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–Vamos Lisa, dime donde es-suplicaba la menor por decimocuarta vez haciéndole ojitos a la mayor.

–Que no te lo diré, si lo hago dejaría de ser sorpresa, y yo quiero que sea una sorpresa-explicó como si fuera lógico logrando que la castaña se cruzara de brazos con el ceño fruncido. Lisa aprovechó el semáforo en rojo para intentar calmarla.

–¿Rosie, cariño?-llamaba siendo ignorada a duras penas por la menor–Vamos princesa mírame-la tomó del mentón conectando sus orbes, la pequeña tembló ante su toque perdiendo un poco el ritmo de su respiración–No te enojes ¿sí? Yo solo quería darte una bonita sorpresa, pero si eso me priva de ver tu hermosa sonrisa te lo puedo decir ahora mismo si quieres-Rosé negó suavemente aún cohibida por la intensidad de los ojos marrones que la miraban.

–No, es muy egoísta la forma en la que me comporté, perdón por eso, aún actúo como una niña caprichosa a veces-hizo un puchero y Lisa sonrió.

–Sí, mi niña caprichosa-besó su frente, mejillas y nariz sacándole un intenso sonrojo a la chica que solo se mantenía disfrutando del agradable contacto de los labios de la mayor con su piel–Será mejor que avanzemos ya o en pocos segundos tendremos a muchas personas locas tirándole piedras al auto-rió regresando a su posición inicial, ya hacía varios minutos se escuchaban los claxons de los vehículos detrás del suyo. Rosé encendió la radio cambiado de emisoras hasta llegar a una que estaba transmitiendo su canción preferida «Más de lo que aposté» de Aitana y Morat.

Una parte de mi no te quiere soltar
Pero la otra no está convencida
Porque contigo yo me encuentro justo en la mitad
Entre un verano y toda una vida.

Tú me vas cambiado las señales, rompes mis planes y así no vale-cantó Rosé a todo pulmón mirando a la pelinegra, se la dedicó a ella, el amor que ambas están sintiendo les parece confuso, creen que está mal pero aún así no pueden evitar sentirlo y se torturan cada día intentando olvidarse sin saber que es algo imposible de lograr–Yo estaba esperando algo distinto, será mi instinto el que me falló-suspiró sin quitarle la vista de encima, el amor la estaba matando, pero también la hacía la chica más feliz sobre la faz de la tierra.

A veces somos, a veces no, un día es odio, otro es amor-la siguió la pelinegra mirándola de reojo, la menor frunció los labios nerviosa.

Y la razón, la razón yo no la conosco pero contigo siempre vuelo a caer-un nudo se instaló en su carganta impidiéndole continuar, cualquiera lo llamaría masoquismo, llorar por un amor que nunca podrá ser es lo más estúpido que hay, pero quien se ha enamorado aunque sea una vez sabe que es imposible renunciar cuando aún queda un atisbo de esperanza y de eso vivimos los humanos, de esperanza.

Entre un te quiero y un nunca más, entre la espada y la pared cuando no estás-cantó Lisa por lo bajo sintiéndose dolida por la letra, su pequeña un día se iría y formaría una familia con alguien más, mientras ella se mantendría en su lugar impotente de hacer algo para evitarlo, porque si le dijera lo que siente la perdería más pronto aún–Y la razón, la razón yo no la conosco pero contigo siempre vuelvo a perder más de lo que aposté-entre ellas ninguna apuesta es válida, pero aún así apostaron al destino por una oportunidad de estar juntas de la manera en la que desean pensando que eso no sería más que una simple ilusión.

Oh, oh, oh, oh más de lo que aposté
No quiero conformarme con amarte así
Yo entre tus brazos y tú aún no en los míos
En medio de un te quiero y te...

Apagaron la radio cuando el auto se detuvo mostrando un hermoso parque con parejas y familias en abundancia. Se bajaron observando a su alrededor, árboles frondosos por todo el lugar, un césped verde y bien cortado donde hacían pícnics o los niños jugaban y un gran y hermoso lago donde se podían dar paseos en unas barcas adornadas con corazones. Lisa rodeó el vehículo y tomó a Rosé de la mano haciendo que sus corazones latieran juntos a mil pulsaciones por minuto prácticamente, pero ninguna notó el efecto que causa en la otra y con un solo pensaminto en mente «es solo una salida tía-sobrina no te puedes ilusionar» pero ya es muy tarde para eso, su imaginación ya volaba hasta un futuro juntas, así, tomadas de las manos y con sus hijos y los de Jennie jugando juntos, como una familia.

Caminaron un rato sin soltarse sintiéndose cómodas con el toque de sus pieles, tomaron fotos y juguetearon bajo los árboles; varias personas que las vieron solo podían pensar en la bella pareja que hacen, en como se miran y cuidan la una a la otra, en el amor que desprenden sus auras con solo tocarse, deseando que tengan su felices para siempre.

–¡Mira Lisa, mira!-la pequeña señalaba un puesto de helado y algodón de azúcar al mismo tiempo que arrastraba a la pelinegra con ella–Quiero un burrito con helado de chocolate y vainilla, con fresas, plátanos y muchas chispitas de colores-pidió pero la mayor negó ganándose un tierno puchero de la chica y un ladeado de cabeza.

–Tu madre no te deja comerlo porque tienen mucha azúcar y te alteras, si te lo compro posiblemente me mate-frunció el ceño imaginándose la escena, y no, no terminaba nada bien.

–Oh vamos señorita ¿cómo le puede negar algo a una chica tan bella? Complasca a su novia y si no le cuentan a su suegra no se enterará-comentó otro cliente provocando un sonrojo en ambas chicas, pero ninguna fue capaz de negarlo, se aman y no es necesario algún título para que todos lo noten.

–Está bien, pero por favor no le digas nada a Bom sobre esto-prácticamente suplicó ganándose un beso en la mejilla de parte de la castaña–¿Te gustó?-prguntó cuando había terminado de comer, estaban sentadas en una banca cerca del lago.

–¡Me encantó!-gritó asintiendo reptidas veces de una forma muy adorable, o al menos eso le pareció a Lisa–¿Podemos dar un paseo por el lago en una de esas barcas?-inquirió jugando con sus manos, esa es una actividad de pareja que siempre deseó hacer con la mayor.

–¿En una barca?-cuestionó dudosa, la actividad realmente no es una de las favoritas de la pelinegra, pero al ver la ilusión en los ojos de su amor no dudó en aceptar–Pues vamos a buscar esa barca.

Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora