Mientras todo el mundo estaba ya casi listo para la gran boda, alguien se escurría por el gran jardín de la hacienda, para poder ver con mayor plenitud tal evento.
Era gracioso todo esto, y a la vez tan tétrico, nunca se imaginó estar en otra época, y mucho menos persiguiendo a alguien, ese alguien había sido todo en su vida, pero los juegos del destino los llevaron a desencontrarse.
¿Cómo podría sobrevivir a esto?, no había dejado su anterior vida para terminar detrás de los arbustos espiando a la mujer que ama, casarse con otro, y mucho menos que lo separasen de su hija.
Todo era confuso, no sabía como actuar en verdad, sí aparecía ante todos reclamando lo suyo quedaría en ridículo, porque ella volvería a ignorarlo deliberadamente, lo más lógico era marcharse pero para siempre, donde el dolor que sentía en ese momento, fuera apaciguándose con el correr del tiempo, o simplemente llegara a hacerse soportable y no morir de angustia en el intento.Ámbar estaba toda nerviosa, le temblaban las piernas, su cabeza no coordinaba, sus pensamientos la apabullaban demasiado y la culpa remordía en su conciencia.
Su última oportunidad de hablar con Evan se esfumó, no volvió a saber más nada de él, porque, aunque Anne mandó a algunos de los empleados a buscarlo o siquiera le averiguaran su paradero, nada pudieron lograr.Nick por su parte, era el hombre más feliz sobre la tierra, tanto esperó este momento, que hasta creyó estar soñando, pero no.... no lo era, al fin lograría casarse con Ámbar, ¡cuánto tuvo que esperar!, pero es un hecho, una realidad.
Sin darse cuenta que alguien lo había visto, Evan seguía espectante ante la aparición de los protagonistas, no se quedaría mucho, sólo lo suficiente, para autoconvencerse de que había perdido, luego se marcharía de allí, se sentía todo un cobarde de a ratos, pero hizo todo lo que más pudo, y no fue beneficioso.
_ Oye, ¿qué se supone que haces allí? _ dijo Edward.
_ Ohh... ¡Qué susto!, casi me infarta!, ¿no lo cree así?_ dijo algo molesto.
_ Jaja, perdón, no vi que estabas muy concentrado_ dijo burlonamente.
_ Lo estaba, hasta que me asustó.
_ Dime, ¿qué piensas hacer?
_ Mirar solamente, ya no queda nada por hacer, ella decidió su destino, y yo no estoy en él.
_ Veo que te has rendido, ¡qué pena!, apostaba a que ganabas, pero me equivoqué.
_Yo también pensé que al venir a buscarla a su mundo simplificaría todo, pero no conté con la presencia de Nick y el odio de Ámbar hacia mi, sólo me queda mi pequeña, pero sé que de a poco también la perderé_ dijo triste.
_ Ohhh....no pienses así, sigue luchando, o por lo menos por tu niña_ dijo comprensivamente.
_ Está decidido, me iré, volveré a mi mundo, no voy a ser un estorbo para ella, no tendrá que soportar mis visitas diarias, sí me duele por Alma, nos habíamos acostumbrado tanto a estar juntos, pero.... Creo que es lo mejor....para todos.
_ No voy a juzgarte, sólo pedirte que no te alejes tanto de tu hija, ella sí te necesita_dijo esperanzado Edward.
_ Gracias Señor por sus consejos y su buena voluntad, gracias por todo este tiempo que me permitió entrar en su casa, jamás olvidaré eso.
Y en ese momento, ya preparado el novio y los invitados, cada uno en sus posiciones en espera de la novia, a lo lejos podía verse lo nervioso y alegre que estaba Nick, ¡como lo envidiaba!.
_ Bueno, te deseo lo mejor, tengo que buscar a la novia, no te quedes mucho, no sigas torturandote, buena suerte hijo.
Y con mucho pesar, lo palmeó en el hombro y se marchó en busca de Ámbar.Ya preparada para salir, toda un manojo de nervios y angustia, esperaba que llegara su tío, para conducirla hacia el altar.
Edward, ya sin sangre logra llegar justo cuando comienza la música de la entrada.
_ Edward ¿ dónde te habías metido?_ alcanzó a decir Regina antes de acomodarse entre los primeros lugares frente al altar.
_ Bien, ya estoy aquí, basta de apuros!!!_ dijo molesto.
En ese instante queda absorto cuando ve lo hermosa que estaba su sobrina, pero a la vez, tan triste.
_ Hija, ¡estás tan bella!, nunca vi una novia más linda, pero tan triste, ¿no es así?_ preguntó Edward.
