Capítulo 26:

37 6 0
                                    

Llevábamos allí dos días con Nath y mi padre y al día siguiente nos iríamos por la tarde, así que decidimos aprovechar la tarde al máximo. No me comuniqué con los chicos en todo el viaje y tampoco sabía como le iba a Alice por Atlanta porque apagué el móvil, así que estaba incomunicada.

Estaba en mi habitación cambiándome cuando alguien tocó a la puerta, bueno alguien, o mi padre o Nath.


-Pasa. -dije metiendo la camiseta por mi cabeza.

-Uy, si hubiera llegado antes podría haberme llevado unas buenas vistas gratis...

-Nath ¿te he dicho alguna vez que eres imbécil?

-Me he llevado un insulto de gratis...no es justo. -dijo acercándose a mí con el ceño fruncido aunque se le escapó una sonrisa.

-Deberías estar acostumbrado a eso. -dije poniendo mis manos en su pecho y él sus manos en mis caderas acercándose y rozando mi nariz.

-Debería...pero es que aún no me he acostumbrado a todo esto. -y dicho esto me besó, lentamente, saboreando cada parte, ¿he dicho ya que me encanta? por si acaso lo vuelvo a decir: Me encanta, pero cada parte de él. Me ha venido lo cursi, y en serio, no tengo parte cursi desde hace mucho tiempo, no sé cuanto, podemos decir más o menos cuando conocí a Derek...ya sabéis la pasión del momento pero después... ¡fuera esos pensamientos! Estas con Sykes, disfruta el momento Anna, no pienses tanto me gritaba mi subconsciente.

Nos separamos finalmente y nos quedamos mirándonos a los ojos, no sé cuanto tiempo, pero se me hizo eterno. Era tan fácil perderse en esos iris verdes, tan bonitos. Entonces alguien entró y nos estropeó nuestro bonito y para nada incómodo contacto visual. Mi padre...lo siento por él, pero ahora mismo tengo ganas de matarlo.


-Anna, Natha... Oh....¿Interrumpo algo?

-¿Qué? No, no, ya salíamos. -dije separándome a duras penas de él, y algo avergonzada porque aunque sea mi padre pues...da un poco de cosa que te vean en ese momento.


****

Aunque os parezca raro fuimos al cine, FUI AL CINE CON MI PADRE Y CON NATHAN ¿sabéis qué vimos? Una película de miedo, DE MIEDO, mientras que yo me escondía en mi asiento ellos se reían de mí, y no es por ser infantil pero como mi padre y mi ''amigo'' que son deberían, por lo menos, mostrar algo de compasión. Yo no voy al cine más con ellos, definitivamente no, aunque sería mejor llevarlos a ver una de amor...ellos sufrirían y ahí es cuando yo me reiría.


Cenamos en un bar al que solíamos ir siempre mi padre, mi madre y yo y bueno no quise estropear el momento aunque sabía que mi padre estaba pensando en lo mismo que yo, porque me echó una mirada cómplice, y como comprenderéis Nathan no sabía nada de eso, pero bueno tampoco creo que sea un dato muy relevante para su vida.

Se llevaron demasiado bien, más de lo que yo pensaba, Nathan estaba tan feliz, amaba verlo así, y no como cuando me lo encontré la discoteca tan deprimido, amaba ver también a mi padre feliz, y eso me llenaba de felicidad a mí, no podía parar de sonreír al verlos tan bien.

Llegamos a casa a eso de las 12 de la noche, nos despedimos de mi padre y fuimos a las habitaciones.

-¡Tenías que haber visto tu cara! Estabas más blanca de lo normal. -decía Sykes riéndose a más no poder.

-¡Tenía que haberte vomitado en esos pantalones nuevos que llevas! Se te hubiera acabado la risa muy pronto, si se me hubiera ocurrido antes... -dije poniendo cara pensativa, me lo estaba planteando de vedad.

-¡Mis pantalones no! -dijo tapándose sus partes.

-Maldito mimado... -dije susurrando pero lo bastante fuerte para que él lo oyera.

-¿Qué has dicho señorita soy dura pero me hago popo con cualquier película de miedo que me pongas?

-Oh...¡Vas a morir! -dije corriendo detrás de él. -¡Ven aquí Sykes! ¡Cobarde! ¡Asume las consecuencias!


Terminamos tumbados en el suelo de su habitación, después de pegarle mucho pero no lo suficiente. Definitivamente tengo que visitar el gimnasio más a menudo.

-Bueno si tienes miedo...yo puedo quitártelo... -dijo subiendo y bajando las cejas.

-Tus ganas Sykes, tus ganas. -dije poniéndome como un indio en frente suyo.

-¡Oh vamos! No hay manera de convencerte, estoy necesitado. -dijo poniendo un puchero.

-¡No tengo la culpa de que seas un pervertido!

-Pero es que tú me has convertido en un pervertido.

-¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Es que me has drogado y luego hemos hecho cosas y soy demasiado buena en la cama y no me acuerdo de eso?

-JAJAJAJA -estalló de la risa, cosa que se me pegó. -No, Anna, no. Yo no haría nada en contra de tu voluntad. -dijo dándome un beso en la nariz. No he visto cosa más tierna en la vida. -es que al tenerme a pan y agua pues...

-Lo bueno se hace esperar. -dije guiñándole el ojo. Le di un beso corto y me fui a mi habitación dejándolo ahí parado.

Realmente aún no eramos nada...pero el hecho de verlo con otra chica me mata...no podría soportarlo.

****

Llegó la hora de volver a Londres, a la rutina, a cuidar a Lucy y a ver a los chicos.

Nos despedimos de mi padre y mi padre tuvo que hacer algún comentario porque sino explotaría.

-Espero que la próxima vez que vengáis seáis algo más que ''amigos''.

Nathan sonrió como respuesta mientras que yo me quedé algo perpleja. ¿Llegaríamos a ser novios? ¿Él querrá lo mismo que yo? Seguía teniendo miedo y la realidad es que con miedo no se llega a ninguna parte.

****

Llegamos por la noche a casa y le pregunté a Nathan si quería cenar en casa, a lo que aceptó encantado.


-¡SORPRESAAAAA! -saltaron todos de detrás del sofá y más muebles haciéndonos sonreir.

-¿Alice? ¡Alice! -dije tirando la pequeña maleta al suelo y corriendo para abrazarla.

-¡Dios! Mi pequeña Anna, ya veo que no habéis perdido el tiempo, eh, Sykes. -dijo abrazando también a Nath. -Como le hagas daño, te juro que te mato. -le dijo a Nathan.

-Pero Alice, nosotros no somos... -intenté decir. No somos novios y aunque no me gustaba admitirlo, era la verdad.

-¡Qué empiece la fiesta!- gritó Jay por detrás.


Invincible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora