–Me gustaría tanto casarme contigo-sus pensamientos se materializaron en palabras mediante un susurro mientras apoyaba la cabeza en su mano. Lisa giró para verla.
–¿Qué dijiste?-inquirió apoyándose en la isla, la menor comenzó a balbucear por la vergüenza de su comentario, se sintió tonta por no saber controlar el límite entre lo que dice y lo que piensa–Hey princesa tranquila, solo quiero saber si es verdad lo que dijiste-asintió bajando la mirada con las mejillas coloradas, la mayor la sujetó del mentón conectando los ojos de ambas–A mi también me gustaría casarme contigo, verte vestida de blanco y poder gritarle al mundo que eres mía, solo mía, formar una familia con Nini, pero aún hay que esperar para eso-acarició sus labios dejando un beso en ellos.
–Dentro de cuatro años, cuando cumpla dieciocho te pediré matrimonio si no lo haces tú-amenazó en tono de broma uniendo sus frentes y cerrando los ojos.
–No será necesario, en el primer momento que te vea cuando los tengas te lo pediré, es lo que más quiero-volvió a unir sus bocas en un beso desesperado, le dió la mano a Rosé ayudándola a rodear la isla aún sin separarse, la apresó por la cintura mientras que la menor abrazó su cuello jugando con algunos de los mechones que se escapaban de su coleta, se apretó más contra Lisa intentando profundizar más el beso, se sentía extraña pero no le desagradaba para nada, su corazón está acelerado y un intenso calor se extendía por todo su cuerpo, la tailandesa la detuvo antes de que fuera demaciado tarde convirtiendo el contacto en algo más cálido y calmado separandose luego de unos minutos.
–No sé como pude aguantar tanto tiempo sin hacer esto-confesó jadeante.
–Lo bueno es que ahora no nos tendremos que contener más-la castaña la volvió a besar tomando muy en cuenta lo dicho por esta, no se aguantaría, nunca más, Lisa la sentó en el frío mármol colocándose entre sus piernas, acarició su espalda al mismo tiempo que la menor trazaba círculos en su pecho, se sentía tan bien, podían morir en ese instante y estarían más que felices, lo tienen todo, pero lo más importante es el amor, siempre vale la pena sin importar cuan peligroso o doloroso sea, el solo sentirlo ya es maravilloso porque hay personas que se pasan su vida buscándolo y nunca lo encuentran, y ellas lo habían hecho.
–Me encantaría quedarme así todo el día pero aún hay que hacer la cena-la abrazó ayudándola a bajarse y tomar asiento en su lugar, prepararon lo que tenían pensado y se sentaron a comer, la charla fue tranquila y cómoda, la felicidad se desbordaba por sus ojos cada vez que se escuchaban, se hacían reir o simplemente se miraban. Después tomaron una ducha por separado y terminaron en la sala, abrazadas en el sofá y rodeadas de sodas, palomitas y golosinas–¿Es necesario que volvamos a ver La bella y la bestia?-indagó llevándose una galleta a la boca.
–Claro que sí, además es algo parecido a lo de nosotras, al príncipe cuendo lo embrujan tiene unos veinte años y diez años después ponen a Bella con diecisiete, se llevan trece años, como nosotras-anunció efusiva abriendo la boca para que la alimentaran–E-ntonces na-die puede-tragó la comida para poder hablar con claridad–opinar sobre la relación que tengamos porque hasta en los animados aparecen, Disney nos apoya-se ganó un beso de la pelinegra, su pequeña no podía ser más tierna–Ahora dale play a la película-reclamó acomodándose en su pecho.
–¿Por qué en todas las historias de amor tiene que haber alguien que se interponga entre los protagonistas?-le preguntó a la adolescente en sus brazos pero al verla su sonrisa solo pudo crecer, Rosé se había quedado dormida a mitad de la película «como siempre»–Oh, cariño-apagó la televisión y la cargó en sus brazos hasta dejarla sobre la cama, se acostó a su lado tapándolas con una manta.
–Te amo Lili-musitó con los ojos cerrados escondiendo el rostro en su cuello.
–Y yo a ti princesa, y yo a ti.
–Nini ¿te divertiste ayer en la fiesta?-el horario escolar había terminado y ambas chicas se dirigían a la salida para esperar a la madre de la menor.
–Fue genial, Soo y yo bailamos toda la noche y después dormimos abrazadas, al despertarme aún estaba a mi lado ¿sabes cuanto tiempo soñé con eso?-contó con arcoiris saliendo se sus ojos, Jennie también estaba enamorada, que bonito es el amor ¿verdad?
–Creo que desde que inició la segundaria hablas sin parar de...
–¿Ahora quieres quitarme a mi novia? Creías que no me enteraría de que te la pasas pegada a ella como un chicle, incluso durmió en tu casa, tenía que imaginármelo, ¡a las lesbianas como tú les gusta quitarle la novia a otros!-gritó con rabia Yoongi para que todos lo escucharan, le haría la vida imposible a la pelinegra si eso limpiaba su imagen «ahora manchada por un supuesto engaño».
–¡¿Qué mierda te pasa?!-exclamó cuando el mayor le propinó un empujón que la desestabilizó, Rosé se interpuso entre ambos para proteger a su prima, nadie lastimaría a su Nini mientras ella esté presente.
–¡Oh vamos!-rió con sorna aplaudiendo fuerte–¿ahora necesitas que te defiendan?-la ira de la castaña incrementó al escuchar sus palabras, si bien es callada sabe como poner a alguien en su lugar y más aún si es para proteger a las personas que ama.
–¿¡Acaso tienes miedo de que tu novia te deje por otra chica!?¿Tan poca confianza te tienes?-inquirió en un tono burlesco llamando la atención de todos los que por ahí caminaban–Además eres tan poco hombre que necesitas golpear a las mujeres para sentirte fuerte, en mi opinión solo eres un chico patético-escupió con rabia.
–¡Ni se te ocurra intentarlo!-Lisa atajó la mano de Yoongi antes de que golpeara a la menor–Aléjate de mi hija y mi sobrina-centenció con dureza.
–¿Qué ocurre aquí?-indagó un hombre rubio llegando hasta el alboroto.
–Nada papá, que esta niñita intenta quitarme a mi novia, y vamos, no la podemos culpar, que podemos esperar de ella cuando su madre mantiene una relación enfermiza con su sobrina-ironizó mas los adultos se habían quedado de piedra, mirándose uno a otro.
–Así que esta niña es nuestra pequeña hija.
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Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)
RomanceLa vida es muy incierta, sobre todo en el amor. Nunca sabremos con exactitud cómo, cuándo o dónde encontraremos a la persona que estará junto a nosotros hasta la eternidad, como tampoco sabemos su edad, aspecto físico, si es hombre o mujer, y mucho...