Quiero sentirme rescatada.Es estar en un océano de fuertes mareas, mareas que me desgastan físicamente quitando mi aliento, esas corrientes fuertes que me llevan a dar vueltas y vueltas y no solo me desviven, me desmotivan, me hacen ver lo que siento.
Luchando por mis respiros, esos que llamo vida, conociendo cada dolor en mi pecho que se hace cada vez más fuerte, callando la huida, y está vez no correré con suerte.
Escuchar la brisa relajante mientras mis nervios se congelan y se vuelven en temores, sobrepensando que sucedería con cada una de mis acciones, razonando por qué falle en esos tantos amores, frustrada por cada idea de malas intenciones.
Deseando ser sirena con melodías para cautivar mis deseos cerca, nadando en las profundidades invisible como ha sido siempre, pero odio ser tan reflexiva y terca, queriendo estar en la arena de incertidumbre.
Escuchando las olas chocar con mis presiones, he caído en cuenta cuanto daño he causado, acariciando mi cabello la brisa a montones, sintiendo esos mareos de altamar sobre mi pasado.
¿Por qué no puedo ser diferente?
¿Qué hay de malo en mi persona?Esforzándome por salir de un vacío que me esconde en la Atlantis perdida, sabiendo que me gusta estar en aquella ciudad profunda en el mar, aunque conozca una pequeña salida, prefiero callar y observar mi forma peculiar de amar.
Prefiero siempre ayudar antes que ayudarme, hundiendo mis pasiones por pánico a la superficie, llorando cada noche hasta hartarme, desahogando todo aquello hasta que me asfixie.
Ahnelo cada detalle tallado en los paisajes del océano, el cielo pintando los amaneceres tan preciosos, me ayudan a huir de cada problema tan lejano, esperando una señal atravesando mis tormentos odiosos.
¿Cómo puedo hablar de amar si nunca he amado lo suficiente?
¿Como saber si siento amor cuando nunca lo tuve?
¿Cómo sé que es amor?Según los libros es la respuesta a toda guerra, si contara lo que me afecta realmente nadie me aceptaría, eso es lo que realmente me aterra, y la boca sellada con algas aunque sonría.
Flotando en el mar neutral y sin oportunidades, esperando el final desperfecto por qué siempre es así para el villano, para después hundirme lentamente en las profundidades, pensando ciegamente si mis movimientos fueron en vano.
Nadando entre peces de colores brillantes, apagando mi oxígeno optimista por personas extintas, haciendo aleteos espectaculares y elegantes, desapareciendo todos esos sueños malignos de personas ahora distintas.
Vistiendo un blanco vestido simbolizando esa paz buscada, indagando cada duelo, cada perdida, cada “prueba del destino” para saber que hago mal, sintiendo está necesidad de atención alborotada, imaginando mil escenarios donde finalmente soy estudiada, en un borde de precipicio fino.
Molestando cada rincón de mi cabeza.
¿Esto es real?
¿Está condena maldita me persigue siempre?
¿Existe cura para tal horrible destino?¿Cómo sentirme libre sin saber si quiera que todo en mi vida es falso?
Es tan contradictorio que lleve la adelantera en algunas ocasiones, momentos en los que terminó con la ansiedad determinada balanceando mis temores, avanzando hacia el vacío lentamente.
Llegando a mis rincones, haciendo de ellos lugares irreconocibles, hasta que mi centro este marchito y roto, Aquél que una vez me hizo ser yo, y aquella que una vez me alboroto.
Todo lo que solía estallar ante aquella sonrisa, aquella mirada expresiva perdida en mi conocimiento. hasta arrastrar mis raíces de semejante risa, de las palmeras sacudiendo intensamente todos los cimientos.
Kenya, Who AmCe
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El Valor De Un Sentimiento
PoesíaCuando nuestra infancia se quebró, comenzamos a escribir lo que más añoramos, aquello que anhelamos en secreto, nuestros sentimientos. Algo tan poderoso que solo pocos entenderán. Nos asusta sentir cualquier emoción pequeña y nos aterra pensar en cu...