Me desperté de repente. Hacía unos días que no había tenido pesadillas, concretamente desde el día que dormí con Nathan. Esta era la segunda vez que me pasaba con él. Estaba sudando y mi respiración estaba más acelerada de lo normal.
-¿Qué pasa Anna? -dijo inmediatamente en cuanto me vio despegar la cabeza de sus piernas.
-¿Qué? ¿Te he despertado? -dije cuando me había tranquilizado un poco, no quería contarle nada acerca de las pesadillas.
-Responde a mi pregunta. -dijo con tono de preocupación y serio.
-He tenido una pesadilla, no hay más. -dije intentando quitarle importancia al asunto, aunque realmente para mí fuera importante, es mi problema y no quiero meterlo a él ni nada.
-Parecía que estabas pasándolo realmente mal.
-No tiene importancia Nathan, ya está. -dije con una pequeña sonrisa para que no se preocupara. -¿Qué hora es? ¿Has dormido algo?
-Son las 3 y no, no me he dormido.
-¿Por qué? Tenías que haberme despertado para llevarte a la cama.
-Es que se te veía tan bien...
Me daba verguenza que me hubiera visto dormir, y me sonrojé. Odio hacerlo, parezco un verdadero tomate y no es discreto. Me miró y se rió, le puse los ojos en blanco pero no le dí importancia.
Lo llevé a su cama y me quedaría con él hasta que viniera Jay al día siguiente. Yo tenía que ir a cuidar a Lucy cuando Jay llegara.
-Duerme comigo Anna.
-No vas a dormir como duerma contigo.
-Ya lo hice una vez y por lo que recuerdo dormí demasiado bien. -me puso un puchero y no podía decirle que no a esa carita.
-Oh por favor ¡esa cara no! Sabes que me puede... -sonrió ante mi comentario. -vale, dormiré contigo pero no me intentes violar.
Se rió otra vez. Me gustaba verlo feliz la verdad. Se estaba volviendo una persona demasiado cercana en mi vida y sinceramente me daba miedo empezar a sentir cosas por alguien, justamente por él. A él le gusta demasiado estar cada día con una distinta y yo...pues no hay nada que hacer.
Me tumbé con él, y después de un rato sentí como una mano se posaba en mis caderas y me acariciaba la espalda. Me estremecí, pero me sentía tan bien. Cerré los ojos y acabé durmiendome, quería mantenerme despierta pero esas caricias me lo impedían.
****
Jay llegó antes de que Nathan se despertara. Me fui y aunque me hubiera gustado pasar el día con él no podía. De camino a casa de Kate pasé por delante del gimnasio al que me había apuntado hace unas semanas ¡se me había olvidado por completo! Otro día iría, cuando no tuviera que cuidar a Lucy mañana y tarde.
-¿Max?
-Sí, oye Anna necesito hablar contigo...
-¡Soy inocente! -dije antes de que me pudieran reñir por algo.
-Jajajajaja no has hecho nada, solo quiero hablar contigo. -ví como pasaba de estar serio a esbozar una sonrisa. Me estaba volviendo experta en relajar el ambiente.
-Menos mal... -dije con un suspiro exagerado como señal de alivio. -Estoy llendo a casa de Lucy, ve para allá.
Llegué a casa de la pequeña Lucy y esta me abrazó.
-Lucy ¡parece que no me has visto en años!
-Te ví hace dos días, eso es mucho.
Llegó Max más tarde. Tenía un aspecto cansado, y estaba inquieto.
-Max pasa, ¿Qué te pasa?
-Dios la echo de menos. -me lo soltó como si lo estuviera reteniendo por años. -Necesito decirle lo que siento. Si me dice que sí seré la persona más feliz del mundo, si veo que tengo alguna oportunidad haré lo que sea por tenerla y si no quiere nada de mí, desapareceré entonces.
-Max, tranquilizate, estoy segura de que ni duermes pensando en ese tema. Yo también la echo de menos, mucho. Estuve un año sin verla y se me hizo eterno, y ahora que llego se va. Sé que la quieres, de hecho se te nota demasiado, pero no puedes estar constantemente pensando en ello porque si no no vas a tener tiempo ni para pensar en tí.
-Es que llevo así desde que llegó Anna...y tú me estás animando a que lo haga cuando nadie lo había hecho, quizás porque tú la conoces más que nadie.
-Max, si ella te dice que no no puedes simplemente alejarte, sí alejarte por un tiempo estaría bien, pero no puedes huir, porque ella te quiere, muchísimo y le dolería perderte. No puedes obligarla a que se enamore de tí, y si te vas entonces ella pensará que todo es su culpa. Me parece genial que se lo digas, tienes que buscar un buen momento, si no ves el momento adecuado esperate hasta que lo encuentres.
-No he encontrado el momento nunca ¿y si allí conoce a gente nueva y me reemplaza? Siempre se ha llevado mejor conmigo que con los demás. ¿Y sí allí se enamora? ¿Y sí no vuelve?
-Si piensas esas cosas es normal que estés así. Yo soy como tú Max y yo hago lo mismo pero lo mejor sería que hagas cosas para distraerte, en cuanto podamos todos vamos a salir y te vas a despreocupar un poco de las cosas, te voy a distraer y vas a pensar en todo esto de forma positiva, pero eso será la semana que viene porque esta noche nos vamos a deprimir juntos. -le guiñé el ojo y le sonreí.
Cuando se fue quedamos a una hora para por la noche. No quería ver a Max así, no sé si lo habré ayudado en algo, no soy muy buena en esto, pero sí lo intentaría animar. Decidí que le contaría lo de Nathan, necesitaba su opinión, él estaba confiando en mí y me había dado motivos para poder confiar en él.
NARRA ALICE:
No me apetecía nada verle la cara a Eric otra vez, no porque fuera feo, ni mucho menos, porque es guapísimo, pero un borde de cojones. Sí me apetecía ver a Mike y me gustaba mi nuevo jefe, el único problema es Eric, o quién sabe, alomejor soy yo.
Iba caminando hacia el trabajo e iba pensando en que solo llevaba un día allí y ya echaba de menos encontrarme a Siva en el trabajo, quedar con los chicos, la alegría de Anna y como intenta animar a todo el mundo y sobre todo las tonterías de Max. Ay Max, que complicado es...
Cuando me dí cuenta ya había llegado al edificio, salí de mis pensamientos cuando me dí cuenta de que no sabía a que sala tenía que ir, bueno sí sabía la sala, pero no sabía llegar. Vi a Eric a lo lejos, y seguro que él también me vió, iba a ir a preguntarle pero pasaba de que me contestara mal.
-¿Me estás ignorando?
-Es que alomejor te molestaba mi presencia, como eres así de especial. -le dije a Eric, pensé en no contestarle, pero pensandolo bien tampoco tenía muchos motivos.
-¡Qué rencorosa! No sabes como soy...
-Ni falta que me hace.

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Invincible.
Fiksi PenggemarMi madre siempre me decía que si tenía sueños tendría que hacer lo que fuera para cumplirlos. Mi madre me decía que si alguien pensaba que lo que yo quería era imposible tendría que demostrar que es posible. Pensé que mi vida ya no tenía sentido y q...