_ Gracias tío por tus halagos, estaré bien, no te preocupes_ tratando de convencerlo y convencerse a si misma.
_ Eso espero y es lo que más deseo, tu felicidad, pero dejame decirte que la buscas en la persona y el lugar equivocado, vas a volver a tomar una decisión errónea, pero tú sabrás lo que te conviene.
_ Pero.... ¿Qué puedo hacer al respecto?, hoy comprendí lo tonta que soy, y que equivocada estuve con respecto a Evan, pero aquí me ves, voy a pagar por mi error.
_ ¿A qué te refieres?, no debes ponerte así.
_ Fui en busca de Evan, para hablar por última vez con él, pero no lo pude encontrar, tan solo descubrí el gran error que cometí al no querer escucharlo y fue muy duro.
_ Creo que todavía estás a tiempo, si deseas enmendar algo de eso, acabo de hablar con él, estaba escondido entre los arbustos en el jardín, decide bien lo que harás, porque él regresará a su mundo y no volverá jamás.
Y con los ojos llenos de lágrimas contenidas, Ámbar abrazó a su tío, sin importarle manchar el hermoso vestido de seda blanca que lucía.
_ Ohhh tío nooo... no puede irse...¿a qué vino entonces?
_ Solo a verte por última vez y convencerse de que te casas con Nick, solo eso.
Entre tanto llanto por parte de Ámbar, no se dieron cuenta que ya la ceremonia había iniciado, una de las muchachas, les dio el aviso de que todos estaban esperando la entrada de la novia.
Ámbar acompañada del brazo de Edward caminó lentamente hacia el altar, a lo lejos Evan se desvanecía ante la vista de su amada, que ya no lo sería más, en ese instante la miró y se marchó hacia el bosque rápidamente.
Al llegar lentamente, al lado de un novio embelesado ante la belleza que tenía a su lado, solo pudo sus pirar hondamente.
_¡Estás preciosa cariño!_dijo el novio
Ámbar solo atinó a mirarlo tristemente.
_Vamos, no estés nerviosa!, en unos minutos todo pasará_ dijo alentándola.
Pero esas palabras solo acrecentaron sus ganas de escapar de la situación sin importarle nada.
_ Nick, lo siento....no puedo casarme contigo.
_ ¿Qué dices?,¿estás bromeando?_ dijo incrédulo.
_ No, no es broma, no te amo y no podré amarte nunca, amo a Evan.
_ ¿Y hasta ahora lo dices?_ dijo confuso
_ Perdón, no quise herirte, estaba convencida de casarme, pero ya no....perdoname.
Y salió corriendo del lugar, recogiendo su amplio vestido.
Todos quedaron atónitos por la huida de la novia, Nick estaba enfurecido, salió detrás de ella dejando a todo el mundo con la incógnita de lo que pasó.
Regina y las hermanas de Ámbar aún no salían del asombro, no entendían que sucedió, aunque Anne algo sí sabía, pero no estaba segura de porqué tal reacción.
Nick alcanzó a Ámbar en la habitación en el momento que se quitaba el velo apresuradamente.
_ ¿Como puedes marcharte y dejarme así?, malparado ante todos, siendo el hazmerreír._ dijo encolerizado, a su vez esa frase le trajo recuerdos no muy gratos sobre Dave.
_ Perdoname, no puedo engañarte más.
_ ¿Quién piensas que eres?, no soy tu juguete, que lo tiras cuando te cansas de él.
_ No....Nick, no pienses eso, solo entendí que cometería un gran error por segunda vez y no podré perdonarme herirte a ti.
_ ¿A mi?, o ¿a él?, que pasó al fin decidió contarte lo de la pelea y escudarse contándote que lo saqué a patadas de aquí?
Ámbar no podía creer lo que escuchaba, un desliz de Nick al contarle eso.
_ ¿Cómo que a patadas?
_ Sí, vino aquí pidiéndome que te deje en paz, pero eso ya lo sabes.
_ No, no sé nada, solo que él te atacó en tu propia casa, pero ya entiendo....eres un maldito!!!
_ Cuida tu boca querida!, no tienes a nadie que te defienda.
_ ¡No me toques!, eras mi amigo, ¿cómo me engañaste así?_ dijo entre lágrimas.
_ Tú creiste eso, yo solo quería tenerte a ti_ y tomándola del brazo la atrajo hacia él intentando besarla por la fuerza.
_ Dejame, no te atrevas!!!!
En ese instante de forcejeo llegó Edward que se abalanzó ante Nick y le propinó un buen golpe de puño.
Ámbar por segunda vez se abrazó a su tío, y llorando salieron de la habitación.