24

80 10 0
                                    

–¡Dios!¿Qué están haciendo?!-Bom y Yuna entraron a la habitación quedándose petrificadas ante tal escena, si bien la menor sabía que algo ocurría entre ellas dos no imaginó que hubieran llegado tan lejos, la rabia, el resentimiento y la envidia se mezclaron en su interior conformando una bomba de tiempo, una más potente y peligrosa que la anterior, mas esta no tardaría tanto en ser detonada.

–¡Mamá!-Lisa se levantó a la velocidad que su sorpresa le permitió tapando a Rosé con una sábana, el miedo se hizo presente en cada centímetro de su cuerpo, ninguna estaba preparada aún para este momento, ni siquiera estaban seguras de que en algún momento lo estarían.

–¡¿Esto es lo que hacías con mi hija cada vez que la cuidabas? Abusaste de ella siendo solo una niña!¡¿Desde cuándo?¿Desde cuándo lo haces?!-los ojos de la adolescente se llenaron de lágrimas al procesar completamente lo que está ocurriendo, las habían descubierto, de la peor forma y quienes sabían no aceptarían la relación, ya que por más que la mayor adoraba a la pelinegra y la quería como pareja de su hija no imaginó que sería la menor la que ocuparía este puesto.

–Bom cálmate, déjame explicarte por favor-intentó tranquilizar los ánimos de las presentes, había tanta tensión que se podía palpar en cada centímetro del lugar.

–¿Explicarme?¿¡Explicarme qué!?¡Cómo fue que la engañaste para que se acostara contigo!-el intento no funcionó y solo logró incrementar la rabia que sentía la matriarca de la familia, no entendía, no le entraba en la cabeza la idea de que su hija más pequeña estuviera saliendo con su mejor amiga, que es mucho mayor que ella y a quien consideraba su tía, sobre todo eso es lo que le choca, haberle confiado durante tanto tiempo a su hija y ahora encontrarlas a punto de tener sexo nada más irse, cuando tantas veces hizo lo mismo.

–¡Es mi hermana y es una niña, Lalisa, nunca te creí capaz de hacer eso!-la farsa continuaba, Yuna se hacía la inocente respecto a lo que descubrieron, actuar como una buena y preocupada hermana sería el mejor camino a seguir, uno que le ayudaría a ocultar sus celos y las ganas de ser ella la que ocupaba ese lugar en la cama junto a Lalisa, que fuera a ella a quien tocaba, a ella a quien le hacía el amor, a ella a quien le demostraba su cariño y apoyo.

–¡Claro, y no habría ningún problema si se hubiera acostado contigo!-la voz de Rosé asombró a todos en la habitación, nunca pensaron que intervendría y mucho menos de esa forma.

–¡Sabías que estaba enamorada de ella y no te importó!¡Eres una puta!-y explotó, de tal forma que los daños solo serían vistos cuando la tormenta se calmara, mas la onda expansiva seguiría hiriendo y destruyendo a las personas en el territorio de guerra durante muchos años más.

–¡No la llames así! Ella no es como tú que te me andas ofreciendo cada vez que tienes la oportunidad-las cosas se estaban saliendo de control, los disparos iban y venían, incluso las atacantes terminaron siendo atacadas, las verdades luchaban por salir a flote y por más que trataban de volverlas a sumergir estas terminarían por lograr su cometido.

–¡No se te ocurra volver a pronunciar una palabra que ponga en duda la moral de mi hija, tú de todos eres la menos cualificada para eso, eres una maldita pedófila!-se acercó a ella con enojo haciéndola retroceder unos cuantos pasos hasta topar con la cama–¡Ahora dime ¿desde cuándo Manoban? Respóndeme!-la tomó de los hombros agitándola con vehemencia, la paciencia era algo que ya no estaba en su sistema y no es seguro que regresará pronto.

–Dios Bom, no es nada de lo que estás pensando, déjame explicarte lo que pasa-las lágrimas salieron de sus ojos como desde hace tiempo no ocurría, la situación la estaba sobrepasando, el simple hecho de que alejaran a la menor de su lado le aterrorizaba, eso no está entre las cosas posibles ni que ella pueda soportar, no la podía perder, no a ella.

Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora