Yo! -gritaron todos los chicos a la vez.
-Pues hacéis buen equipo, tanto en la cocina como en la música... -me quedé pensativa.
-Uy, Anna está tramando algo, esa cara no puede traer cosas buenas... -dijo Nathan.
-Tú cállate. -dije. Se me iluminó la cara porque había tenido una idea y pegué un pequeño saltito con la cuchara en la boca. -¡Tengo una idea! ¡Ya se! ¡Ya se! -dije corriendo hasta el círculo que tenían hecho todos en el suelo y sentándome como un indio.
-A ver, sorpréndenos. -dijo Tom ansioso.
-Nos vais a cantar, a Alice y a mí, exclusivamente. -dije sonriendo ante mi propia y genial idea.
-Es buena idea. Venga, ¡Venga! -dijo Alice feliz. -Tú tienes que contarme muchas cosas... -me dijo por lo bajo.
-Lo mismo te digo.
Say my name like it's the last time.
Live today like it's your last night.
We want to cry, but we know it's alright
Cause I'm with you, and your with me.
Butterflies, butterflies, we were meant to fly,
you and I, you and I, colors in the sky...
Y así empezó Tom, seguido de Max, Nathan y los demás.
-Y esto es Gold Forever chicas. -dijo Jay como si estuviera en un concierto.
-Si suena bien así sin instrumentos ni nada, no quiero imaginar como sonará en el disco. -dije realmente sorprendida.
Obtuve unas sonrisas tímidas y a la vez orgullosas de todos ellos como respuesta y no mentía cuando decía que sonaba genial.
-¿Vais a comer tarta? Porque sino...ya sabéis. -dije inquieta moviendo la cuchara de un lado para otro.
-Toda tuya. -dijo Jay.
-Oh síííí. -dije corriendo hacia el frigorífico como una niña pequeña.
-Esta chica no tiene fondo... -dijo Nathan.
-¡Te he oído! Mi estómago estará lleno en cuanto me termine el pastel. -y le sonreí al pastel.
Empecé a comerlo con tranquilidad y alguien me tapó los ojos pegándome un pequeño susto.
-Nath vas a matarme de un mini infarto, aparte de que casi me atraganto. -empezó a depositar pequeños besos por mi cuello y hombro y empecé a reirme porque me hacía cosquillas. El romanticismo no es lo mío, aunque amaba que me hiciera eso.
-¿Dormiremos todos aquí? -dijo Nathan.
-Mañana tengo que trabajar...así que no. -dije con tono cansado. Aunque amaba a la pequeña Lucy no me apetecía nada levantarme a las 7.
-¿Y yo puedo dormir contigo? -dijo con voz de niño pequeño y poniendo un puchero.
Hasta a mí me sorprendió su pregunta, porque nunca había dormido con él... y bueno me encantaba la idea de poder estar con él.
-Mmm...déjame pensarlo... -dije pensativa aunque yo sabía la respuerta.
-¿Me estas diciendo que te tienes que pensar si quieres tener esta noche en tu cama a un pedazo de tío? -dijo con una sonrisa arrogante y con una falsa indignación.
-Con esa arrogancia me haces dudar muuucho más... -dije con una sonrisa desafiante.
-Con que esas tenemos... -dijo frotándose las manos.
Cuando quise darme cuenta ya estábamos corriendo por todo el apartamento, saltando a las cosas y personas que estaban por en medio.
-A ver parejita a nosotros no tienen porque influirnos vuestras gilipolleces de enamorados. -dijo Alice quejándose porque le había pisado un pie.
-TE QUIERO ALICE. -grité a modo de perdón y omitiendo un poco sus palabras. Al darme la vuelta para visualizar a Nathan me di cuenta de que ya no estaba y paré de correr aunque mi paz duró poco cuando apareció de debajo de la mesa de la cocina y empezó a hacerme cosquillas.
-Nathan ¡Para por favor! -dije riéndome como una histérica.
-No hasta que me digas que quieres que duerma contigo.
-No puedo ponerte las cosas tan fáciles Sykes... -dije maldiciendo por lo bajo a lo que él rió. -Está bien. Te quedarás conmigo. -dije dándome la vuelta.
-Me apetece tanto hacer esto... -dijo cogiéndome de la cintura y acercándome a él, a tal punto que rozábamos nariz con nariz. -pero no va a ser ahora. -dijo aflojando su agarre. - porque hay alguien en la puerta que nos está mirando como psicópata. -se acercó a mi oído para susurrarme. -no creas que es porque no quiero besarte, porque realmente me muero de ganas. -y me mordió el lóbulo de la oreja. ¡Adiós dureza y resistencia! ¡Hola debilidad!
Malditos todos. No era alguien, eran todos los que nos estaban mirando en la puerta de la cocina. Cuando nos separamos se fueron, ahora mismo los odiaba a todos.
-Sykes,¡ vuelve aquí y termina lo que ni si quiera has empezado! -Pero su respuesta fue una gran carcajada a distancia.
Me acerqué al sofá donde estaban todos hablando con algunas cervezas, que supongo que comprarían ellos, porque aunque a mí me encantaba no solía comprar.
Sykes palmeó el lado derecho de su sofá para que me sentara, con cara de inocente ¡de inocente! y volvió a acercarse a mi oreja para susurrarme, otra vez.
-Esta noche me tienes para ti sola, pequeña sin fondo. -esto hizo que me estremeciera, porque no me acostumbraba a esa sensualidad en él, ni a su voz ronca tan maravillosa.
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Invincible.
FanfictionMi madre siempre me decía que si tenía sueños tendría que hacer lo que fuera para cumplirlos. Mi madre me decía que si alguien pensaba que lo que yo quería era imposible tendría que demostrar que es posible. Pensé que mi vida ya no tenía sentido y q...