Capítulo 8:

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Me desperté a eso de las cinco de la mañana, no pude verlo con claridad. Tuve un sueño, más bien una pesadilla, que fue la causante de que despertara. Seguía abrazada a Nathan y él estaba dormido, tenía el gesto tan relajado, como si no tuviera nada de lo que preocuparse. Le acaricié la cara con delicadeza, tenía una expresión tan dulce. Se revolvió un poco pero no me soltó. Me daba lástima pero decidí despertarlo un poco por lo menos para que pudiera andar hasta alguna habitación.

-Mmm, para...- me decía mientras le movía suavemente el hombro para que despertara.

-Vamos Nath, aquí no vas a descansar. -le dije casi en un susurro. Parecía que los chicos aún no habían llegado aún así yo hablaba en voz baja.

Se levantó sin abrir los ojos y lo cogí del brazo para guiarlo, iba tan adormilado, me tuve que contener la risa por la situación. Nos metimos en la primera habitación que ví por allí que parecía se que no era de Tom. Quité todas las sábanas que había por en medio y tumbé a Nathan como pude.

-No te vayas. -noté que me cogió de la muñeca y lo miré, estaba totalmente despierto. No me iba a ir pero al ver que me iba de su lado me cogió.

-No lo haré, ahora duermete Nath. -le dije mientras me tumbaba a su lado.

Me acomodé a su lado y acabamos otra vez de forma que quedábamos uno en frente del otro. Tenía su cara a centímetros y podía notar como su aliento chocaba en mi cara. 

-Gracias Anna. -dijo con una voz más ronca de lo normal antes de cerrar los ojos.

No respondí ante aquel comentario, sólo sonreí aunque el no lo pudo ver.

No podía dormir, asique me dediqué a contemplar a Nathan durante una hora, no tenía otra cosa que hacer. Realmente podría pasarme toda la vida mirándolo. Escuché como entraban todos a la casa, porque hacían demasiado ruido.

-¡Vamos a hacer algo! -pude escuchar que eso lo dijo Jay.

-No Jay, vamos a dormir. -eso lo dijo Alice.

-Que aguafiestas eres...

-Jay, mañana vamos a salir otra vez, guárdate algo para mañana. -dijo Siva.

-¡Alguien que me hace caso! ¡Por fín! 

Escuché como se reían y estaba sufriendo por si despertaban a Nathan, pero oí como se alejaban. Suponía que iban al salón. Al fín conseguí dormir. 

****

Empecé a escuchar como tocaban a la puerta, constantemente y sin nunguna delicadeza. No había abierto los ojos pero me dí cuenta de que dejaron de tocar a la puerta. Noté como se tiraban encima de la cama, encima de mí más bien.

-¿Pero que coño...?

Y pude divisar como a Nathan por alguna parte entre todos los chicos y Alice.

-¿Pero cómo podéis ser tan cabrones? -dije, con algo de malhumor, ya que no tenía muy buen despertar de por sí.

-Uy, parece que alguien tiene mal humor por las mañanas. -dijo Jay acercándose a mí y tirándose encima.

-¡Jay! ¡Me estás ahogando!

Empezaron todos a reirse, incluido Nathan, al que habían dejado ya en paz. Noté como Jay me hacía cosquillas y empecé a reirme descontroladamente.

-¡Jay! ¡Para! ¡Basta! Jajajaja -no podía más, me dolía la barriga de reirme.

Paró de hacerme cosquillas y cuando dejé de reirme me dí cuenta de que todos nos miraban a Nathan y a mí con una sonrisilla en la cara.

-Bueno, y ahora... ¿Qué hacíais durmiendo juntos? ¿Habéis...? -dijo Tom, y a medida que iba diciendo las palabras la sonrisa aumentaba.

-¡NO! -dijimos los dos al mismo tiempo, como si esa idea no nos entrara en la cabeza. Cosa que a mí si me entraba. Ese es otro tema.

-¡Siempre pensando en lo mismo!

-Yo también les he dicho que no podía pasar porque como Nath tiene novia. -dijo Alice. Se podía haber callado, la había cagado un poco. Noté como Nathan tensaba la mandíbula. Parecía que solo me había dado cuenta yo.

-Pero es que es normal que lo pensemos si os encontramos en la cama juntos, pues lo primero que se piensa es eso. -dijo Max.

-¿Qué hora es? -Cambié bruscamente de tema.

-Las 2 de la tarde. -dijo Jay levantándose de la cama.

-Dios...tengo tanto sueño... -dije volviéndome a tumbar.

-No te duermas ¡Que hoy cocino yo! -dijo Jay todo ilusionado.

-Eso no me lo quiero perder. -dije riéndome, pude ver que Nathan también sonreía. Que bipolar. 

Salieron de la habitación y Nathan y yo volvimos a quedarnos solos.

-Bueno Nath, vamos, que no te vas a quedar aquí todo el día.

-Por mí me quedaría toda la vida... 

-No, de eso nada. Esta noche vas a salir, conmigo, con nosotros y no acepto un no por respuesta.

-No me apetece Anna, no creo que me ayude.

-Ya lo creo que te ayudará. Y no vamos a ir para que bebas, vamos a ir para que te lo pases bien y no pienses en eso, no te voy a dejar que estés de luto.

-Anna, ¿cómo puedes ser tan mandona? -dijo poniéndome los ojos en blanco.

-¡Oye! Yo no soy mandona, sólo quiero que estés bien y lo voy a conseguir.

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Bueno, pues quería deciros que he pensado en hacer un maratón de 3 capítulos pero con la condición de que este capítulo tenga 4 votos y 4 comentarios. Si el maratón tiene 4 votos y comentarios por capítulo entonces haré más maratones. ¡Gracias! ¡Un beso!

Invincible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora