Instalado definitivamente en la cabaña, Evan pasaba estudiando posibilidades, y poniéndolas en práctica, pero nada resultaba, los días, semanas y meses, eran una tortura, no lograba su objetivo, había jurado no volver a beber ni una gota de alcohol, porque siempre daba la casualidad que lo metía en algún problema, y de eso ya estaba harto, dejó pasar unos días, descansar de tanta presión psicológica que cada vez iba en aumento, ya faltaba poco para que naciera su hijo, y él no estaría allí para recibirlo.
Se odiaba tanto, que pensó en terminar con su vida, si descubría que nunca lograría pasar el umbral del tiempo.
_ Dios!, necesito una señal, algo que me de esperanza para seguir esta búsqueda, y que no sea en vano.
Concluyó otro día más, y su vida era una total monotonía, llegó a convertirse en un hermitaño, negándose a atender cualquier llamada de sus amistades, lo que si, siempre les enviaba un mensaje a su familia diciéndoles que estaba bien y que necesitaba estar solo. Ellos entendieron bien su pedido, por mas loco que fuera, pero sabían bien la historia de lo sucedido.
Ámbar estaba en la culminación de su embarazo, había hecho una linda amistad con Nick, cada vez más atento y preocupado por su bienestar, ese día salieron a caminar por la orilla del lago, aprovechando la hermosa primavera, que traía el renacer de la naturaleza.
_ ¿Cómo te has sentido Ámbar, estos días?
_ Muy bien, Nick, algo asustada, esperando el momento, y a la vez muy feliz, esa sensación ambigua es muy común en las mujeres que esperan un niño.
_ Debe ser algo maravilloso dar vida!.
_ Si, es algo que supera todo, los miedos, el dolor, pienso que cuando nazca mi bebé, voy a volver a ser feliz.
_ ¿Y porqué?, acaso no lo eres?
_ Sí, pero no completamente_ dijo mirando al piso.
_ Que daría de mi parte para que realmente lo fueras!_ dijo Nick, tomando sus manos.
_ Nick, eres el mejor amigo que he tenido en mi vida, gracias por estar siempre, cuando más te necesito.
_ Y podría ser mejor, si tú me quisieras._ dijo mirándola fijamente, esperando una respuesta .
_ No sabes lo halagada que me siento, ojala te hubiese encontrado mucho antes, sería muy distinto todo.
_ ¿Y porqué no ahora?, tú eres libre, tu esposo está en la cárcel, y por lo que sé tiene para rato, aparte tu tío me dijo que están legalmente separados.
_ Si, pero Dave no es mi preocupación, este hijo no es de él.
_ ¿Cómo?, entonces?, de quién?
_ Del hombre que amo y es demasiado largo para contar, y demasiado doloroso para mi recordar.
_ Yo pensé....estoy dispuesto a escucharte, necesito saberlo todo, con quién tengo que competir.
Ámbar tranquilamente fue relatando todo lo sucedido a Nick, él estaba absorto, no podía creer lo que escuchaba, trató de comprenderla, pero se le hacía algo difícil.
_ ¿Ahora entiendes el porqué, de mi tristeza?
_ Es algo muy raro lo que viviste, pero si no volverás allí, tu vida debe continuar para tu bien, por tu hijo.
_ Lo sé, he tratado de sacármelo de la cabeza y del corazón, pero no puedo, por ahí me he sentido tentada en volver, pero ahora mi condición me lo impide, sé que debo alejarme para siempre, no quiero sufrir más.
_ Casate conmigo Ámbar!!!
_ ¿Qué?, pero.....
_ Lo que escuchaste, no es necesario que me ames, creo que el tiempo, puede hacer lo suyo, solo deseo cuidar de ti y de ese niño.
_ No es justo para ti!, necesitas buscar a alguien que te ame realmente, y yo no soy la adecuada.
_ Yo te quiero a ti, y sabré esperar, no me contestes ya, piensalo con calma y aceptaré tu decisión.
_ Lo pensaré, pero no te hagas demasiadas ilusiones Nick, no quiero jugar contigo, eres tan bueno conmigo, que jamás me perdonaré hacerte daño.
_ Con el solo hecho que lo pienses, es demasiado para mi, esperaré ansioso tu respuesta_ y besando tiernamente su mano, la acompañó al interior de la casa y se marchó, llevándose la ilusión de que lo aceptaría.