WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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RABIA
TW: contenido sexual
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Habían pasado dos semanas desde que el comienzo del nuevo año escolar. Ya había tenido mi primera clase con Severus, pero había decidido seguir ignorándolo y centrarme en lo mío a pesar de su insistencia con ser el foco de mi ira.

— ¿Me estás diciendo que vas a desperdiciar tu futuro en ese estúpido deporte? — siseó una vez que le conté sobre mis planes después de la escuela.

No era como si quisiera que él lo supiera, pero el procedimiento de séptimo curso nos hacía hablar con los jefes de nuestras casas para recibir consejos sobre nuestras carreras. Por supuesto, él no aprobó la mía. Aunque no es que me importara su opinión.

Los equipos de Quidditch estaban preparando sus entrenamientos y horarios y el equipo de Gryffindor estaba especialmente irascible. Angelina Johnson, la nueva capitana y una de las pocas jugadoras por las que tenía respeto, se estaba maldiciendo por todo el pasillo ya que tenía que hacer la prueba para buscar al nuevo guardian del equipo sola debido a que Potter se había metido en problemas con Umbridge.

Sin embargo, eso resultó una alegría para mi equipo pues tener a los Gryffindors sin uno de sus jugadores y a su mejor jugador castigado y sin entrenar, nos daba un poco de ventaja. Mi equipo estaba consolidado y más fuerte que los últimos años, aunque todavía estábamos lejos de nuestra gloria pasada.

Estaba apoyada en una columnas de uno de los pasillos fumando uno de los pocos cigarros que me quedaban con Liv mientras los demás estudiantes andaban de aquí para allá o se amontonaban en grupos.

— ¿De dónde vas a conseguir los cigarros ahora? — Liv preguntó quitándome el cigarrillo de mis dedos y dándole una calada.

— Le enviaré a Iris a Remus pidiéndole que me envíe los paquetes que Sirius tiene en casa. Él no fuma de esa marca así que puedo cogerlos.

Cada vez que fumaba un cigarrillo en la escuela, no podía evitar recordar a Ced. Todavía sentía un gran vacío dentro de mí cuando pensaba en él, pero la ira y el hambre de vengarlo me hacían seguir adelante.

— ¿Dumbledore te permite fumar a simple vista?

— No si fuera menor de edad, pero no lo soy, así que mientras no fume dentro de las clases...

— Pauline trató de hacerme dejarlo — dijo mirando las pequeñas cenizas que se habían desprendido sobre el suelo y jugando con sus pies. — Así que ahora fumo mucho menos, tú también deberías intentarlo, Lilith.

Liv me entregó el cigarro y lo hice colgar en mis labios mientras abría uno de mis libros para revisar las notas de la clase anterior.

— Nah, estoy bien.

— ¡Arambella! ¡Lovegood! — escuchamos una voz gritar. Se trataba de uno de los Gryffindors de nuestro curso y estaba acompañado por un grupo de Ravenclaws. Liv se dio la vuelta para mirarlos y se tensó, yo simplemente levanté la cabeza arqueando una ceja y con mi rostro más mezquino. — ¡Es bueno verlas juntas, chicas!

— ¿Qué quieres, Alton? — lo reconocí. Era el chico al que maldije sin varita el año pasado.

— Solo me preguntaba cómo vas a ingresar al equipo de Slytherin este año sin chuparle la polla a ninguno de los viejos capitanes para que te asegure un puesto.

Respiré hondo con el cigarro aún en mis labios y apretando el libro en mis manos. No sabía por qué, pero últimamente, los Gryffindors tenían aún más sus ojos en mí y por alguna maldita razón, estaban empezando a meterse con mi posición de Quidditch en el equipo de Slytherin. Quizás la carta de mi madre ya estaba demasiado quemada.