Christopher llevaba carcomiéndose la cabeza desde la noche anterior, el asunto con la pelinegra lo había dejado noqueado. Se había mantenido despierto hasta que el sol salió, ni siquiera podía sentirse cansado, pues estaba más preocupado por lo que tendrá que hacer con tal de no exponerse ante el mundo. Durante su desvelada pensó en miles de formas para acabar despiadadamente con su enorme dolor de cabeza para que se viese como un accidente infortunito, pero nada que se le ocurría, Vilma había sido más astuta con él y aunque tuviera la mejor idea de todas, terminaría perdiendo y feo. Agregándole el simple hecho de que ella tenía gente observándolo en cada paso que daba, en cuánto acabara con la mujer ellos harían exactamente lo mismo con Heather, y no estaba dispuesto a permitirlo. Primero muerto antes de que tocaran a su hija, pero especialmente su desagradable pasado. Una vez que se vistió bajó a la cocina para beberse una enorme taza de café. Tenía dos grandes ojeras, pero en esos momentos pensaba en el anillo que debía comprar y la noticia que tendría que anunciar por órdenes de la pelinegra. Estaba en la ruina, definitivamente era el comienzo de su fin.
Tomó su móvil con desgano y marcó a su chofer.
— Louvier, quiero pedirte algo. Nadie tiene por qué saberlo, así que mantenlo entre los dos. —dejó la taza de café a un lado—. Necesito que vayas a una joyería y compres un anillo de compromiso... Oro blanco. Que sea de oro blanco. En media hora me llamas y harás exactamente lo que te diga. Gracias.
Cortó la llamada, y tomándose del rostro exhaló con abrupto.
— ¿Se puede saber por qué tanto malhumor? —Barbara bajó de las escaleras, había visto las expresiones de su hermano.
— Nada que te interese, Barbara. Olvídalo.
Ella enarcó una de sus cejas y se sentó en el diván contiguo.
— Anda, dime lo que te sucede, Christopher. Hacerte el enigmático jamás te funcionó. —él levantó la mirada con algo de molestia, y Barbara solo alzó los hombros.
— Me encuentro bajo una fuerte amenaza. En teoría... —colocó sus palmas en ambas rodillas impulsándose para ponerse de pie—. Estoy realmente jodido, liado y me han golpeado en el lugar más doloroso.
La pelirroja esbozó una sonrisa burlona, y simulando pesar se cruzó de piernas.
— ¿Y ahora en qué problemas te has metido, Christopher?
— Ya lo sabrás, lastimosamente todos los sabrán hoy. —su voz abatida alertó a Barbara, quien se puso de pie mirándolo con los ojos abiertos.
— ¿De qué estás hablando? ¿A qué te refieres con eso? —se acercó a paso lento penetrando su mirada en él. Pero cuando estaba a punto de responderle a su hermana, una voz los interrumpió.
— Espero que estés listo para dar nuestra gran noticia, querido... —Vilma había llegado sin previo aviso y no dudó en meterse entre los hermanos al oírlos hablar.
Caminó hasta quedar del brazo de pelirrojo y Barbara los miró extrañada, ¿por qué de repente tenían tanta cercanía? Pero principalmente, ¿de qué noticia estaba hablando la mujer? El pelirrojo no pudo sentir más que terror por lo que estaba a punto de hacer. Algo cabizbajo y evasivo pasó a un lado de su hermana y se alejó hacia la puerta principal. Vilma le sonrió falsamente a Barbara y lo siguió sin dudarlo La pelirroja los vio alejarse juntos y casi se fue de espaldas cuando observó a Vilma rodear con uno de sus brazos el cuerpo de Christopher. Entonces comenzó a atar cabos y abrió su boca con sorpresa al descifrarlo todo. Si era lo que estaba pensando, tenía que evitar a toda costa que Heather lo supiera. Ethan despertó dándose el tan placentero estirón de cada mañana. Volteó hacia su izquierda y se encontró con una hermosa pelirroja junto él, y se quedó allí en su lugar viéndola dormir tan tranquila y sin problemas. Sonrió consigo mismo, la noche anterior había sido bastante fuerte, había oído la historia completa de su mujer y todo aquello que llevaba abrumándola durante años. Desde que se enamoró de Heather supo que querría estar hasta el final de sus días con ella, por lo que se necesitaría más que un pasado para alejarse completamente de la mujer. Acarició su cabello enredado y la besó en el hombro.
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Lo Imperdonable
RomansaHeather Ripoll se ve en medio de una encrucijada cuando la empresa de su padre se encuentra prácticamente en la ruina, gracias a una estafa. El ser una mujer decidida, respetada, inteligente y lo suficientemente responsable para cargar con cualquier...