Aullidos de mi transtorno

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Mis sombras comienzan a despertar
Analizando ya mi forma de actuar
Creyendo que la forma de escapar de esta realidad es dejando todos mis sueños atrás sin más.

Huyendo de mis paranoias con el corazón escupiendo hierro que quema y me sofoca recordando mis respiros con veneno.

Problemas, ego, lujuria y deseo, Mezcla todo y me obtienes de premio. Aroma a mandarinas y palabras de novela juvenil, esa es la esencia de mis perspectivas.

Plegarias de una sonata triste, mis recuerdos se encapsulan y mis tormentos me persiguen. ¿Alguna vez podremos ser libres?

La depresión de ver a todos sonreír, mi entorno se vuelve amarillo y yo tan gris. Mi problema es mi cabeza y su problema es contaminación, guerra y hambruna.

Pido ser la reina en el ajedrez, pero apenas y sé ser un peón. Pido mucho y recibo poco, y cuando pido poco recibo mucho. Tengo incoherencia en mis latidos y parafilias en mis amoríos.

Quiero asesinar esos aullidos, quiero desvanecer todos mis gritos.

Perturba mis pensamientos cada susurro de ellos, pierdo la noción del tiempo y desaparezco cada recuerdo de mi pesada infancia. Escondo mi preocupación en pastillas sabor tranquilidad.

Pierdo la fe de un paraíso mental, inyectame esa droga de vitalidad y explicame que tengo mal. ¿Por qué no dejo de llorar de la nada?, ¿Por qué escucho las plegarias de un trauma?, ¿Qué representa cada pesadilla sobre mis argumentos?.

Los odio a todos ustedes, pero sé que son yo, así que por lo tanto nos odiamos mutuamente hasta la muerte.

Perdonen mi egoísta forma de pensar, pero ojalá todos fuéramos distintos, tan distintos y sin perder tino. Están apuntando como cretinos este destino, odiamos que nos miren con miedo y terror, que con una pizca de horror, crean que lo nuestro es una anomalía, algo de malicia con lo que perderás la cabeza e incluso destreza, odio a esta gente que nos lastima.

Así es nuestra ceniza, aún sobreviviendo para conocer incluso lo pequeño de la vida, lo que palpita nuestra emoción y sorprende nuestra motivación de vivir con serenidad en este mundo de intranquilidad que apesta nuestra forma de existir, nos aplasta sin dolor y sin fin y nos hace querer exigir un grito de auxilio, a estos aullidos de nuestro transtorno.

                       

                      
Dedicado a cualquiera que sufra una condición mental y que sea juzgado o interpretado como alguien peligroso. NO ESTAS SOLX.

Kenya, Who AmCe

El Valor De Un SentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora