Capítulo 49

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The Ritz Carlton Hotel, Chicago.

Llegó el ansiado día de la celebración. Victoria aún no había visto a Fernando desde esa noche que conversaron. Decidió ir a buscarlo a su habitación sin importarle nada antes del desayuno. Ella sabía que ese día era tan importante para él y le dolía no estar cerca desde la primera hora del día. Así que fue a verlo.

Habitación de Fernando.

Victoria se dirigió a la habitación de Fernando. Suspiró agarrando fuerzas y tocó la puerta de la habitación 602 con impaciencia. Fernando abrió la puerta.

—¡Victoria! ¿Qué haces acá? —dijo sorprendido y nervioso.

—Vine a conversar contigo. Hoy es un día especial y quería verte desde temprano. ¿Puedo pasar? —preguntó Victoria con esperanza.

—No —respondió Fernando saliendo de la habitación y entre cerrando la puerta.

—¿Estás con ella, no? —preguntó Victoria con la mano en la puerta sintiendo una punzada de celos.

—Sí está en el baño y no quiero que te vea —confesó Fernando con culpa.

—Sigues engañándote con esa relación cuando sabes muy bien que no es a ella a quien amas ni a quien deseas ni en quien piensas. Y lo sabes... —le reprochó Victoria con dolor.

—Voy a alistarme —dijo Fernando evitando mirarla.

—Necesitamos hablar por favor. Ya no nos podemos engañar... Te espero en mi habitación en diez minutos —le propuso Victoria quitando su mano de la puerta y mirándolo fijamente a los ojos.

—No tenemos nada de qué hablar —se negó Fernando frío como el hielo.

—Nos vemos en diez minutos. Mi habitación está un piso más arriba habitación 703. ¡Te espero mi amor! —dijo Victoria con ternura y desafío—. Estoy dispuesta a todo por ti Fernando. Si en diez minutos no estás ahí vengo a buscarte y no me importa si está Kathya o Kimberly. Estoy dispuesta a todo Fernando. Como te lo dije hace dos días ya no soy la misma de hace dos años. Esta vez no estoy dispuesta a perderte y voy a luchar por lo nuestro porque te amo y porque me amas. ¡Te espero en diez minutos! —le envió un beso se volteó y se fue con determinación como una llama ardiente.

 ¡Te espero en diez minutos! —le envió un beso se volteó y se fue con determinación como una llama ardiente

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Fernando quedó sorprendido y desconcertado por la inesperada visita de Victoria a su habitación. Nunca había imaginado que ella tomaría tal iniciativa. Entra en su habitación y se siente tenso cuando escucha la voz de Kimberly.

—¿Quién era? —pregunta Kimberly con curiosidad.

Fernando, tratando de mantener la calma, responde: —Fue el personal del hotel, vinieron a verificar si todo estaba en orden. Voy a ver a Alejandro, necesito hablar con él antes de que vayamos a desayunar. Ya que vamos a desayunar en otro lugar... —dice, inventando una excusa.

Más allá de lo soñadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora