CAPÍTULO 33

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—Aquí vamos. —Lauren me guío mientras caminaba con los ojos vendados a través de la casa hacia otra de sus sorpresas.

No podía ver nada a través del pañuelo que había usado, pero pensé que estábamos en las inmediaciones de su estudio.

Hoy era nuestro aniversario de boda de un mes. A veces me sentía como si hubiéramos estado juntas por siempre.

Otras veces, un día.

Esta mañana habíamos conducido hasta la Autopista en su Ferrari convertible negro. El sol había estado brillando, el camino despejado, y ella me había ido deslizando sexys sonrisas. Habíamos hecho compras en una adorable ciudad costera, -Lauren  había tratado de comprarme todo-. A pesar de su incomodidad en las multitudes, había hecho un esfuerzo para prolongar nuestra salida y entretenerme. O tal vez había estado haciendo tiempo con el fin de obtener esta misteriosa sorpresa en marcha.

En mi oído, dijo

—Ya casi hemos llegado.

Para su regalo, yo le conseguí entradas para un festival de películas de los ochentas en Los Ángeles y algunos accesorios para la suerte y protección.

Tenía la sensación de que estaba a punto de ser eclipsada.

Había pensado en finalmente darle un anillo. Durante todo el día, ella con orgullo se refirió a mí como su esposa. Más de una persona había echado un vistazo a su dedo anular desnudo. Y Lauren lo había notado.

Después de que había compartido su pasado, encargué una magnífica banda de oro, enviada aquí. Lauren no había visto el paquete entre todos los demás que seguían llegando. Yo había ocultado la banda entre mis muchas joyas.

Aunque me estaba enamorando de ella, mi ansiedad me impidió darle ese anillo, una promesa para siempre.

Entre otras dificultades, mi esposa y yo permanecemos en un punto muerto sobre mi familia -y la suya-.

—¿Estás lista? —Preguntó.

Podía oír su sonrisa.

—¡Sí! Aunque no tienes que seguir comprándome cosas.

—Te dije que te daría el mundo entero. — Y que me liberaría.

Durante este mes, Lauren me había liberado sexualmente. Ella necesitaba tomar el control, y yo había encontrado tanta libertad en la rendición…

Suspiró, y agregó:

—Y alguien tiene que gastar nuestro dinero, ya que tú te niegas.

Trastabille-tartamudeando, pero ella me sorprendió.

—¿Realmente acabas de decir eso? —Durante mis sesiones de compras en el sofá, me había relajado, soñé y sentí el poder de su fortuna.

Había dotado de un gran estipendio a una asociación de veteranos en el nombre de mi abuela. Mi abuelo, el gran amor de su vida, había sido piloto cuyo avión había caído mientras ella estaba embarazada de mamá.

Había establecido becas de diseño, porque había deseado una para mí.

Había donado generosamente a los refugios de niños con Benji -y Lauren-en mis pensamientos…

—Estamos aquí. — Comenzó a desatar el pañuelo. —Primero, diré algo que nunca pensé que podría: Feliz aniversario de un mes, moya zhena. — Retiró la venda.

Parpadeé con incredulidad.

Estaba mirando un gran estudio de diseño -repleto de formularios para ropa, estantes de ropa, y tres flamantes máquinas de coser. Sistemas de organización para carretes, cintas, tijeras se alineaban en una de las paredes. Lujosos rollos de tela estaban dispuestos a lo largo de otra. La cuarta pared estaba en blanco; ¡podría colgar dibujos allí!

La Estafadora (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora