En el pasillo, Pete y yo discutimos en voz baja, sonando como dos gatos bufándose.
—¿Te están jodiendo? —Preguntó él. —¿Jugando a algún juego o algo así? Las gaviotas ricas son excéntricas.
—¡Sí! Tienen que estarlo. —Una vez que Lauren había regresado de la terraza, simplemente unos diez minutos más tarde, ésta parecía aún más decidida a hacer que yo disfrutara de la noche, llenándome con bebidas y comida de lujo.
¡Los camareros comenzaron a tratarme como si yo fuera una de las personas que se alojaban en ese fantástico ático!
—Esta es la idea de los Jauregui “de una broma" —susurré/resoplé. — Divertirse con los plebeyos y esa mierda. —La gente rica y los estafadores eran como perros y gatos. No había ningún amor perdido entre ellos. —Tengo que largarme.
—¿Qué pasa si no es una broma? ¿Comprendes lo que esto podría significar?
Me ajusté la correa del bolso sobre mi hombro. —Que tal vez no debería haberle robado el reloj a Lucy. —Por lo general no éramos ladrones, al menos no mucho. Y nunca le había robado a alguien tan agradable.
No hay pecados, ¿todavía estás en ello?
—¡Mila!
—Quiero contribuir, e incluso a precio de perista, el reloj son unos legítimos doscientos cincuenta. —Lo había guardado en el doble fondo de mi bolso. —Tengo que asegurarme, ¿verdad? Están tan bebidas qué ella pensará que lo perdió. —La belleza de Las Vegas. Nuevos objetivos rebosaban cada día.
—Estás bebiendo demasiado —señaló Pete. —Alguien podría haberte visto levantándolo.
—Los guardaespaldas ni siquiera me miran ya. —Y Vasili había desaparecido. ¡Que se vaya al carajo! Podría haberme dirigido directo a alguno de los dormitorios, y nadie me hubiera detenido. —Además, trata de decirle a Alex que no deseas un sexto chupito de tequila.
—¿Así que ahora ella es Alex? ¿Y tú eres la habitual vieja Mila-ice, la intrépida camarera con un corazón de oro? —Maldijo por lo bajo. —¿Tengo que recordártelo? Nosotros no somos como ellos. Somos una raza diferente...
En un tono monótono, repetí las frases que había oído toda mi vida: — Somos los últimos de una larga trayectoria de estafadores, la aristocracia de los timadores. Viviendo de acuerdo con nuestro ingenio, aquellos a los que la diosa Fortuna les sonreía. La única cosa con la que no podemos hacer trampa es el destino…
—Sin embargo, ¿te estás juntado con ellos? Nosotros no nos juntamos con las gaviotas. —Fingiendo una mirada de comprensión, dijo, —Oh, espera, ya lo hiciste una vez.
Mi ex prometido. El que me había traicionado. El que todavía estaba tratando de recuperarme. —Ese es un golpe bajo, Pete.
—Estoy tratando de que tengas la cabeza en el juego. Te pillé mirando a Lauren con algo de enamoramiento. Tienes que ser fría para manejar a una tipa como ella.
—Tienes razón. ¿Qué estoy haciendo? —Me tambaleé sobre mis talones, el alcohol estaba comenzando a golpear con fuerza.
—No es demasiado tarde para recapitular. Mila, podríamos tener a alguien muy especial en el anzuelo. El gran pez gordo.
Oh de repente me dio miedo de pescar.
—¡Pulsa el interruptor, hombre! Averiguaremos la manera de conseguir que Dinah entre en esto como principal. Ella es una zorra. ¡Es un premio demasiado grande para perderlo, y tengo una mala racha!. —Pete tenía razón; las estafas bursátiles eran mucho más fácil que esto. ¡Dame un blanqueador de dinero codicioso o un gran evasor de impuestos cualquier día!
Pete negó con la cabeza. —He visto la manera en que esa mujer te mira. No puedo describirlo, pero parece ya adicta a ti. No aceptará a ninguna otra persona. Confía en mí. —Compartimos otra risa sobre eso.
En realidad, yo no confiaba demasiado en mi extensa familia de sinvergüenzas. —Así que, ¿estás respaldando mi juego aquí? —le pregunté. — ¿Respaldándome?
