Sostenme una última vez

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Tal vez no sea ese limón que cosechaste alguna vez, pero soy una mandarina.
Soy dulce y a pesar de ello, tengo envidia.

Quema mis sentimientos, hazme ver qué incluso cuando pensaba que lo peor era no tenerlos, resultase ser que tenía en exceso, y todo en exceso hace daño, es algo que consume poco a poco como cualquier adicción a una droga o alcohol.

Quiero respirar sin sentir culpa por abandonarlos a todos ustedes, por dejarlos libres de mi persona tan tóxica.
Una vez lo mencionaron mis padres que las personas que están locas son aquellas que van al psicólogo o psiquiatra. Lamento ser una loca. Lamento haberles hecho tanto daño siendo una persona inútil que trajeron al mundo.

Mis amigos me enseñaron a saber diferenciar el amor y detalle de la amistad, me hicieron ver cuanto lastima una mentira, cuánto envenena mi alma la falsa sonrisa y cuánto petrifica mis recuerdos un "estare para ti pase lo que pase", ya que a fin de cuenta, solo nos teníamos a nosotros, a los doce.

¿Mis hermanos?, Los adoro a cada uno de ellos. Mi hermana mayor con su maravillosa forma de ser tan audaz con lo que necesita, tan insistente con ser el pedestal mayor, ahora te entiendo, querías darnos el mejor ejemplo de que ser en la vida. Mi hermana menor y su forma ruda de amar, me demostraron cuando lastima una palabra pero también cuánto te hace pensar, me hizo ver que la edad no importaba si querías hacer lo que te gusta.
Finalmente, mi hermanito, mi pequeño mounstro, que me enseñó a ver la vida desde cero, me levanto del sueño sin siquiera saberlo, me enseñó a ser fuerte y recibir ayuda aunque no sea presente de forma directa frente a mis ojos, siempre estará una mano sosteniendo me antes de caer y tocar fondo.

Nunca sabrán cuánto los ame, pero tiene un por qué obviamente. Ellos me enseñaron a qué el amor lastima, no todo es rosa, y que el amor llega tarde o temprano. Me enseñaron que no es para siempre y que duele, lamento aprenderlo de ustedes pero, ¿Cómo sentirme amada cuando ni siquiera tenía idea del amor?

Dentro de ellos están mis padres, quienes me enseñaron a sostenerme incluso por mi cuenta, me enseñaron que a pesar de callarmelo todo, no son adivinos ni videntes. Pero también que si hablo incorrectamente, con las palabras incorrectas les hacía una imagen absurda y divertida de mi, un bufón que postergaba todo para la diversión.

Lo lamento tanto, pero quiero dejarles esto, quiero que sepan que insistí en vivir, aunque me doliera cada pisada.

Y una cosa de última, es mis grandes amores en la vida. Una que nos enseñó a vivir sin ser superhéroes de otros, otro que nos enseñó a ser personas de bien, por qué el mal siempre pierde, y el último que nos está enseñando a qué tampoco siempre haremos todo, que tendremos un héroe cuando sea necesario, un héroe fuera y dentro de nosotros.

Lo lamento tanto el despedirme así. Pero lo intente. Tantas veces y tantas veces falle. Nunca supe vivir.
Ni a los tres años, ni a los veintiocho que creí tener.
Solo pido que me sostengan una última vez... Quiero un héroe de verdad... 

Kenya, Who AmCe

El Valor De Un SentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora