WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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PROVOCACIÓN
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A la mañana siguiente, cuando me desperté, decidí que me vengaría de Fred para que se arrepintiera de haberme desafiado. Como tenía el día libre, le había ofrecido a George mi ayuda en la tienda con la intención de provocar al gemelo mayor durante todo el día. 

Cuando lo vi en su habitación a través de mi ventana, mi parte diabólica se emocionó e intentando borrar la sonrisilla traviesa mientras caminaba hacia el balcón, me senté en el borde de la barandilla cruzándome de piernas.

Era hora de comenzar mi plan.

Enseguida se dio cuenta de mi presencia y salió a su balcón mientras se ponía la camisa. 
— Buenos días, cariño. ¿Sigues molesta? — bromeó, apoyándose contra el marco de la puerta. 

No respondí, en cambio, miré a mis propias piernas haciendo que el siguiera mi mirada.  Inmediatamente, escuché como su respiración se volvía más pesada.

— ¿Es esa-

— ¿Tu falda favorita? ¿La que usaste cuando me follaste en mi dormitorio en Hogwarts? — Lo interrumpí, fingiendo inocencia en mi tono.  — Si.

— George me dijo que nos vas a ayudar en la tienda, ¿estás tratando de hacer que mi día sea más feliz?

Me reí con voz ronca.  Ay cariño, si supieras...

— Al contrario, Freddie. Te voy a hacer sufrir durante todo el día — ronroneé jugando con un mechón de pelo y me froté los muslos con fuerza. — Ah, y por cierto, no estoy usando ropa interior... — Hice una pausa para observar su reacción. Su pecho se llenó de aire mientras su mandíbula se apretaba.
— ...y tendrás que verme paseando por tu tienda durante todo el día, sabiendo que eres el único que sabe no hay nada debajo de esta falda.

— No te atreverías — Fred se rió entre dientes, tratando de parecer confiado, mientras que la profundidad de su voz demostraba lo excitado que ya estaba. 

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios y todo mi torrente sanguíneo pareció volverse fuego cuando vi el gran efecto que tenía en él. Mi Freddie. 

— Pruébame, Freddie — murmuré, mientras abría lentamente mis piernas para probar mis palabras.  Sus ojos bajaron de inmediato, oscureciéndose y brillando más, mientras se humedecía los labios y respiraba lenta y profundamente. 

— Joder, Lilith...— suspiró sin aliento. 

— Sin embargo — continué, pasando mi mano desde mi rodilla hasta la cadera en un camino lento. — No me vas a tocar, cariño.

Cerré las piernas en un abrir y cerrar de ojos, haciéndolo tragar saliva y que pusiera sus ojos de nuevo en los míos, mientras mantenía esa sonrisa tenue solo para molestarlo. 

— Lilith...— Fred habló en un susurro desesperado, sacudiendo ligeramente la cabeza. 

— Te dije que habías jugado la carta equivocada, así que ahora... enfréntate a las consecuencias —  Dándole un guiño cínico, salí del balcón, asegurándome de balancear mis caderas mientras entraba en mi cuarto y sintiendo la mirada de Fred atravesándome. 

El plan había empezado.

— ¿Vas a la tienda? — Liv me preguntó una vez que entré en la cocina.  Estaba sentada en el mostrador bebiendo su té mañanero con un libro en la mano.

— Sí, ¿dónde está Lin? 

— Ha ido a comprar el desayuno. ¿Puedes decirle a George que venga sobre a las 6 de la tarde?