Al amanecer después de levantarse y tras haber pasado una noche inmerso en una gran borrachera, Dave fue a buscar a Ámbar al lugar donde la había dejado - Espero hayas recapacitado maldita!!!- decía como si la tuviera en frente, la rabia había cesado en su mayoría pero no podía dejar de sentir esos celos que cada vez eran más insoportables, la quería, pero solo él sabia que era una costumbre estar con ella, temía a la soledad pero sin embargo no podía dejar de hostigar a esa pequeña traidora, como le decía siempre.
Dave un joven alto, mas bien desgarbado y de unos treinta años, había sufrido en su infancia la carencia de todo, sobre todo el afecto, aunque se crió en una familia medianamente bien, siempre estuvo solo, soportando la vida que su padre les daba a él y a su hermano, sin contar lo que su madre pasaba a causa de defenderlos. Su padre, un hombre de mundo sumido en la ruina después de invertir en malos negocios, comenzó a refugiarse en el alcohol y los amigos y así llegar al extremo cero de soportar a su familia que siempre le recordaban lo que necesitaban y aunque no pasaban hambre ,tampoco podían darse otros lujos.
Así de dura su vida fue hasta que sus padres desaparecieron y su hermano se fue del país y ahí solo tuvo que forjarse para salir airoso en su trabajo de asistente del gobernador. En unas de esas reuniones familiares y no tanto porque siempre estaban presentes los negocios y había personajes ajenos a la familia, fue donde conoció a Ámbar, una dulce joven de buena familia, muy tímida de por cierto, pero por eso no menos bella, era la sobrina del gobernador, el cual gustoso de saber que Dave miraba con interés a su sobrina decidió participar en la unión de ambos. Llegó el gran día de la boda y Dave pensó que por fin su vida era completa y distinta, se sentía feliz de estar con una persona tan tierna y a la vez desinteresada, toda esa felicidad fue haciéndose cada vez mas monótona y asfixiante, era la constante rutina lo que detonó ese pasado traumático y lo trajo a su presente.
Un día cualquiera harto de tanta bobería y formalidad decidió estallar y cambiar de ser un hombre comprensible, a un tirano que le molestaba todo a su paso, Ámbar no podía comprender que le sucedía, ella estaba con un extraño que creyó era la persona de su vida y ahora ya no lo conocía, la alejó de todo el mundo, de su familia, amigos , vecinos y fue un gran golpe a tanta supuesta felicidad, ella acostumbrada a ser una joven de su casa, apegada a sus afectos ahora debía corresponder a las decisiones crueles de su esposo.
-En fin -dijo Dave- pongamos las cosas en su lugar como deben ser, buscaré a esa mujer y le enseñaré quien es el que manda.
Al llegar al río solo encuentra un lazo de color verde, pero de Ámbar, ni la mínima señal. Se enfureció como nunca sintiéndose burlado, pero sin siquiera saber si ella estaba viva o simplemente fue arrastrada por el agua, maldijo y buscó, sin tener suerte, por cada lugar o escondite visible, gritó su nombre sin recibir contestación alguna -Ya veremos quien gana, así tenga que remover cada piedra o buscarte en el infinito no te escaparás de nuevo!!!!