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–Rosie voy a reunirme con Yoongi y Jisoo, te alcanzaré en el salón más tarde-como todas las mañanas la mamá de la mayor las había llevado a la escuela y como casi todas las mañanas en este último año Jennie dejó sola a Rosé.

«Mira, es ella, ayer su tía hizo una escena en la entrada; Sabes, creo que entre ella y su tía hay algo, nunca ha tenido novio y la otra le monta escenas de celos cuando algún chico intenta salir con ella; La relación de ellas es muy extraña, se miran y actúan extraño, es como si escondieran algo; Es fácil para ellas esconder su relación viven una al lado de la otra y antes lo hacían en la misma casa; Me pregunto desde cuando será eso, ¿crees que estén juntas hace mucho tiempo?; ¡Dios! eso sería enfermiso». Un comentario tras otro llegaba a los oidos de la castaña, es tan sórdido como las personas pueden inventarse historias de la nada y dibulgarlas como si se tratara del clima, pero lo que más la golpeaba es que desearía que esas historia inventadas fueran reales, que ellas tuvieran una relación secreta de la que nadie se puede enterar, poder besarla durante toda la noche las noches que duerme con ella, poder tener una cita de verdad y no esas salidas «tía-sobrina», poder gritar a los cuatro vientos aunque sea en un lugar desierto que Lisa le pertenece y ella le pertenece a la mayor, que se aman por encima de todos los malditos prejuicios que tiene la sociedad, por encima de todas las etiquetas y de todas las opiniones, que simplemente se aman de una forma pura y sincera, pero solo son sueños, hermosos sueños que tal vez nunca se hagan realidad.

Llegó hasta su salón y para su desgracia Hoseok la estaba esperando, suspiró caminando hasta su mesa, el día no había comenzado muy bien, su hermana coqueteándole a Lisa descaradamente, Lisa que se tuvo que ir al juzgado a toda prisa por lo que no se pudo despedir, Jennie dejándola sola otra vez, las habladurías de toda la escuela y sus deseos de un futuro con la mayor atormentándola de nuevo.

–Hey Rosé-saludó el rubio apoyándose en la madera, la menor se sentó y levantó la cabeza para poder verlo a los ojos y cualquiera podría jurar que lo estaba matando con la mirada, pero al parecer el muy imbécil no se daba cuenta–Ayer tu tía se puso un poco pesada, esa mujer está loca, entonces ¿vienes conmigo este fin de semana? unos amigos harán una fiesta y será una pasada.

–No puedo, ya sabes que tengo planes-le contestó con sequedad, la situación con Hoseok la estaba artando, ningún chico había insistido tanto y ella estaba a punto de mandarlo a la mierda, aunque eso signifique perder la buena educación.

–Puedes cancelarle o dejarla plantada, se lo merece después de como me trató-bufó haciendo una mueca.

–No lo haré y por favor deja de insistir con eso, te pones muy pesado-le reclamó rodando los ojos, su paciencia se estaba agotando y nadie quiere soportar la ira de Rosé, preferirían enterrarse solos antes de de sufrir eso.

–Es cierto lo de su relación, que asco me dan-murmuró por lo bajo cuando se alejaba, pero fue escuchado por la castaña quien solo suspiro cansada por toda la situación.

Jennie ingresó al aula acompañada de la profesora de Historia, las clases transcurrieron de muy buena forma durante toda la jornada, los comentarios y opiniones sobre su relación con la mayor solo aumentaron y se volvieron más escandalosas a medida que avanzaba el día.

–¿Rosie te encuentras bien? No tienes buena cara-habló Jennie de camino a la salida donde se encontraron con la mayor.

–Solo estoy cansada, ha sido un día agotador, solo quiero llegar y dormir-rascó su nuca cerrando los ojos por unos segundos.

–Entonces mejor nos apuramos antes de que te quedes dormida, porque estoy muy chiquita y no puedo contigo-ese comentario logró sacarle una carcajada a ambas jóvenes, era increíble su relación, no necesitaban estar todo el tiempo juntas para tener esa gran conexión, estar para la otra en el momento exacto en el que lo necesita, incluso pensaban que eran novias la primera vez que las conocieron.

–¿Cómo les fue en la escuela niñas?-inquirió Lisa abrazándolas a ambas.

–Nos fue muy bien, estamos estudiando todo lo ocurrido en la Era Joseon-contó Rosé con una sonrisa, amaba la historia y eso todos lo sabían.

–Me alegra mucho, y tu Nini ¿me quieres pedir algo?-la conocía perfectamente y sabía que cuando su hija jugaba con sus manos y no hablaba como perico era porque quería pedirle algo.

–Mamá ¿puedo ir a la fiesta que darán unos amigos mañana?-preguntó mordiéndose el labio interior.

–Con una condición-no servía de nada negarse, pelearían, se molestarían con la otra y al final la menor escaparía–tu tío Lucas te llevará y recogerá como en las ocasiones anteriores ¿está bien?-indagó con una sonrisa ya conociendo la respuesta.

–Está bien-su tío tenía un taxi así que nadie sabría que iba acompañada por un adulto, eso es lo más importante para la mayoría de los adolescentes, mostrarle a sus amigos que son independientes y su madre era consciente de eso.

Subieron al auto y las menores  no dejaban de hablar sobre lo que usarían en las salidas de mañana y Lisa solo podía reir por sus ocurrencias, era increíble la manera de pensar de los jóvenes, su imaginación y creatividad es alucinante, sus opiniones ante la vida cada vez son más brillantes, son inteligentes y sabios aunque los adultos piensen lo contrario. Llegaron a casa y se despidieron, esta noche la cena sería en la residencia Manoban y las dos integrantes de esa familia no pararon de preparar alimentos en toda la tarde, saliendo de la cocina solo para ducharse y poner la mesa. Al llegar las «invitadas» la casa se llenó de risas y anécdotas de lo ocurrido en el día, todo era perfecto, lástima que nada dura para siempre.

Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora