Mientras Evan maneja, concentrado en ese camino oscuro y solitario, va repasando la escena de su terrible descubrimiento, Jesica abrazada muy efusivamente a su mejor amigo, la sangre comienza a correr por sus manos apretando con fuerza el volante hasta quedar blancos sus nudillos.
- Debo calmarme y tratar de solucionar esto de la mejor manera, pero no soporto ser el hazmereir de todos, voy a tomar distancia para pensar mejor que hacer.
Al cabo de unos minutos decide parar porque algo no está funcionando bien, es en ese momento que escucha un gemido desgarrador, decide ir en busca del origen de ese lamento y entre las hierbas y la orilla del río logra divisar algo que apenas puede moverse.
Con cautela se dirije hacia el lugar, y allí logra ver a una joven a punto de caer al río y que con pocas fuerzas se agarra de la hierba para sostenerse. A toda prisa Evan llega a su encuentro y logra tomar una de sus manos antes de que la corriente lograra llevarse a la joven, con gran fuerza la lleva hacia la orilla y al ver su rostro descubre una gran herida en la parte izquierda de su cabeza, por un momento decide dejarla para ir por una manta a su coche, al volver ella ha perdido el sentido, la toma en sus brazos y la acomoda en la parte trasera de su auto.
Al llegar a su cabaña Evan lleva a la joven y la deposita en el sofá y comienza a estudiar el corte en su cabeza, afortunadamente era algo superficial, pero no podía estar seguro hasta que la chica no vuelva en si y ver su reacción, sin querer pensó que mas allá de estar herida y toda llena de pasto y barro era muy bonita y muy joven también, quizás unos dieciocho años, su largo cabello parecía muy rubio por lo que se podía ver apenas, lo llamativo de esto su atuendo, tal vez venía de alguna fiesta... pero lo más extraño de todo era que le sucedió para llegar hasta ese lugar.