CAPÍTULO 3

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Me separé de ese beso de ensueño. Cuando empujé contra el pecho de Lauren, sus músculos se flexionaron bajo mi toque. 

Pete se aclaró la garganta.

Dejé caer mis manos y me escabullí rodeando a Lauren, tratando de recuperar el aliento.

Lauren se negó a dejarme ir, girándose para tirar de mi espalda contra su parte frontal, de esa manera ambas mirábamos de frente a Pete. Me sonrojé de nuevo cuando sentí el pene de Lauren entre nosotras.

Envolvió sus brazos sobre mí posesivamente. —Pete, ¿cómo pudiste 
ocultarme que tenías una prima tan hermosa?

Pete debía estar pensando: Pero si arrojé a la mejor y más brillante a tus pies. Con mi pequeño bolso en sus manos, dijo: —No tenía ni idea de que congeniarías tan bien... con ella. —Obviamente. Se había sorprendido tanto al encontrarnos besándonos, que había usado mi seudónimo familiar delante de una gaviota.

Lauren hizo un sonido de incredulidad. 

—¿Cómo no iba a hacerlo?

Hice una nota mental para preguntarle a mi primo cuán satisfecha se me veía en este momento.

—Veronica te está buscando —dijo Pete. —Están a punto de comenzar con los brindis. 

Lauren tiró de mí aún más cerca. —Estaremos abajo pronto.

—En realidad… —giré mi torso en sus brazos para mirarla, —¿puedo encontrarme contigo abajo? Necesito hablar con Pete acerca de algo.

Lauren echó un vistazo a mi primo. Mantuvo neutral su reacción, pero leo las caras como una profesional, incluso las micro expresiones. Y en este momento, la de Lauren estaba micro-irritada. —Antes de que me vaya... —metió la mano en el bolsillo de su pantalón y me dio su minúsculo teléfono. —Me gustaría que te llamaras a ti misma.

Acepté la cosa que parecía de alta tecnología, pero en broma dije: — Hmm. Tal vez no debería darte mi número. —Estoy desesperada por que tengas mi número.

—Simplemente voy a acosar a Pete hasta conseguirlo. Verónica pagó diez mil dólares por el de Lucy; ¿crees que voy a hacer menos? —Bajó la mirada hacia mí. ¡Estaba usando su poder de persuasión sobre mí!

Pero claro, yo quería obedecer. En cierto modo, ella estaba ayudando en su propia estafa. Mientras yo marcaba mi número, se dirigió a una mesa cercana y recogió su chaqueta. De espaldas a nosotros, se la puso y se abrochó un botón.

¿Porque todavía estaba dura?

Cuando la música sonó en mi bolso, Lauren regresó, alzando una ceja ante mi inusual tono.

—Es “Let’s go crazy” de Prince and The Revolution. —Reconocimiento nulo. Al parecer, no compartía mi amor por los grandes éxitos de los ochenta. Le devolví su teléfono.

Me tomó la mano para presionar un beso en mi palma. —No me hagas esperar demasiado, Camila. —Bajó las escaleras.

Mi primo y yo la miramos alejarse hasta que estuvimos solos. —¿Qué demonios le has hecho?

Examiné mis uñas. —He utilizado algunas buenas y anticuadas habilidades de manipulación sexual —le dije, como si hubiera hecho algo más que sujetarme a ella como si la vida se me fuera en ello.

Cuatro Ases no podían superar el beso de Lauren.

Pete me dio mi bolso. —Estás pensando en hacer una vaca lechera, ¿verdad? ¿A pesar de que nunca lo has hecho antes? Lauren es un animal completamente diferente de los que timamos con valores negociables, con plenas emociones y amorío. ¡Ni siquiera has hecho el juego del tejón de una noche! —Más para sí mismo, dijo, —Todavía podríamos traer a Dinah para cerrar esto. Tal vez Lauren no tenía sus lentes de contacto puestos anoche.

A pesar de que yo había tenido exactamente el mismo pensamiento, le espeté: —¡Oh, vamos! Está claro que yo le gusto.—

—Tienes razón, tienes razón. Pero, ¿estás lista para una estafa sexual?

¿Después de ese beso? ¡Cuenta conmigo! —Estoy lista.

—Sólo has estado con tres hombres —señaló Pete. —¡Y uno de esos tipos duró cinco segundos!

