Maratón 1/3
No tuvo más remedio que levantarse, si no lo hacía él lo haría yo. Al darme la vuelta para salir de la habitación estaba segura de que Nathan estaba sonriendo, me encantaba esa idea.
Salí de allí, tenía unas ganas tremendas de ver a Jay cocinar. Cantar se le da bien, pero por lo que tengo entendido cocinar no es una de las cosas que mejor le salen.
-Uy Jay, aquí huele un poco raro ¿no? -dije tapándome la nariz e intentando ser lo más seria posible.
-¿En serio? ¡Qué se me quema! -dijo echándose las manos a la cabeza.
-No no , seguro que son tus pies. -dije y no pude contenerme la risa al ver su cara.
-¡Qué graciosa te despiertas tú!
Salió corriendo detrás de mí por todo el salón, yo esquivaba a todos pero al final me cogió. Esa situación era para morirse de la risa. Me cogió a causa de que no paraba de reirme, y si no paraba me ahogaba allí mismo. Me cogió por los aires y me empezó a hacer cosquillas. Últimamente parecía que le gustaba eso de hacerme cosquillas. Empecé a retorcerme y a darle pequeños golpes en la espalda para que me soltara pero no había manera.
-Venga Jay bájame -dije cuando me calmé un poco.
Me bajó y me hizo una señal de que me subiera a su espalda, me llevó a la cocina.
-Venga Anna, prueba esto. -dijo acercándome una cuchara con algo que no sabía lo que era.
Cogí la cuchara y Jay me miraba expectante. Decidó poner cara de asco.
-¿No me jodas que está malo? -dijo con cara de preocupación y empecé a reirme. Me encantaba hacerle rabiar.
-¡Qué está bueno tonto! Pruébalo tú también.
-Algún día te voy a matar en serio. No, te voy a tener aquí toda la tarde si hace falta para que pruebes lo que hago. Yo lo haré cuando lo termine.
****
Comimos tranquilamente y estaba todo buenísimo. La cocina entonces no se le daba tan mal como decían. Los chicos lo dejaban en tensión para que sufriera pero al final acababan dándole la enhorabuena por habernos puesto algo comestible.
La tarde la pasamos viendo la televisión y viendo algunos vídeos en el ordenador, nos enseñaron algunas de las canciones del disco que habían sacado anteriormente y me encantó una de ellas que se llamaba High and low cantada entera por Jay. Por la noche Alice y yo decidimos ir a arreglarnos a su casa, ya que era sábado y al parecer todos teníamos ganas de fiesta.
****
Llegamos a la misma discoteca donde algunas noches atrás me había encontrado a Nathan solo. Nos miramos sabiendo lo que había pasado esa noche. La verdad, seguía sin saber por qué estaba así, algún día lo acabaría descubriendo.
Pedimos algunas bebidas y nos pusimos a bailar todos. Ví como se le acercaban a Alice algunos tíos y también ví como se iba con uno , y eso que acababa de empezar la noche. Noté que Max los miraba con algo de rabia. Yo sabía que aquí algo pasaba, pero no iba a decir nada aún.
Estaba bailando con Jay y al mirar al rededor Nathan había desaparecido. Alice estaba liándose con el chico ese con el que se había ido, no me apetecía ver como el chico le comía la cara, asique le dije a Jay que iba al baño un momento. Ví a Tom y a Siva bailando con unas chicas y sonreí al verlos tan felices, estaban en su salsa definitivamente. Me retoqué un poco al llegar al baño ya que había sudado un poco y el pintalabios había desaparecido.
Cogí la bebida que me pertenecía y salí del baño, había un gran pasillo antes de salir otra vez a ese sitio lleno de gente. Cuando iba llegando a la salida sentí como alguien me cogía de la muñeca y me empujaba hacia la pared. No podía ver debido a la oscuridad pero si noté como la persona que estaba en frente de mí se acercaba hasta sellarme los labios. No reaccioné durante unos segundos, me quedé confusa al no saber quien era, pero pensé que no pasaría nada por esto. Devolví el beso y notaba como me besaba con rabia y con fuerza, no quedaba nada de espacio entre nosotros y cogimos aire un par de veces. Besaba bien, demasiado bien. Se separó de mí y ví como se alejaba. Entonces pude ver quien era.
-¿Nathan? ¡Nathan!
Pero él ni se giró y me dejó allí, confusa y malhumorada por lo que acababa de pasar.
ESTÁS LEYENDO
Invincible.
FanficMi madre siempre me decía que si tenía sueños tendría que hacer lo que fuera para cumplirlos. Mi madre me decía que si alguien pensaba que lo que yo quería era imposible tendría que demostrar que es posible. Pensé que mi vida ya no tenía sentido y q...