Park Ye ji es una chica estudiosa con una vida normal ella intenta deshacerse de un chico que la ha estado molestando, desesperada sube una foto de otro chico a redes sociales simulando que es su novio.
¿Que pasa cuando se entera que el chico de aqu...
— E-es c-cierto — con el miedo y los nervios que tenía pude contestarle — Lo... — me interrumpió antes de que pudiera decir algo más.
Todo dentro de mi empezó a festejar, mi corazón estaba acelerado y mi cara ardía.
Jaemin me beso evitando que continuara hablando, estaba paralizada sin saber como reaccionar.
Se separó de mi, la poca luz que entraba de la biblioteca hacía que apenas pudiera ver su rostro.
— Ye ji — me miró tomando mis manos — me..
— ¡¿YE JI DONDE ESTAS?! — el grito de Da bin acompañado de las voces de Haechan y Jeno me sobresaltó.
Intenté ponerme de pie pero Jaemin me lo impidió tomándome de la muñeca.
— Ye ji me gustas — se acercó más a mi tomando mis mejillas — y mucho.
Unió nuevamente nuestros labios en un suave beso, sus labios eran tan dulces que no me quería separar de ellos.
Un grito por parte de las tres personas que estaban paradas observando aquella escena, hizo que me alejara de él rápidamente mirando hacía otro lado.
— Creo que ya estas bien Ye ji nos vamos — Da bin se llevó a los otros dos que estaban pasmados en su lugar con sus manos sobre sus bocas, agarrándolos del brazo.
— Ye ji se que lo de ser novios fue fingido... pero ¿quieres ser mi novia realmente? — Jaemin ignoró todo lo que había pasado hace un momento.
Su voz era tan delicada, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar, este chico causaba demasiadas sensaciones en mi.
— Si no quie.. — miró que estaba en silencio y no respondía así que pensó que lo estaba rechazando.
— ¡Si quiero! — quise golpearme internamente por sonar como una niña pequeña con mucha euforia.
El sonrió y esta vez me rodeó con sus brazos, el aroma de su perfume no tardó en llegar a mis fosas nasales disfrutando de este.
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Llegué a casa con Jaemin quien insistió en quedarse, la lluvia no cesaba y si el se iba a casa probablemente se terminaría enfermando.
Intenté preparar la cena pero el me lo impidió llevándome a la sala, sentándome en el mueble frente a la televisión.
— Yo lo haré — sonrió y se dirigió hacia la cocina.
Era realmente lindo.
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