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DE VUELTA A CASA
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Después de dos semanas en la cabaña, siendo increíblemente cuidada durante todo el tiempo por Fred y el resto, finalmente pude tener un poco más de independencia.

— ¿Estás segura de que no me necesitarás? — preguntó Fred, poniéndose una chaqueta de mezclilla gastada que le sentaba tanto que podía sentir como mi cuerpo lo ansiaba de nuevo.

— Te he dicho mil veces que sí — rodé mis ojos con una pequeña sonrisa en mi rostro. — Además, cuando volváis podremos ir juntos al Callejón Diagon.

Este era nuestro último día en la cabaña y al notar como Fred empezaba a cansarse de estar constantemente rodeado por estas cuatro paredes, lo había convencido para que saliera a caminar con Liv, Pauline y George mientras yo me quedaba aquí con Hermione, Harry, Ron y Ginny. Aunque él había accedido un poco de mala gana.

— Bien. Por cierto, ya he mandado a Iris al campo de Quidditch con la carta para Khaleelah.

Apreté mis labios, asintiendo. Después de haber sido examinada por Tonks, Remus y la Sra. Weasley, acordaron que no podría jugar, al menos, por otras dos semanas. Lo cual, me entristecía muchísimo ya que el Quidditch con las Arpías era mi pasión y realmente disfrutaba de cómo nos iba en la liga.

— Freddie, ¿puedes traer un espejo de cualquiera de las habitaciones cuando vuelvas? — Pregunté, jugando con mis uñas un poco nerviosa. — Me gustaría ver por mí misma cómo están las heridas.

El pelirrojo se quedó quieto un momento y después suspiró.

— Lilith, ¿estás segura?

Asentí con la cabeza y después de meditarlo, me imitó.

Antes de irse, Fred se acercó a la cama y cuando pensé que me iba a dar un beso en la mejilla, sé dirigió a mis labios. Fue suave y rápido, pero removió cada parte de mi cuerpo después de tanto tiempo sin su toque.

— Hasta luego guapa.

— ¡Diviértete!

No pasaron ni diez minutos cuando Ron, Harry y Ginny irrumpieron en la habitación.

— ¡Buenos días! — dijeron al mismo tiempo. Ron y Harry se sentaron en el respaldo de la cama, frente a mí, y Ginny se acostó a mi lado con cuidado, para no lastimarme.

— ¿Qué tal chicos? ¿Dónde está Mione? — les sonreí un poco confundida.

Ron resopló.

— No ha querido venir, está un poco cabreada conmigo. Dijo que vendría más tarde a verte.

Me reí entre dientes mirando al pelirrojo.

— ¿Qué has hecho esta vez?

— ¡Juro por Godric que ahora no he hecho nada! ¡Solo estaba escribiendo una carta y ella ha pensado que era para Lavender!

Ginny negó con la cabeza riendo mientras Harry tenía sus ojos enfocados en ella. No se me escapó a la vista los pequeños destellos que brillaban en sus ojos verdes del chico mientras observaba a la hermosa pelirroja. Ginny era, sin duda, una de las chicas más hermosas que había visto en mi vida y ahora que había crecido un poco más y había desarrollado algunos rasgos maduros que combinaban perfectamente con la mirada traviesa que había heredado de los gemelos, era in posible negarlo. ¿Sería posible que Potter se estuviera enamorando de la hermana de su mejor amigo?

— Conoces bastante bien a Hermione, Lilith. ¿Puedes darme algún consejo? — Ron llamó mi atención. — Ya le he preguntado a Ginny pero ella no me quiere decir nada.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora