Invincible.

Capítulo 5:

El miércoles hacía un clima poco usual en Londres, el cielo no estaba lleno de nubes y hacía bastante sol, asique decidí ir al gimnasio ya que me había levantado de buen humor y ya que me había apuntado para algo.
La mañana pasó rápida y después de comer me duché y me relajé. Llamé a Alice para quedar con ella y me dijo que después de hacer una sesión de fotos me llamaría porque no sabía a que hora iba a terminar.
Recibí una llamada inesperada y no sabía si las noticias serían buenas o malas.

-¿Sí? ¿Kate?
-¡Hola Anna! -me dijo aquella mujer tan simpática y algre pero algo estresada por el trabajo. Me sentí aliviada de alguna forma. Parecía que las noticias no iban a ser malas.
-¿Qué pasa Kate?
-Te he llamado porque he decidido que serás tú la que cuide a Lucy.
-¡Eso es genial! Gracias Kate.
-Necesito que empieces esta tarde, si puede ser en una hora, porque tengo que hacer algunas cosas en el trabajo. Ya sabes la dirección.
-Perfecto, allí estaré.

Definitivamente tenía trabajo, asique me vestí y fui a casa de Kate a cuidar a Lucy. Por lo que me había dicho su madre es una niña bastante buena, asique si es verdad tendré una gran suerte.
Kate me informó de donde estaban las cosas y sobre Lucy y después salió corriendo hacia el trabajo.

-Bueno Lucy, ¿qué quieres hacer hoy?
-¿Podemos ir al parque? Porfa porfa porfa.
-Vale, hace un buen día, asique vamos.

Si esa niña me hacía pucheros no le podía decir que no, era una niña muy guapa, tenía 6 años y el pelo largo y rubísimo que complementaban a la perfección con esos ojazos azules. Me recordó a Jay por un momento y me hizo gracia ese pensamiento. De cierta manera, se parecían en el pelo rizado y los ojos. Me vino la idea de que alomejor eran hermanos.

-Lucy, ¿tienes hermanos?
-Sí, tengo tres hermanos.
-¿Y los ves mucho?

Me picó la curiosidad porque si tenía tres hermanos, ¿por qué estaría cuidándola yo?

-A veces, a Jay es al que más veo porque vive aquí, pero tiene mucho trabajo, pero los demás viven en otros sitios.

Jay tenía que ser su hermano, el que yo conocía, aunque alomejor es otro, porque sería demasiada casualidad. Luego le preguntaría porque tenía mis dudas.
Estuvimos hablando algo más sobre ella y cómo le iba en el colegio y llegamos al parque. Estuvimos cerca de una hora pero empezó a anocher y a hacer algo de frío asique decidí llevarla a casa. Kate ya estaba allí asique significaba que mi tarde de trabajo había terminado. Era fácil cogerle cariño a esa niña, incluso a su madre. Lucy me dió un abrazo y volví a darle las gracias por haberme aceptado como niñera de la pequeña Lucy. Me dijo que al día siguiente tendría que ir a eso de las nueve.

Por el camino hacia casa me llamó un número desconocido y decidí cogerlo.

-¡Hola Anna! -dijo un contento Jay riéndose. Supongo que por alguna tontería que habían dicho los chicos estos. Si es que desprendía felicidad.
-¡Hola Jay! ¿A qué se debe tu llamada si se puede saber?
-Vente a casa de Max, que no le has cogido el teléfono a Alice en toda la tarde y he tenido que llamar yo.
-Uy es verdad, se me olvidó decirle que tenía que ir a trabajar. No le digas nada de que me han cogido en el trabajo que se lo quiero decir yo.
-Vale pero ¡ven ya!
-Jay, ¿recuerdas que soy nueva aquí y no sé donde vive Max?
-Vale vale vale, es verdad, dime dónde estás que voy a recogerte.

Le dije donde estaba y vino en menos de cinco minutos. Me subí al coche y el camino hacia casa de Max duró poco más de cinco minutos porque había algo de tráfico.

-Jay, ¿por casualidad tienes una hermana pequeña que se llama Lucy?
-¿Cómo sabes tú eso? ¿Me espías? ¿Me acosas? -dijo con una cara de "asustado" algo que me hizo mucha gracia.
-Jajaja, no no, es que soy su niñera y le vi mucho parecido a tí, asique le pregunte si tenía algún hermano y me dijo que tenía tres y que a tí es al que más ve, pero no sabía si se refería al mismo Jay.
-¡Menuda casualidad! Sí, soy su hermano, ¡Vaya suerte tiene de ternerte como su niñera!