—Completamente. Maldita sea, ya has tenido el encuentro. —Se frotó la barbilla. —Me hubiera gustado que estuvieras más deslumbrante y no tan agotada tras toda esta semana…
—¡Venga dame algo de crédito!
—Debería haberme asegurado de que tuvieras el clonador de teléfonos. — Lo cual nos habría permitido ver cada mensaje de texto de Lauren, su correo electrónico, y sus visitas online. —Ella te ofreció su teléfono y te dio la espalda. —Pete parecía disgustado. —Ese es fallo mío. —Mi primo podía darnos a todos, dolor de cabeza, pero nunca más de lo que se daba a sí mismo.
—La oportunidad era demasiado escasa —le aseguré. —Incluso desviando su atención, no habría tenido tiempo suficiente.
—Hablando de tiempo... ¿A dónde le dijiste a Lauren que ibas?
—He utilizado mi aplicación de llamada telefónica de emergencia y dije que tenía que atender la llamada. Debería regresar. —Y realmente necesitaba hacer pis.
—Mis obligaciones de anfitrión han concluido por esta noche. —La fiesta estaba llegando a su fin. —Si sigo aquí, sería raro no unirme a ustedes. ¿Puedes manejar esto tú sola?
Alcé la barbilla. —Lo tengo bajo control. Todo va bien. —¡Por favor, Diosa Fortuna, no permitas que la cague!
—Estoy a un mensaje de texto a distancia. Sólo visualízate a ti misma allí, Mila. Y recuerda: somos un mundo aparte de ellos.
Entonces ¿por qué me había sentido tan en casa con ese grupo?
Mientras recorría mi camino de regreso adentro, Alexa, Keana, y Lucy estaban hablando con Lauren. Ella parecía inquieta, su pierna dando botes nerviosamente.
Alexa balbuceó, —Desde que decidiste mejorar tú relación con tu hermano mayor, he estado tratando de emparejarte.
¿Mejorar su relación? Me metí de nuevo en el vestíbulo, escuchando.
—Claa-ramente, esta vez he tenido éxito en mi empeño de emparejarte, porque brillantemente invité a todos los veganos de aquí a nuestra pequeña fiesta.
Keana dijo. —La tribu ha hablado, Lauren. Te vas a quedar con Mila.
Lucy añadió: —Ella nos gusta mucho.
Alexa dijo, —Ella tiene esos ojos llenos de conocimiento, podría decir que ha visto cosas que dejan marca -pero se sonroja. ¡Volviéndome toxicológicamente loca! Si no te la quedas, lo haré yo.
—Tal vez eso no está en discusión —dijo Lauren. —Tal vez el punto crucial es si ella querrá quedarse conmigo.
Mi pecho se encogió con pánico. No estaban jodiéndome. Ellos pensaban que yo era una gran chica que compartía su sentido del humor e igualaba su consumo de alcohol. Yo encajaba a la perfección y estaba confraternizando con uno de los suyos.
¿Cómo podían ser tan confiadas? No tenían ni idea de lo que yo era, sin embargo, ¿me estaban dejando entrar en sus vidas? Había robado un reloj que nuestro perista convertiría en un cuarto de millón de dólares, y lo haría de nuevo. Y querido Dios, las oportunidades de usurpación de identidad en esos dormitorios…
Yo quería zarandearlos. Estúpidos ricos.
¿No podían ver que yo era oro falso?
Me quedé mirando el techo, mi mente trayendo al presente un recuerdo de mi infancia temprana. Había estado pensativa y confusa mientras le decía a mi madre, —Las gaviotas siempre dicen: “Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, lo es”. Se supone que es nuestro secreto, pero está ahí, justo al descubierto. ¿Por qué no escuchan?
—Ellos se vuelven codiciosos e ignoran lo que saben en el fondo—, mi hermosa madre había dicho. —Mila, nunca olvides que nosotros vendemos cuentos de hadas. Y los cuentos de hadas no existen.
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La Estafadora (Camren G!P)
FanfictionAdaptación UNA MUJER CON UN PASADO SOMBRÍO... En Las Vegas, la ciudad del pecado, Lauren Jauregui encuentra a, Camila Cabello -atractiva, vulnerable, y con necesidad de alguien que la proteja. La obsesión se arraiga profundamente dentro de Lauren...