Me arreglé lo justo y fui con Alice a algunas tiendas a comprar ropa. Aparte de que necesitaba renovar mi armario, también necesitaba ropa de deporte ya que empezaría al día siguiente o al otro a ir al gimnasio. Estábamos hablando mientras íbamos en busca de un McDonald's, cuando Jay llamó a Alice.
-Claro en quince minutos estamos allí, ¡adiós Jay!
-¿Que quería?
-Pues que vamos a casa de Jay a comer, también va a estar Max y otros amigos, asique vámonos de aquí.Salimos de allí y fuimos deprisa a casa de Jay. Teníamos ganas de llegar, más que nada porque teníamos hambre. Íbamos andando mientras Alice me contaba algo a lo que dejé de prestarle atención cuando me encontré con un edificio que me sonaba bastante y rápidamente caí en la cuenta de que ahí se encontraba el piso del chico al que ayudé el otro día.
-¿Anna sigues viva?
-¿Qué? ¿qué pasa?
-¡No me estás escuchando! ¿pasa algo?
-No no, solo estaba pensando en cuanto nos queda para llegar.
-Pues ya estamos aquí.Tocamos al timbre y nos abrió un chico muy moreno de piel y alto, más o menos como Jay, con muy buen cuerpo. Suponía que este chico tenía que ser modelo porque tenía toda la pinta.
Abrazó a Alice y a mí me dió dos besos.-Soy Siva, ¡encantado!
-¿Qué tal? Soy Anna.
-Sí, me han hablado de tí sí... -miró a Alice con los ojos entrecerrados, suponía entonces que era porque Alice se puso pesada con mi llegada.
-Bueno bueno, ¿ entramos o nos vas a dejar aquí fuera, Siva?Esta chica tan espontánea como siempre, a veces me daba envidia por la forma que tenía de decir las cosas, sin ningún inconveniente, claro que también sabía guardarse las cosas cuando tocaba. Es lo que tiene la confianza.
Entramos, y aparte de Siva, Max y Jay, había un chico moreno, algo más alto que Max, pero no mucho más, y delgado pero bastante guapo, ninguno de ellos era feo, esto era bastante agradable de ver, estar rodeada de chicos así era una gozada.-¡Pero si está aquí la famosa Anna!
-Tom, siento decirte esto, pero no es Anna.-dijo Alice,toda seria.
-Vaya, ya me había hecho yo ilusiones...
Se notaba que sabía que era de broma, a Alice no le salió bien eso de mentir y empecé a reirme por la voz de niño pequeño que había puesto Tom, cosa que delató que, efectivamente, era Anna.-Eso de mentir se te da demasiado mal, no lo intentes. -dijo Jay que había apreciado el intento fallido de mi amiga y empezamos todos a reirnos por el comentario.
De repente entró un chico al salón. Oh, no podía ser, era él.
-¿Qué pasa, qué pasa? ¡Yo también quiero reirme!
-Nada, que Alice no sabe mentir.
-Ah bueno, ¡pero eso no es nada nuevo!Debió notar que había una presencia nueva en aquel lugar, porque me miró algo extraño, y luego se acercó a mí sonriendo. Por favor, que sonrisa. De eso no me dí cuenta esa noche, más que nada porque no sonrió, debido a su tristeza. Pero ahora se le veía tan alegre, que se me contagió.
-Soy Nathan, tú debes de ser Anna.
-Ajá, no hace falta ni que me presente.
-Jajaja, es que Alice nos habla de tí siempre. Te echaba de menos, menos mal que has venido, así por lo menos no está pesada.
-Ey Nath, ¡que te estoy oyendo!
-Ya lo sabía.Definitivamente, este chico no se acordaba de mí. Y si se acordaba no me lo demostraba. Asique su nombre es Nathan, bonito nombre. Era realmente guapo, unos ojazos por cierto, tan verdes. Sí, me dió tiempo a fijarme en todo eso sin que se me notara demasiado que lo miraba.
Eataba muy agusto allí con ellos. Todos me acogieron como si fuera amiga de toda la vida y estuvimos tomando algunas cervezas para pasar el rato. Desconecté de todo lo que pasaba fuera.
-Bueno, pues como llevamos demasiado tiempo sin salir de fiesta, yo opino que deberíamos salir el sábado.
-Saliste hace dos días Jay.
-Pues eso digo, que hace mucho tiempo que no salimos. Además, ¡tenemos que celebrar que ha llegado Anna aquí!
-¡No me uses como excusa Jay! A mí me da igual salir 2 días seguidos que tres, no me voy a resistir.
-Tienes un problema con la fiesta y la bebida tío. -dijo Nathan riéndose de él.
-No digas eso, que Anna se va a pensar que soy un alcohólico.
-¡Es que lo eres! -dijo Siva.
-Tranqui, estoy acostumbrada a ver beber a Alice.
-¡Sigo estando aquí! No bebo tanto...
-Bebes igual que Jay, no sé como podeis ingerir esa cantidad de bebida. -dijo Siva intentando ser serio, pero no le salía.
-No exageres. Además, siempre acabamos haciéndonos compañía como buenos amigos borrachos que somos.Seguimos riéndonos unas cuantas horas más, pasaba el tiempo volando con estos chicos. Hacía tiempo que no me reía tanto, agradecía estos momentos.
-Bueno, nosotras no vamos ya.
-Podríais quedaros a cenar. -dijo Max mientras recogía las cervezas que se había bebido.
-En otro momento Max, llevamos todo el día andando y como comprendereis, nosotras necesitamos dormir.
-Sí, por lo menos nuestras doce horitas necesitamos para descansar.
-Jajaja, bueno Jay acompáñalas a la puerta, ¡nos vemos!
-¡Adiós chicas! -dijeron todos al unísono y algunos mandándonos besos en el aire.Nos despedimos con la mano y Jay se despidió de nosotras con un abrazo, me encantaba esa manera de darlos, podría acostumbrarme, al ser tan alto y confortable, era bastante agradable. Me sentía feliz de haber pasado un buen rato. Cuando Jay se despedió de nosotras, noté que Nathan me miraba con una cara algo confusa. Pensé que se estaría dando cuenta de quien era, o por lo menos de que le sonaba de algo. Decidí dejar el tema a un lado, me estaba obsesionando.
Fuimos hablando de cosas sin importancia por el camino y Alice me contó alguna cosa sobre los chicos. Descubrí que Siva también trabajaba como modelo pero que también trabajaba con los chicos en la música.Sabía que ese cuerpo no lo iban a pasar desapercibido. Ojalá consigan lo que quieren, se lo merecen. Me contó cosas sobre los demás y nos reímos de algunas cosas que Alice recordaba sobre ellos.
Me fui contenta a la cama, había sido un buen día, y estaba bien sentirse cómoda con ellos, me habían aceptado bastante bien allí y me dieron mucha confianza. Creo que con ser yo misma bastaba.
ESTÁS LEYENDO
Invincible.
FanfictionMi madre siempre me decía que si tenía sueños tendría que hacer lo que fuera para cumplirlos. Mi madre me decía que si alguien pensaba que lo que yo quería era imposible tendría que demostrar que es posible. Pensé que mi vida ya no tenía sentido y q...