–Así que esta niña es nuestra pequeña hija-sonrió con burla mirando a la mencionada.
–Mamá ¿por qué dice eso?-musitó dirigiendo la vista a su progenitora mientras los otros dos chicos se habían quedado de piedra.
–¡Deja de decir esas estupideces, ella no es tu hija!-ignoró el comentario de la adolescente acercándose a su contrario–Escúchame bien Jackson-golpeó su pecho con el dedo haciéndolo retroceder mas nunca quitó la sonrisa–Jennie no tiene nada que ver contigo, lo que sea que pasó entre nosotros quedó en el pasado, bien enterrado para que nadie lo encuentre ¡jamás!-espetó atravesándolo con sus ojos, parecían dos dagas envenenadas listas para atacar.
–¿Por qué me hablas así Lali?-el estómago de la pelinegra se revolvió al escuchar el apodo, le traía tantos malos recuerdos que se sintió abrumada–Nuestra hija debe saber que soy su padre, no tienes ningún derecho a ocultárselo-rió con sorna aumentando la rabia de la mujer frente a él.
–Caminen al auto-arrastró a las menores hasta el vehículo en medio de quejas de Jen.
–¡Suéltame!-se safó de su agarre obligándola a enfrentarla–¿¡Por qué no lo niegas!?-reclamó refiriéndose a lo dicho por el mayor–¿Es cierto?¡dime ¿es cierto lo que dijo?!
–No todo, biologicamente es tu padre pero..
–¡Ningún pero!¿por qué no me lo dijiste antes?-refutó observándola con seriedad.
–Porque no valía la pena-contestó con tranquilidad superficial mientras que en su interior era un verdadero manojo de nervios.
–¡¿Y eso lo decides tú?!¡¿Yo no tengo derecho a opinar?!-la empujó con ambas manos haciéndola chocar con el capó–¡No quiero saber de ti nunca más!¡no tenías derecho a ocultame mis orígenes!
–Nini espera-Rosé la sujetó del brazo antes de que se alejara como planeaba–ven a casa por favor, no soportaría saber que estás vagando por ahí en ese estado-suplicó ganándose un suspiro de parte de la chica para luego verla asentir, ambas se subieron en la parte trasera, y después de darle un disimulado apretón a la mano de Lisa en señal de apoyo emprendieron el viaje a casa–Entra, yo voy ahora-le pidió a la menor y esta obedeció–Lis, esperame dentro, hablaré con mi madre sobre Jen e iré contigo-acarició su mejilla sin importarle ser vistas, la situación no estaba como para ponerse a pensar en esas banalidades.
–¿Qué le ocurre a Jennie? Entró desesperada y se encerró en la habitación-comentó su madre haciéndola suspirar.
–El padre de Jen apareció y todo se volvió una locura, pelearon muy feo, y necesito que cuides de Jennie, ella necesita más una madre que una amiga en estos momentos, yo iré con mi tía, no se encontraba muy bien-Bom besó su frente tras asentir dándole permiso, se despidió y se dirigió a la residencia Manoban encontrándose con Lisa sentada en el sofá con la mirada perdida–Lili-susurró con dulzura sentándose a su lado y acariciando su espalda.
–Me odia Chae, mi hija me odia-su voz se quebró al escuchar las palabras que ella misma había pronunciado, se sentía entumecida, como si su alma hubiera abandonado su cuerpo y solo un enorme vacío quedara.
–No hables así, Jennie no te odia, solo está molesta por lo que ocurrió, cuando se calme y le cuentes lo que sucedió todo volverá a la normalidad, te lo prometo-sorbió su nariz con los ojos cristalizados, no le gusta verla así, le duele tan solo imaginar por lo que está pasando.
–Él no tiene ningún derecho de venir y cuestionar lo que hago con ella, no le importó la primera vez y ahora tampoco lo hace, solo quiere hacerme daño por no haberlo elegido-se quebró rompiendo en un llanto desgarrador, su garganta quemaba y su pecho dolía de una forma inimaginable. Rosé la rodeó con sus brazos haciéndola recostarse en su pecho, peinó su cabello con movimientos suaves para que se relajara logrando que se quedara dormida en cuestión de minutos, la observó descansar aferrada a su cuerpo por un par de horas, no se atrevía a moverse ni siquiera un milímetro para no despertarla.
–Estoy aquí mi amor-murmuró cuando sus ojos se fueron abriendo.
–Entonces no fue una pesadilla-musitó para si misma removiéndose sobre el cuerpo de la castaña–¿Qué hora es? Debo prepararte la cena-intentó levantarse pero la menor se lo impidió apretándola contra su pecho.
–Eso ahora no importa, yo soy lo de menos, eres...
–Nunca serás lo de menos-refutó la mayor haciéndola sonreir sin dientes, dejó un corto beso en sus labios y acunando su mejilla le dijo.
–¿Puedes contarme que ocurrió?-Lisa suspiró asintiendo, le sería difícil, pero quiere compartir toda su vida con la castaña, y liberarse de su pasado puede ser una buena forma de comenzar.
–Yo tenía doce años cuando lo conocí, es el hijo de una amiga de mi madre, Jackson es tres años mayor que yo y al pasar casi toda su vida en la calle de fiesta era más experimentado, comenzamos a pasar más tiempo juntos y a mis padres les parecía bien, creían que podría llevarlo por el buen camino pero fue todo lo contrario-cerró los ojos volviendo a descansar su cabeza sobre Rosé–Me enamoré de él y utilizó eso en mi contra, iba a todas las fiestas que me invitaba aunque no me sintiera cómoda en esos lugares, poco después de cumplir trece años propuso que bebiera alcohol por primera vez y me afectó tanto que terminé aceptando acostarme con él aunque sabía que no estaba preparada, eso se repitió varias veces mas cuando me di cuenta de lo que hacía me alejé por completo pero descubrí que había quedado embarazada y lo busqué-un nudo se creó en su garganta obligando a las primeras lágrimas a salir de sus ojos–Se lo dije y terminó gritándome que me desiciera del bebé, que él ya tenía una novia y un hijo en camino, que solo regresara a buscarlo cuando no quedara ni rastro del pequeño-gimoteó mojando la ropa de Rosé–Hablé con mis padres omitiendo la parte de Jackson, me miraron decepcionados, aún recuerdo sus ojos cuando me dijeron que me fuera de la casa, cogí algunas de mis cosas y me quedé en casa de una amiga, cuando sus padres descubrieron que estaba embarazada ya tenía siete meses y aún así no les importó echarme-sorbió su nariz volviendo a abrir los ojos y conectándolos con los de su novia–vagué por las calles un mes entero, estábamos en invierno y enfermé varias veces, en una de esas las lluvias se volvieron tan fuertes al punto de inundar varias calles, comenzé a sentirme mal y cuando me di cuenta estaba sangrando-se ahogó en sus propias palabras obligándola a respirar con profundidad–corrí como pude al hospital más cercano y tuve a Jennie-sonrió en medio del relato al recordar la primera vez que tuvo a su hija en sus brazos–conocí a Bom, a su hermosa bebé-la miró con adoración besando su mejilla–me mudé con ustedes y me vida cambió por completo.
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Entre sombras y sombras me faltas tú (Chaelisa)
RomantikLa vida es muy incierta, sobre todo en el amor. Nunca sabremos con exactitud cómo, cuándo o dónde encontraremos a la persona que estará junto a nosotros hasta la eternidad, como tampoco sabemos su edad, aspecto físico, si es hombre o mujer, y mucho...