UN GRYFFINDOR DENTRO DE SLYTHERIN
___________—¿Sabes que eres el tercer estudiante que no es un Slytherin, y probablemente el primer Gryffindor que entra en nuestra sala común?— Dije después de un rato, alejándome de él para darle algo de espacio.
—Bueno, apuesto a que tu viejo amigo Salazar no le gustaría saber que hay un jodido Gryff bajo su techo, ¿verdad?— Bromeó Fred, levantándose de la cama para ponerse sus bóxers negros y pasear por mi habitación.
—No sé, aunque te parezca raro, no he tenido el placer de conocerlo. Pero, sí, no creo que le hiciera gracia.
—Tengo que admitir que es mucho más fresco y agradable de lo que pensaba. Esa enorme pared de cristal con vistas al agua era realmente impresionante... pero, ¿cómo terminaste sin compartir tu habitación?— preguntó, haciéndome suspirar. —¿Privilegios de ser pariente de un profesor?
—Ojalá... pero no, las pesadillas ... Severus pensó que no sería una buena idea que ningún otro niño de 11 años se despertara a la medianoche con mis gritos.
Tras mi confesión, él abrió los ojos ampliamente, así que traté de restarle importancia.
—Pero es, con diferencia, lo mejor del mundo, puedo hacer lo que quiera aquí.
—Mmmh, me pregunto qué tipo de cosas habrás hecho aquí...— sonrió. —A mi me encanta compartir el dormitorio con Georgie y Lee, pero a veces la falta de privacidad es agotadora.
Traté de levantarme pero mis piernas temblaban demasiado. Resoplé, ya lamentando las palabras que estaban a punto de salir mi boca:
—¿Te importaría ayudarme a ponerme de pie? Quiero ponerme las bragas.
Se rió, pero se acercó bastante rápido hacia mí para agarrar mis manos y ayudarme.
—Será mejor que quites esa sonrisa arrogante de tu cara antes que yo misma lo haga— le advertí, tratando de reprimir mi propia sonrisa.
—Amenázame una vez que puedas caminar por ti misma, Lilith.
Puse los ojos en blanco mientras Fred agarraba mis caderas para hacerme sentar en mi tocador para que mis piernas pudieran descansar. Cuando pensé que se iba a separar un poquito, se acercó, metiéndose entre mis piernas con sus manos en la madera y su cara pegada a la mía.
—No he hecho tanto como crees— dije después de un rato, sin perder el contacto visual.
—¿No? Yo lo haría si fuera tú.
—Bueno, si te refieres a mí misma... entonces, sí.— Sus cejas se arquearon y una pequeña sonrisa seductora apareció en su rostro.
—¿Alguna vez pensando en mí?
Asentí lentamente y Fred respiró hondo, bajando sus ojos a mis labios.
—Si tan solo pudiera ver ese espectáculo...
Podrías si quisieras.
—La primera vez fue el año pasado— continué, jugando con él porque nunca podría cansarme. —Después del Baile de Navidad... Aunque todavía quería matarte, no pude evitar sentirme excitada por ti.
—Me pasó lo mismo a mí— afirmó riendo.
—Sí, apuesto a que sí.
—¡Lo digo en serio! En el momento exacto en que te vi con ese vestido rojo, mostrando este hermoso cuerpo... Joder.— Fred respiró hondo y su voz se hizo más profunda. —Quería golpearte contra la pared, sí, pero también quería arrancarte el vestido y follarte allí mismo, en frente de todos. Cuando te vi bailando con Olivia y luego con Malfoy... y Pauline besándote frente a mí, maldita sea, deseaba tanto ser ella. Solo podía pensar en meterme entre estas bonitas piernas y mostrarte que nadie te complacería tanto como yo podría.
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WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)
FanfictionAVISO: lenguaje maduro, contenido sexual, violencia y uso de drogas y alcohol. Fred Weasley siempre ha odiado a esa chica de Slytherin con toda su alma; Lilith Arambella. Pues no solo era la sobrina de Severus Snape, sino que también, era la hija de...