El Valor De Un Sentimiento

Huecos en mi vacío existencial.

Teniendo mis sentidos más alertas que antes exhale cada perdida de mi memoria en un suspiro agotador.
Buscaba mil y un formas de desahogo para mis tormentos pero solo tu cálida voz en la que me recargue me hacía sentir como en las mil maravillas.
Me subestima siempre una nueva idea cuando creo tener conclusión a mis sentimientos pero un momento a otro me hace sentirme una mariposa a pleno vuelo y perderme en el aire y cielo agitando mis alas hasta agotarme.

Hasta que mi fantasía de sistemas en corto circuito se enreda sucesivamente sin control alguno, sin final.
Conectando en el centro de mi cerebro y manejando cada día mi impulsiva vida en maniobras de segundos.
La complejidad de ello me alborota el alma, me sacude los adentros de mis delirios nocturnos y acechando en el vacío de cada alma busca respuestas para mí propia obscuridad incompleta.

Los seres de luz en mi cabeza lo manifiestan y siguen de pie, fuertes como soldados y astutos como zorros.

Yo sin embargo, me mantengo por lo bajo, oculta y extraña, perdida en mi memoria tan vaga, esperando alguna señal de lo obsoleto que puede convertirse mi sistema de un momento a otro si tomara una desviación tan frecuente de mi cabeza, pero el freno está presente sin ocultarse mostrando una vez más el miedo y agotamiento que encarceló en mis pensamientos.

Soñando las respuestas que probablemente y tengo en mis manos, invisibles pero no intangibles, decifrandolas día a día.

Perdida como siempre, extrañando mis ayeres y ahnelando las respuestas del mañana, exigiendo lo imposible como si fuese posible.

Esa, soy yo.