Mientras Lauren y yo hablábamos, bebíamos más vino y compartíamos un tiramisú decadente, descubrí que teníamos un par de cosas en común.
Nos gustaba algo del mismo arte y libros e incluso algo de la misma música. Ella no reía o sonreía, pero tenía sentido del humor.
—Tal vez serás la que me haga apreciar los hits de los ochentas y 90's —había dicho ella, sus ojos arrugándose en los lados. —Mis tutores fallaron en cada oportunidad. —Cada vez que casi sonrió, mi cuerpo se puso a hormiguear.
Ahora que estaba más en sintonía con sus estados de ánimo y expresiones, habíamos encontrado un nivel muy cómodo y fluido. Pero a veces sentía que estaba incómoda socialmente, como si estuviera fuera de práctica conversacional.
Que mujer más complicada y compleja. Pulida en algunas cosas, pero fuera de práctica en otras. Guapísima, pero ajena de las chicas que suspiraban cuando pasaban por nuestra cabina. Brillante, pero que no podía leer a la gente…
Cuando mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolso, pensé que estaba haciéndose tarde y todo el mundo quería una actualización. —Debería ir a casa.
Hizo una señal para pedir la cuenta. —Mañana te llevaré de viaje. Pasaremos la semana en cualquier lugar que desees ir.
Después del desvío de la noche anterior, estaba de vuelta al paso cinco: poco a poco hacer mis deseos conocidos. —Tengo que trabajar. Por mucho que me gustaría, no puedo vivir en el Porsche que me compraste.
Se quedó muy quieta cuando dijo, —Quiero cuidar de ti. —En cierto modo, ella estaba lanzándose a mí también.
Le pregunté en broma, —Lauren, ¿te estás ofreciendo para ser mi Suggar? —En la Ciudad del Pecado, la tarifa era un orgasmo por una baratija.
Me miró como si sintiera una trampa verbal. —Quiero... que no salgas huyendo de mí otra vez.
—No voy a ninguna parte. Háblame.
Ella suspiró. —Tengo más dinero del que posiblemente alguna vez pueda gastar, pero no me brinda placer. Estar contigo lo hace, y por eso anhelo tiempo contigo. Me molesta tu trabajo por alejarme de lo que yo quiero. ¿Vas a aceptar más de mí?
¡Santa Mierda! Nunca había soñado con un objetivo como este. La mujer más caliente, más rica que jamás había conocido y que se colocaba para la matanza. Pero mis dudas se encendieron de nuevo. Ella era agradable para mí, lo que me hacía sentir más difícil este trabajo. —¿Por qué no llevamos las cosas un poco más lentas? —Dijo la estafadora a la multimillonaria desequilibrada.
Se veía frustrada. —Te estoy asustando.
—Te irás pronto de Las Vegas.
Parecía estar sopesando sus palabras. Finalmente dijo: —No sin ti.
Mi mandíbula se aflojó.
—Esa fue una de esas cosas que no debería haber dicho en voz alta, ¿no es así?
Banderas rojas se agitaron por todo el lugar. —Esto va demasiado rápido. —Luché para estabilizarme.
—¿En comparación con la mayoría de las otras parejas? Sí. Pero tú y yo somos conscientes de lo que está pasando.
Farfullé, —especulas por mí, chica ojiverde.
—Vas a ser mía —dijo. —Exclusivamente. Como ya lo eres.
Dejé escapar un suspiro.
—Exclusivamente. —Se suponía que manipularla era la línea de meta. Esto se suponía que tomaría toda mi astucia y habilidad, y la ayuda de todo tipo de granujas a través de la parte más
vulnerable de la Ciudad del Pecado.
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La Estafadora (Camren G!P)
FanfictionAdaptación UNA MUJER CON UN PASADO SOMBRÍO... En Las Vegas, la ciudad del pecado, Lauren Jauregui encuentra a, Camila Cabello -atractiva, vulnerable, y con necesidad de alguien que la proteja. La obsesión se arraiga profundamente dentro de Lauren...