–¡Oh vamos Rosie!-se quejó Jennie tomando asiento en el lugar reservado para ella–aún no puedo creer que hayas elegido este restaurante-frunció el ceño cruzándose de brazos sobre la mesa.
–Nini nuestras raíces son tailandesas y cuando te preparo esta comida en casa nunca te quejas-comentó su madre ganándose un encogimiento de hombros por parte de la menor.
–Además a mi me encanta y es mi cumpleaños-alegó levantando ambas cejas–cuando sea el tuyo nos harás comer en ese restaurante griego que solo te gusta a ti y nosotras no nos quejaremos-contraatacó en broma provocando que la pequeña pelinegra se hundiera en su asiento, colocó un puchero en sus labios y mirando hacia todos lados menos a sus acompañantes contestó.
–No me desagrada la comida, incluso me gustan algunas de ellas, solo no soy gran fan de ellas-susurró avergonzada, odiaba cuando iniciaba una discusión y esta se volvía en su contra ¿y quién no? los seres humanos no están diseñados para perder, solo ganar por las buenas o por las malas, teniendo la razón o no, y a eso es a lo que le llamamos evolución, ganar a cualquier costo sin importar las consecuencias, obtener siempre el poder y la sumisión de los demás, me pregunto si realmente tenemos el concepto correcto.
–Ya dejen a Jen en paz, la están avergonzando, me atrevería a decir que lo hacen por pura diversión-acusó Bom atrayendo con dificultad «por la intromisión de la mesa» a Jennie contra su pecho, esta se abrazó con fuerza musitando un diminuto «gracias» a penas audible para la mayor.
–Es como si se buscaran una a la otra, no me sorprendería que llegaran un día y nos digan que están enamoradas desde que tienen memoria-bromeó Yuna destilando su veneno, en los últimos días solo hacía eso, soltaba comentarios de mal gusto atacando a Lisa o a Rosé, intentando sacar el despecho que la carcome por dentro, incluso llegó a contar ciertas cosas en el colegio de las chicas al enterarse de los rumores que corrían sobre la atípica relación tía-sobrina que ellas tenían, inyectando algunas exageraciones a la bola que ya estaba en boca de todos; por más que hablaban y degradaban la imágen de la castaña, las dos pelinegras y la «extraña» familia que tenían, nadie creía realmente lo que decían por más que saliera de sus propias bocas, les parecía muy poco creíble, ignorando vehemente lo de ‹nada es lo que parece›.
–Hija por favor deja de decir tantas estupideces, que Lisa no haya correspondido tus sentimientos no significa que puedas arruinar la imagen de tu hermana de esa forma-regañó la mayor creando un momento incómodo para la mayoría de las presentes, ya sea por su ego herido o por el pánico que se instaló en sus pechos al escuchar tales palabras.
–Vamos mamá, tú sabes que ella se la arruina solita con eso de dormir en su casa aunque Jennie no esté o estando pegada a Lisa como una maldita garrapata-se inclinó sobre la mesa para no ser escuchada, pasar vergüenza no es una de las cosas a hacer esta noche.
–Ni siquiera piensas antes de hablar ¿cierto?-siseó a punto de perder la paciencia que la caracteriza–Lisa es su tía, siempre fue así y puedo jurar por mi vida que siempre será así, nunca serían capaces de verse como algo más-otro golpe certero en el corazón de ambas enamoradas, y tal pareciera que el oponente iba mejorando su técnica porque fue aún más doloroso que el anterior, la pequeña Rosé sintió sus ojos escoser y podía asegurar que lo que quedaba para que su rostro se llenara de lágrimas eran solo unos pocos segundos mas Lisa al percatarse de lo que pasaba entrelazó sus dedos por debajo de la mesa dándole un ligero apretón.
–Deberían calmarse y si quieren, seguir esta pelea en casa, es el cumpleaños de Chaeng y estamos aquí para celebrarlo, ni siquiera los meseros han querido acercarse por miedo a que alguna de ustedes le salte encima-reclamó la jóven madre haciéndolas callar, la enoja, realmente la enoja el constante ataque de Yuna contra Rosé y mucho más al saber que obtiene lo que quiere: lastimar a la menor y la completa atención de Bom.
–Tienes razón, hoy mi niña se convierte en toda una señorita-sonrió estirando su brazo hasta alcanzar su mejilla y acariciarla con cariño–Lo importante aquí es saber cuando nos presentarás a algún novio... o novia-ante la última mención el rostro de la castaña se tiñó de un carmín intenso casi opacando el labial de su hermana, esta reacción no pasó desapercibida por las demás, más prefirieron esperar a que fuera ella la que comenzara.
–Mamá yo no tengo pareja y tal vez ya te hayas dado cuenta o no, pero... -tomó una respiración profunda buscando las palabras adecuadas, las cuales parecían no existir en este momento–también me gustan las chicas-habló rápidamente atropellando las palabras en el proceso, no es la mejor en las confesiones y eso lo tenía más que claro, tapó sus ojos con una mano mientras que la otra se mantenía fuertemente sujeta a la de su novia en busca de confort.
–Eso es más que obvio y la razón también lo es-protestó Yuna siendo ignorada por el resto, había algo más importante que iniciar otra pelea estúpida con el mismo final que las anteriores.
–Ya lo sabía cariño, incluso antes de que tú te dieras cuenta-la cumpleañera dejó ver sus negros ojos por una rendija entre sus dedos asegurándose de que lo que decía su contraria era cierto–las madres lo sabemos todo mi amor.
–¿Entonces no estás molesta conmigo?-inquirió encogiéndose en su asiento.
–Claro que no, siempre estaré de acuerdo con lo que elijas siempre y cuando te haga feliz, no soy quien para escoger tu vida por ti o a quien deberías amar y a quien no, mi trabajo solo consiste en apoyarte y darte las herramientas para valerte por ti misma-cogió su mano libre y la llevó hasta sus labios dejando un corto beso en el dorso de esta–Te amo y eso nada lo cambiará.
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Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)
RomanceLa vida es muy incierta, sobre todo en el amor. Nunca sabremos con exactitud cómo, cuándo o dónde encontraremos a la persona que estará junto a nosotros hasta la eternidad, como tampoco sabemos su edad, aspecto físico, si es hombre o mujer, y mucho...