-¡Cuéntanos qué pasó! -Dinah voceó desde mi habitación antes de que yo siquiera cerrase la puerta de mi apartamento.
¿Había oído Lauren eso? Ésta me había acompañado desde la limusina, había cogido mi llave y abierto la cerradura por mí. Su beso de buenas noches había sido breve pero tierno. -Hasta mañana. -Había dicho.
Me asomé por la mirilla. Ella estaba de pie en mi puerta con el ceño fruncido. No había sido ningún secreto que quería entrar, pero tenía a la vista algunos objetos de estafador: pelucas, el falsificador de Documentos de Identidad, utilería, etc. Además, tenía que ser difícil de alcanzar en este punto.
Con clara reticencia, finalmente se había dirigido hacia la limusina.
Puse mi espalda contra la puerta y exhalé, como si estuviera recuperando el aliento por primera vez esta noche...
Todavía aturdida, me dirigí hacia mi dormitorio, dejando atrás la pequeña sala de estar que utilizaba como un taller de costura. Mi madre nos había enseñado a Dinah y a mí cómo hacer nuestra propia ropa porque muchas de nuestras estafas requerían que luciéramos como el dinero; la costura exclusiva se comía beneficios.
Al pasar junto a mis maniquíes de modista, bastidores de prendas de vestir, y mi vieja y destartalada Singer, traté de recordar cuando había tenido tiempo para usarlos.
Dinah, Pete y Benji acampaban en mi cama de gran tamaño, hojeando los libros de texto de mi paso por la escuela de diseño.
-¿Qué están haciendo aquí? -¿Pasando el rato en mi pobre apartamento de un solo dormitorio? Apenas tenía muebles, decoración nula, y no había televisión. Cajas llenas de posters de bandas de los años ochenta y recuerdos de películas se alineaban en las paredes, sin abrir desde que me había mudado de la casa de Brett el año pasado.
Había tenido la intención de hacer un MCP, -Mover mi Culo a otra Propiedad- a un mejor complejo de apartamentos, pero no había llegado a hacerlo.
Dinah estaba sentada contra la cabecera, radiante. -¡No podíamos esperar a que nos contaras qué pasó! -Llevaba pantalones cortos y una camiseta gastada que decía: Fui yo. Dejé que los perros salieran. Nuestra abuela se la había dado. Por amor, Dinah la llevaba constantemente.
Mi teléfono móvil color rosa había sido un regalo de la Abu, lo que significaba que le tenía mucho cariño, sin importar lo mucho que odiaba el color rosa.
-Mierda, hermana. -Los ojos color café de Benji se iluminaron. -Qué más da esperar un día, ¿eh?
Viendo a mi hermano hoy, nunca imaginarías lo mucho que había sufrido en las calles cuando era un niño pequeño. Había crecido hasta ser lava caliente, alto y de buena constitución, con una fuerza tranquila que atraía a la gente.
Hace dieciocho años, había sido un niño callejero de siete años tratando de timar a mi padre. Una cosa escuálida con unos ojos enormes, había tenido un talento con las cartas que rivalizaba con el mío y un vago recuerdo de cómo llegó a los Estados Unidos. Se había puesto Benji como nombre porque probablemente había nacido en Bengala, India.
Papá había visto potencial. Sin padres que buscar, había traído a Benji a casa, y lo habíamos adoptado.
-¿De verdad te enredaste con una millonaria? -preguntó.
Hipé y sonreí.
-No dormiste con la Rusa, ¿verdad? -preguntó Pete, pareciendo prepararse para mi respuesta.
Hice un movimiento cortante. -Sexo...nyet.
Aliviado miró a su alrededor.
Arrojé mis llaves y mi bolso sobre mi escritorio de diez centavos. El reloj de Lucy hizo ruido dentro de ese compartimiento secreto. -Pero nos enrollamos. -Me senté en mi silla plegable y me quité los zapatos de tacón, haciendo una mueca a causa de mis pies doloridos.
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La Estafadora (Camren G!P)
FanfictionAdaptación UNA MUJER CON UN PASADO SOMBRÍO... En Las Vegas, la ciudad del pecado, Lauren Jauregui encuentra a, Camila Cabello -atractiva, vulnerable, y con necesidad de alguien que la proteja. La obsesión se arraiga profundamente dentro de Lauren...