Toluca, un día después.
María entró al comedor con paso ligero y se sentó frente a don Emilio, que estaba tomando su desayuno. El olor a café recién hecho y a pan tostado inundaba la estancia. El sol entraba por las ventanas e iluminaba la mesa de madera. María sin esperar más empezó a contarle don Emilio con voz grave lo que escuchó y vió ayer.
—Así como le digo don Emilio, yo no le quise decir ayer porque me olvidé al emocionarme por ver la pancita de la señora Victoria —le contó María con una mezcla de alegría y culpa.
—¿Qué me estás diciendo? ¿Cómo es posible que Kathya no crea que ese hijo es de Fernando? —exclamó Emilio con incredulidad.
—Eso es lo que escuché. La señora Victoria vino a pedirle que vaya a su boda y como la niña Kathya se negó. Ella le dijo que le pidiera lo que quisiera con tal de que fuera y le propuso la prueba de ADN ya que la niña no cree que sea hijo del niño Fernando. Incluso le dijo que la podía hacer con Kathya sin necesidad de que fuera con Fernando —le explicó María con detalle.
—No puedo creer que Kathya esté llegando a tanto. Comprendo su actitud de no ir, pero no creer que ese niño sea de su hermano. ¡Qué tontería más absurda! —se indignó Emilio.
—Don Emilio, yo creo que usted debe hablar con la niña y decirle que desista de la idea de pedir esas cosas. Pueden ser muy perjudiciales para ese bebé o para la mamá. Lo que también escuché es que el niño Fernando no lo sabe y ella le pidió que no le dijera. La señora tanto lo ama que mire lo que tiene que hacer para con tal de que Kathya vaya —le dijo María con voz baja.
—¿De qué me estás hablando, María? ¿Qué cosas? ¿Qué prueba? —preguntó don Emilio con sorpresa.
—Una prueba de ADN, don Emilio. La señora Victoria vino a pedirle a Kathya que vaya a su boda y como ella se negó, le propuso hacerse una prueba de ADN para demostrarle que el bebé es hijo de Fernando. Pero Kathya no le cree y piensa que tiene todo arreglado con los laboratorios —le explicó María con angustia.
—No puede ser... ¿Cómo se le ocurre a Kathya dudar de su propio hermano? ¿Y cómo se le ocurre a Victoria someterse a esa prueba? ¿Está loca? —exclamó don Emilio con indignación.
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Más allá de lo soñado
RomanceFernando Alanis busca a Victoria Lombardo, a pesar de que ella ya lo había rechazado debido a su diferencia de edad, resistiéndose a sus sentimientos. Pero él no estaba dispuesto a perderla. ¿Qué sucedió después? Es una historia de amor, celos, pasi...