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EL TORMENTO DE LILITH
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Diciembre llegó con una enorme nube gris sobre Londres;  el frío se podía sentir en cada rincón de la ciudad, el Mundo Mágico estaba cada vez más preocupado y alertado por el próximo movimiento de los Mortífagos e incluso los muggles se sentían sin energía.  Me pasé esos días entrenando duro con las Arpías, haciendo mi mejor esfuerzo durante los partidos y tratando de pasar tanto tiempo con Fred como nos permitían nuestros apretados horarios.  Mis sentimientos por él no hicieron más que crecer y crecer durante esos días, inesperado, ¿verdad? 

Antes de que pudiera hacer algún plan para Navidad, tal vez ir con Liv y Pauline a la casa de los Lovegood en el medio de la Irlanda rural, una carta de la Sra. Weasley llegó a mi casa una semana antes, sorprendiéndome. 

— ¿Te escribes con tu suegra? — Pauline me guiñó un ojo y me entregó la carta del viejo búho de la familia Weasley.  Fruncí el ceño, confundida, pero aún así le sonreí. 

— ¿Estás segura de que es para mí? Quizás la lechuza ha confundido nuestra dirección con la de los gemelos.

— No, chérie, pone tu nombre. Y no hay otra Lilith.

Lo abrí con cuidado y leí la nota; era la invitación para pasar la Navidad en la Madriguera junto a Hermione, Harry, Remus, Tonks y el resto de los Weasley. Junto a él. 

— Deberías ir — dijo Liv rápidamente, leyendo la carta por encima de mi hombro. 

— ¿No os importa?

— ¡Por supuesto que no! Te visitaremos de todos modos.

Cuando estaba a punto de responder a la corresponsal, un silbido proveniente de la calle llamó nuestra atención. Tanto Fred como George estaban asomados a la ventana de la cocina de su apartamento con grandes sonrisas en sus rostros. 

— ¡Buenos días señoritas! — Fred salido con un tono sarcástico.

— Lilith, por favor, dime que vendrás a la Madriguera con nosotros. No creo que pueda soportar a este idiota solo — rio George, mirándome mientras señalaba a su gemelo. 

Fred le dio un codazo y sonreí; 

— Claro, Georgie. Estaré ahí para ti.

— ¡Toma eso, idiota! — se burló de Fred, cuyos ojos se mantuvieron en los míos con un brillo suave y al mismo tiempo travieso. 

— Sigo siendo su gemelo favorita, idiota. ¿No es así, Lilith?

Me quedé mirando su desordenado cabello pelirrojo, que lucía como un fuego ansioso y consumidor en contraste con su piel blanca y a esos ojos que parecían bronce derretido y que me perforaban tan profundamente. 

¿Cómo no podrías serlo, Freddie?  Si estoy demasiado ocupada siendo tuya como para enamorarme de alguien más. 

— No voy a responder eso — me reí, — Puede que tú me folles, pero Georgie me trae chocolate a los partidos de Quidditch, eso suma puntos.

— ¡JA! — George estalló, divertido.  — Te lo dije, Freddie. No puedes competir conmigo.

✵ ✵ ✵

La noche antes de ir a la Madriguera, con todo mi equipaje listo para las dos semanas que planeaba quedarme allí, me fui a la cama con un sabor amargo en la boca.

Por alguna razón, no pude evitar recordar mis pesadillas a pesar de que no las había tenido en un buen par de semanas gracias a lo exhausta que llegaba a casa después del trabajo. Tras de salir de la ducha, Liv notó mi incomodidad y se ofreció a dormir conmigo en caso de que lo necesitara, pero no quería molestarla más de lo que ya lo hacía, así que logré forzar una sonrisa, que estoy  segura que ella no creyó del todo - y me fui directa a la cama, esperando no soñar nada. 

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora