WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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HERIDA
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Después de dejar un beso rápido en mi mejilla, Fred se levantó de la cama y comenzó a divagar, con solo sus bóxers colgando descuidadamente de sus caderas, por toda mi habitación. Puso uno de los discos de vinilo y empezó a revisar mis cuadernos.

— No sabía que supieras dibujar — sonrió, mostrándome uno de los muchos retratos de Liv que tenía en mi cuaderno, junto a uno bastante realista de Remus.

— Hay muchas cosas que no sabes de mí — respondí tratando de sonar misteriosa. — Sin embargo, no dibujo con tanta frecuencia como solía.

— ¿Por qué no?

— No tengo tiempo.

Apretó los labios y continuó mirando los papeles hasta que encontró algo que lo hizo sonreír ampliamente.

— ¿Que es esto?

— ¿El qué?

— ¿Acaso soy yo, Lilith? — se burló, mostrándome el retrato que le había hecho hacía más de un año cuando todavía tenía el pelo largo y la cara de bebé. Entonces sentí una enorme explosión de rubor por todo mi cuerpo. Mierda. Mierda. Mierda.

— No, vuelve a poner eso en su lugar — dije demasiado rápido para que me tomara en serio. Fred se rió y continuó admirando su retrato. — ¡Fred!

— Oblígame — me bromeó.

Intenté poner los pies en el suelo y ponerme de pie, pero las piernas me fallaron y me volví a caer en la cama. Balbuceé al escuchar la risa divertida del pelirrojo y traté de parecer lo más amenazante posible.

— Fred... no me pongas de los nervios.

— ¡No te enfades cariño! Creo que es realmente hermoso...— sonrió en un tono inocente, volviendo a acostarse a mi lado. Traté de quitarle el cuaderno de las manos, pero él hizo una mueca, alejándolo de mi alcance. — Oye, solo quiero seguir mirándolo, ¡me siento tan halagado! Parece tan real que podría ser una foto, ¿quién te enseñó a dibujar así?

— Aprendí por mi cuenta. No hay muchas cosas que hacer durante el verano en La Mansión Arambella — respondí sin pensar. Joder, estoy hablando demasiado.

— Es genial — susurró Fred, cambiando de tema al notar que La Mansión Arambella no era algo de lo que me gustaba hablar.

— Puedes quedártelo si quieres...— Tengo como otros cinco dibujos tuyos muy bien guardados debajo de mi cama.  

Sus ojos se abrieron con entusiasmo y alegría.
— ¿De verdad?

— De verdad.

Instantáneamente me rodeó con sus brazos, llenando mis mejillas y mi cuello con besos rápidos, cálidos y suaves, haciéndome reír debajo de él.

— ¡Será mejor que estéis vestidos! ¡Ya estamos en casa! — la voz de Liv sonó desde detrás de la puerta acompañada por las risas de Lin y George.

Miré a Fred, tratando inútilmente de contener mi sonrisa;

— ¿Por qué siempre nos pillan?

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— Lilith — llamó Khaleelah y me di la vuelta para encontrarla andando hacia mí con su escoba en la mano. — Después del partido saldremos a tomar unas copas. Aunque sin alcohol, por lo menos para mi, obviamente. Y si es que no terminamos demasiado heridas, ¿querrás venir?

Le sonreí, sintiéndome increíblemente feliz por ser incluida en el grupo de amigas que todo el equipo había formado. — ¡Claro!

— Genial, ahora tenemos un pequeño descanso antes de empezar el partido así que nos vemos en el vestuario.