No había dicho mi palabra de seguridad cuando ella presionó mi espalda desnuda sobre mi cama. Me quedé en silencio mientras había usado un pañuelo para atar mis muñecas a la cabecera de la cama.
Pero ahora, cuando chasqueó uno de mis cinturones de cuero, tuve la tentación de gritar —¡Coñac!
—No conozco nada acerca de esto. — ¿Por qué estaba mi voz tan ronca?
—Conoces tus opciones. —Todavía vestida, marchó alrededor de la cama, con ojos oscuros y feroces, como un animal supervisando una comida que estaba a punto de devorar.
Yo la había llamado bestia hacía dos noches. Se sentían como si hubieran pasado años.
Cuando se humedeció los labios, me estremecí y mis pezones se arrugaron con más fuerza.
Su mirada de depredadora se bloqueó en ellos, teniendo en cuenta mi respuesta. —Tu cuerpo quiere más. Palabra de seguridad o rendición. Uno o el otro.
Estupida Russki. En el club, yo no sabía en lo que me estaba metiendo, pero ahora lo hacía. Negándome a estremecerme, Seguí su mirada desde mis doloridos pechos, a mi cabello en abanico, entonces a mis ojos, a mis labios. Volvió a mis pechos, antes de caer más abajo…
—Dobla las rodillas y pon tus talones contra tu culo.
—Podemos hacer otras cosas, Lauren —dije, a pesar de que había retraído mis talones.
Envolvió mi cinturón trenzado alrededor de la mitad del muslo y la espinilla, asegurando una pierna en una posición doblada.
—Nyet. ¿Dijiste que interiormente maldeciría tu nombre? Tú maldecirás el mío exteriormente. Entiéndeme, Camz, voy a besarte todo el tiempo que yo quiera. —Entonces ella aseguró mi otra pierna con un segundo cinturón. —Si te corres sin permiso, me mantendré lamiendo sin importar lo sensible que puedas llegar a estar.
Aunque esto sonaba excitante, no se lo compré. Mi cabeza cayó hacia un lado, y suspiré. Debería fingir.
Brett se había puesto a hacerme sexo oral una noche al principio de nuestra relación, y yo había sabido que no estaba en mis cartas, pero él se había mantenido tratando, así que yo había fingido.
Lauren Jauregui era un objetivo; ¿Qué me importaba cómo se sentía? —Todavía puedes volver atrás.
—Me he asegurado de que no puedas. —Me había atado como el infierno.
No podía creer que estaba haciendo esto. O, más bien, que ella estuviera haciéndome esto a mí.
—A menos que utilices tu palabra de seguridad —agregó. —De otro modo, no descansaré hasta que te hayas corrido tantas veces me dé lástima tu tierno coño.
—¿Esperas que lo haga múltiples veces?
—Lo único que espero de ti esta noche es tu sumisión. —Se sentó al lado de mi cintura, frente a mis pies, estirando un brazo posesivo sobre mi torso.
Sus dedos rozaron mi montículo. —Nunca te quites este suave vello de ti. Me vuelve salvaje. —Ella me comía con los ojos tan cerca que podía sentir sus respiraciones. —Deja que tus piernas se abran. Muéstrame dónde estás mojada.
Mi rostro se calentó, lo... hice. Tuve que contener un gemido cuando mis húmedos labios se separaron para ella.
Un poco agitada dijo, —Eres exquisita. Conoceré cada pulgada de ti.
La idea de sus ojos sobre mí, incursionando sobre mi lugar más secreto, hizo que mi coño se expandiera.
Lauren debió de haberlo visto porque ella hizo un gemido sordo. —Necesitas hacer lo que te diga, ¿no es así?
ESTÁS LEYENDO
La Estafadora (Camren G!P)
FanfictionAdaptación UNA MUJER CON UN PASADO SOMBRÍO... En Las Vegas, la ciudad del pecado, Lauren Jauregui encuentra a, Camila Cabello -atractiva, vulnerable, y con necesidad de alguien que la proteja. La obsesión se arraiga profundamente dentro de Lauren...