Nunca debería haberle hablado a mi primo acerca Ronny un-bombeo.

—¿Puedes tentar a Lauren hasta el frenesí sexual y luego rechazarla? 
¿Conseguir que esté tan enloquecida que te prometa cualquier cosa?

¿Como si tuviera elección? Levanté la barbilla. —Voy a bajar a esa fiesta… como principal. —La primera actriz en una estafa. —Voy a hacer mi trabajo, así que ¿por qué no haces el tuyo? —No iba a entrar en la sala a ciegas, me había leído las notas de Pete sobre los Jauregui, pero me vendría bien cuanta más información pudiera darme. —¿Cuántos guardaespaldas? — La pesadilla de la existencia de un estafador.

—Varios. Lauren y Chris tienen dos cada uno. El jefe de seguridad de Verónica es el calvo, Vasili. Podría ser un problema, así que mantén un ojo sobre él.

—¿Sobreviviremos a la clase de escrutinio a fondo de una multimillonaria? —Aunque nadie en mi familia inmediata tenía antecedentes de arresto, éramos la clase de personas jodidamente idóneas para haber cumplido condena.

—No hemos podido concluir la investigación hace tres meses, pero Benji ha hecho ajustes desde entonces. Así que tal vez. —Mi hermano adoptivo, Ben Cabello, alias Benji el Ojo, era nuestro tipo de alta tecnología. —Tendremos que tirar los dados y apostar por ello.

—¿Algún consejo de último minuto?

—A este grupo le gusta el humor indecente, y quiero decir sucio. A las chicas les va el tequila; los hermanos Jauregui no beben mucho. Alexa te hará tomar chupitos. No pierdas energía resistiéndotele. Simplemente tratar de seguir comiendo. Si le gustas, la vida será mucho más fácil. Probablemente ella se sienta atraída por ti.

—Esperemos. —Yo había leído que Alexa le gustan tanto los hombres como las chicas guapas.

—Si surge la oportunidad, impresiona a Lucy con tu español. Ella es una persona influyente con Lauren. Ah, y si el grupo va a las mesas de juego, no des consejos de póquer. Además, creo que Lauren calcula las probabilidades del bote igual que lo haces tú.

¿De verdad? Entonces para una chica como yo, eso era jodidamente sexy. —Hablando de póquer —me di unos golpecitos en la barbilla, —¿y si pudiera conseguir que me financie?

—Olvídalo. Eres buena en las mesas. Pero necesitamos una gran jugada.

Él estaba en lo cierto. Tenía todas las herramientas para ganarme la vida, pero no para arrasar. No, a menos que pudiera poner mis manos en la baraja. —¿Así que no vienes conmigo? —Yo no esperaba que lo hiciera. Un objetivo no podía relajarse totalmente con un miembro masculino de la familia alrededor.

—Voy a quedarme en la periferia y encargarme del entorno. —Mantener el ambiente propicio para el romance.

Yo lo había visto hacer de todo, desde sobornar a los DJ hasta eliminar a alguien de forma horrible.

—Mila, estas personas pueden ser gaviotas, pero siguen siendo brillantes. Escucha a tus sentidos de estafadora.

Los sentidos de estafador eran como la Fuerza para un artista de la estafa. Tal vez había alguna base mística; tal vez el subconsciente de un estafador recogido de los indicios conductuales y canalizados en la intuición.

Una cosa que sabía con certeza: que debía confiar en los míos. Hice restallar mis nudillos. —Entendido. Miradas limpias y corazones llenos no pueden perder, ¿verdad?

Soltó un largo y sufrido suspiro, y nos giramos hacia las escaleras. En el camino hacia abajo, dijo, — El ambiente está muy tranquilo ahí.

El DJ había dejado de tocar. —Probablemente han comenzado ya con 
los brindis.

Pete y yo entramos en la sala de estar juntos. No había ningún brindis. Todos los ojos estaban centrados en... mí. Nadie habló.

En un gran sofá seccional, Verónica estaba sentada con Lucy, Chris con Keana. Alexa también estaba. Los cinco me miraban fijamente sin decir palabra. Y los otros fiesteros parecían seguir su ejemplo.

De pie cerca, Lauren anunció orgullosamente, —conozcan a Camila Cabello. Ella es mi cita.

La Estafadora (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora