Fernando Alanis busca a Victoria Lombardo, a pesar de que ella ya lo había rechazado debido a su diferencia de edad, resistiéndose a sus sentimientos. Pero él no estaba dispuesto a perderla. ¿Qué sucedió después?
Es una historia de amor, celos, pasi...
Clarita estaba sentada en una silla, comiendo un postre de manzana que le había preparado Felipa. A su lado estaba Victoria, que había ido a consolarla después del incidente con Raquel. Felipa estaba de sentada, sirviendo el té y observando la escena con ternura.
—¿Te gustó, Clarita? —preguntó Felipa, sonriendo.
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—Sí, gracias —dijo la niña con una mirada triste.
Aunque el postre estaba delicioso, no podía olvidar las palabras de Raquel.
—Clarita, te pido perdones a Raquel. Ella está un poco alterada porque tiene unos problemas de adulto —dijo Victoria con delicadeza.
—Yo la perdono.
—Dame una sonrisita, sí —dijo Victoria. Le dolía ver a Clarita tan triste—. Muy bien, sabes eres muy valiosa. Tú eres el fruto de algo muy bonito, así como este postre. A ver, déjame ver tu postre. Hmmmm... riquísimo — se sentó frente a la niña.
Le dio una cucharada de postre y le guiñó un ojo.
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Clarita esbozó una leve sonrisa y se animó a hacerle una pregunta a Victoria.
—Una pregunta.
—Dime —dijo mirándola a los ojos.
—La señora dijo que soy recogida. ¿Es porque soy adoptada, no? —dijo Clarita con curiosidad.
Victoria miró a Felipa con sorpresa. Se sintió indignada por la crueldad de Raquel, pero también vio una oportunidad para acercarse más a Clarita.
—Es una palabra un poco tosca y grosera para decir escogida para ser amada —dijo Victoria con dulzura—. Por ejemplo, tu tío Alejandro no es mi hijo de sangre. Es un "recogido" entre comillas. Pero la palabra que debería ser es "persona elegida para ser amada".
—¿Mi tío Alejandro? —preguntó Clarita con asombro.
—Así es. No es mi hijo de sangre, pero yo lo adopté como tal porque lo amo mucho. Así como tu papá te ama a ti. Cualquier persona que no sepa expresarse de manera delicada puede decir recogida, que no es nada malo. Al contrario, significa que tu papá te eligió entre muchos a ti, para amarte y protegerte —dijo Victoria con cariño.
