Sumergida por el sentimiento

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Estoy abrumada, vagando infinitamente en esto que brota del pecho.
Me sobre pienso bastante lo que surge en mis adentros mirando el techo.
Sé lo mucho que me cuesta explicarlo y aún así lo intento.
Me envuelve cálidamente como una marea infinita el sentimiento.

Supongo que el romance es así.

A veces subes tan alto tocando nubes y galaxias perdiendo la cabeza.
Y también a veces bajas tan profundo en el océano de la intriga, la duda; Sin tener alguna certeza.

Me pregunto, por qué es así el romance.

La brisa del mar me golpea el rostro intensificando cada latido, golpeando mis sentidos, Tan suave como la arena que piso, apoyando mis ojos cansados en la cuna de tu sonrisa, Tan ligero como el viento cuando sopla en pequeños silbidos, Tan dulce como el exquisito sonido de tu bella risa.

Es desconcertante, es asfixiante y hasta cierto punto es problemático.
Terco, sin sentido, caótico.

¿Pero que debería hacer entonces?
Nada, por qué ante el romance nada es impedimento, todo es un avance que forma cimientos.

Anhelando tanto, tanto que no tuve. Es extraño pensar que me siento perdida. Aturdida y lastimada, es que bajo una mentira siempre estuve, bajo el telón que bajaba lento anunciando su cierre conmigo tan transformada, tan transtornada.

Odiando cada figura que atravesaba mi alma, cada sol que atravesaba mi ventana, las personas tan inanimadas por los que se supone “aman con el corazón” me hacía pensar que tal vez yo era ese problema que emana.

Ignorando cada hecho que hicieron del cómo ellos me desecharon alguna vez.
Dejando incluso de lado cuando fue al revés.
Lastimando cada pequeño lado mío, lados que son importantes en mi caótico mundo,
Suponiendo que lo que hacían era resolver todo lío, pero dañando todo lo que yo no hundo.

A pesar de ello, me esfuerzo día con día por una sencilla razón. A pesar de que usualmente me alborota el corazón, cuando me enamoro es como repetir siempre en mis playlist la misma torpe canción.

Al mirarle mis piedras rocosas del corazón chocan con el océano, con esas mareas altas de mis emociones y esas mareas bajas de mis depresiones.
Cautiva cada pedazo de mi infante interior haciéndole sentir a salvó en un gran castillo arenoso de amor.

Cómo espuma del mar, el me está enseñando a amar, aunque una mezcla de nervios y miedo tengo, en sus peores momentos le digo que yo le sostengo. Con miedo, pero segura, sin justificación ni atadura, simplemente nace del cuerpo y se refleja en el horizonte bello, en el atardecer tan sublime que hasta hemos dejado nuestro propio sello.

Mi sonrisa que oculta lo profundo y lo que que calla la brisa oceánica, eso que me atormenta día a día pero tú solo ves mi sonrisa y crees conocer lo invisible a tu vista.

Me siento intrigada de conocer cada burbuja que soplas bajo el agua, cada susurro que mencionas con tus secretos que siempre guardas. Quiero conocer ese misterio que ocultas celosamente y que te aterra hablarlo ante la gente, ya que, comúnmente suelen decir que la mayoría es buen oyente, más no siento que lo entienden, solo lo botan y se esfuman al ritmo del oleaje de nuestras mentes.

Almacenas eso que tanto callas, que me pregunto diario qué tanto de todo ello te preocupa, ¿Qué carcome tu alma y traga tus sentimientos salvajemente sin afecto?, simplemente me nace conocerte para ayudarte a entenderte y abrazarte fuertemente con ahnelo.

Ahnelo que no tuve, que espero de todos todo el tiempo, por qué siempre he sido solitaria en mi vida. Nadie sabe mis más oscuros secretos. Cuando crees conocerme. Conoces la copa de un árbol, a veces sus frutos, pero tal vez nunca sepas sus raíces.

Ojala algún dia entienda que el amor viene de muchas maneras. Y que aunque se que moriré sola. Me gustaría enterrarme con tu recuerdo. El recuerdo de cuando alguien me amaba y no pude tener ni entender su amor, cuando no pude obtenerlo por mucho que me esforzará, Por qué el miedo al intento es ese mar que me ahoga lento, hundiendo mis respiros, mis latidos, dejando ver lo oscuro de mi mundo, y no los rayos del sol atravesando el agua con fuerza.
Sé en el fondo que mi mente náutica está tan caótica cómo mis desórdenes de el alma.

¿Estarás cuando me desvanezca en las profundidades?

Trece, Who AmCe

El Valor De Un SentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora